miércoles, 13 de octubre de 2010

Los mineros salen llenos de vida mientras sigue la operación


FRANCISCO PEREGIL | ENVIADO ESPECIAL | Mina San José 13/10/2010
Fatigados, contentos, un poco desorientados y sobre todo humildes y llenos de vida. Los mineros que poco a poco van emergiendo de las entrañas de la tierra después de 69 días enterrados a 600 metros de profundidad no quieren ser estrellas, "somos mineros" ha dicho uno de ellos al pisar la superficie. El rescate en el desierto de Atacama, en Chile, seguido por una audiencia global de mil millones de personas, ha despertado el orgullo chileno y desatado la euforia en la boca del estrecho túnel por el que los trabajadores vuelven a la vida. Su estado de salud, de momento, supera las expectativas.
En todos ellos se está registrando un aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca durante el ascenso, que se estabilizó tras un rato de reposo. Según explicó sobre las 12.20 el ministro de Salud, Jaime Mañalich, "las cosas van extraordinariamente bien", aunque también ha alertado de que ahora llega el turno "de los que tienen condiciones más precarias de salud". "Pensamos que no deberíamos tener ninguna dificultad para subirlos a la superficie. [La operación] está siendo muy satisfactoria y su situación anímica es muy tranquila", ha explicado. También ha informado de que los dos primeros rescatados fueron trasladados esta mañana al hospital, pero ha indicado que se encuentran en buenas condiciones de salud. Si todo va bien, ha insistido el ministro, aún queda un día y medio para concluir la misión.

El rescate más esperado continúa por tanto sin problemas. La cápsula Fénix, encargada de conducir a los 33 mineros uno a uno al exterior a través del pozo excavado durante 33 días, ha llevado a la superficie hasta ahora a diez trabajadores. El décimo, que ha visto la luz a las 13.50 (hora española), ha sido Álex Vega Salazar, de 31 años y padre de dos hijos. Vega había denunciado en alguna ocasión las malas condiciones de la mina.

Le precedió Mario Gómez Heredia, de 63 años, el minero de mayor edad y con graves problemas respiratorios, hipertensión y silicosis. Gómez, el caso más complicado desde el punto de vista médico, ha abrazado a su familia y se ha arrodillado emocionado. Una de sus hijas ha declarado a ADN Radio entre llantos de emoción: "Tengo una felicidad completa. mi papá volvió a nacer". Como el resto de sus compañeros lleva puestas unas gafas de sol para protegerse de la luz.

La operación es lenta, ya que cada viaje de ida y vuelta a las entrañas de la tierra dura entre 50 y 55 minutos; aunque la operación se está desarrollando más rápido de lo esperado.

Florencio Ávalos, de 31 años, ha sido el primer minero en salir y ha llegado a la superficie entre aplausos, gritos de "¡Cheacheí, Chi, Eleé, Lé, Viva Chile!" y muchísima emoción a las 00.10 de este miércoles (5.10 hora peninsular española). En la superficie le esperaban ansiosos su esposa, Mónica Araya; su padre, Alfonso; sus hijos Alex (16) y Byron (8), y su tío Wilsson. Los familiares han roto a llorar y se han fundido en abrazos con él, mientras una sirena alertaba al campamento Esperanza de que el salvamento más milagroso de la historia de la minería había comenzado con éxito. El minero, el capataz -segundo en jerarquía- de la mina, llevaba unas gafas oscuras especiales para evitar que la luz dañara sus ojos y mostraba una gran serenidad. La misma emoción y los mismos aplausos se ha repetido una hora después de la salida de Ávalos. "¡Viva Chile mierda!" es lo primero que decía un eufórico y bromista Mario Sepúlveda, un electricista de 39 años, cuando se ha abierto la cúpula.
Cuidado con el pánico
Sepúlveda, que asegura que hoy ha enterrado 40 años de su vida para iniciar una nueva etapa, ha pedido a los medios que no se les trate "como artistas". "Yo quiero que me sigan tratando como Mario Sepúlveda, como el minero trabajador", ha añadido el trabajador, muy conocido por ser quien amenizaba los vídeos grabados durante el "encierro" y mostraba al mundo cómo viven en el refugio. "Estoy contento, la verdad estoy muy emocionado de estar acá arriba. Nos devolvieron la vida. Es increíble que a 700 metros de altura, sin vernos frente a frente, nos recuperaron", ha añadido el minero, autor nada más salir de una de las frases destinadas a recordarse: "Estuve con Dios y el diablo. Me pelearon y ganó Dios, me agarré de la mejor mano". Siguiendo el mismo ritual, una hora después (a las 7.10 hora peninsular española) aparecía Juan Illanes, el tercer rescatado. Illanes, ex militar de 52 años, ha vuelto al mundo alrededor de las 7.10 en la España peninsular y ha sido recibido por su mujer, una muy nerviosa Carmen Baeza, según imágenes mostradas por la televisión chilena. A diferencia de los anteriores, que mostraban un buen estado de salud y mucha energía al llegar a la superficie, Illanes ha sido trasladado en camilla hasta el hospital de campaña para ser examinado.

El cuarto, el boliviano Carlos Mamani -el único extranjero del grupo-, ha sido liberado a las 8.09. Su esposa, Verónica Quispe, le estaba esperando con una bandera de su país. Piñera le ha dado la bienvenida a la "superficie, a la vida y a su esposa". Mamani, padre de una bebé de un año y cuatro meses, llevaba sólo cinco días trabajando en la mina cuando el derrumbe del 5 de agosto lo convirtió en uno de los protagonistas de esta historia de resistencia en las más adversas condiciones. En las próximas horas el minero boliviano será saludado por el presidente de su país, Evo Morales, que ha llegado poco antes de las dos de la tarde a Copiapó. El viaje de bajada de la cápsula ha sido el primero sin nadie a bordo, ya que en los primeros tres iban los rescatadores Manuel González Pavez (brigadista), Roberto Ríos Seguel (sargento 2º de la Armada y enfermero) y Patricio Roblero Abarca, (cabo 1° de la Armada y enfermero). Tras ellos, ha recuperado la libertad a las 9.10 hora española Jimmy Sánchez, de 19 años, el más joven, que durante su encierro envió a la superficie conmovedores mensajes. Padre de un bebé de tres meses al que apenas alcanzó a conocer, Jimmy quiere casarse con su novia Helen Avalos, de 17 años, aunque no está muy de acuerdo su padre, Juan Sánchez. "El 5 de agosto estaba perdiendo un hijo, hoy estoy ganando un hombre", ha dicho el padre.

Después del quinto rescate se ha producido un parón de 27 minutos para que los técnicos cambien una rueda de la cápsula. El sexto ha salido a las 10.35, Osmán Araya, de 30 años. Casado y con tres hijos, llevaba sólo cuatro meses en la mina y quería dejarla porque no lo veía segura. Ha sido recibido por su esposa, a quien ha abrazado y ha besado con lágrimas en los ojos, en uno de los momentos más emotivos. "Muchas bendiciones para todos", ha declarado Araya tras abrazar a su mujer y al ministro de Minería, Laurence Golborne. A los cuatro primeros los ha saludado el presidente de Chile, Sebastián Piñera, que ha acudido a la mina en helicóptero para ponerse al frente del rescate. Tras saludar a sus familiares más cercanos, los rescatados pasan un módulo de aislamiento, donde reciben también la visita de un número reducido de familiares. Luego son trasladados en helicóptero al hospital de San José en Copiapó, capital de la región de Atacama, donde permanecerán probablemente dos días. Los cuatro primeros ya están allí. Al margen de un retraso de unas dos horas en el inicio de la operación, el rescate de los mineros sigue los tiempos previstos. Según René Aguilar, gerente de riesgos profesionales de Codelco, la cápsula tarda 20 minutos en bajar, 20 minutos en prepararse y otros 15 en subir. En total, 55 minutos por cada minero. A este ritmo, está previsto que el rescate dure entre 24 y 48 horas.

El orden de salida

Antes de que empezar a recibir buenas noticias, la cápsula descendió en dos ocasiones vacía para evaluar el buen estado del conducto por el que se opera el rescate y el funcionamiento de los sistemas de comunicación. Poco después de las cuatro de la madrugada descendía el primer rescatador, Manuel González. A los tres rescatadores que están bajando a la mina y a los mineros los enfoca a la cara una cámara para estudiar posibles reacciones de pánico. "La cámara de televisión nos va a proveer de información en el fondo de mina y adicionalmente tenemos que instalar otros tres sistemas de comunicación para los mineros, los rescatadores y la atención médica", ha explicado el ministro de Minería, Laurence Golborne. Otros cuatro miembros de los equipos de auxilio bajarán a la mina con medicamentos para tratar desde dolores de cabeza hasta ataques cardíacos, según informa El Mercurio.

El orden de salida de los mineros, entre los electricistas, conductores, expertos en explosivos y hasta un ex futbolista, se ha decidido en función de su estado físico. Se insistió mucho en que los cinco o seis primeros en ver la luz debían ser los más "hábiles y sanos", a los que siguen los más débiles y, por último, los 17 considerados más fuertes. Horas antes del inicio de la operación, las autoridades chilenas han entregado a los familiares la lista: Florencio Avalos, Mario Sepúlveda, Juan Illanes, Carlos Mamani, Jimmy Sánchez, Osmán Araya, José Ojeda, Claudio Yáñez, Mario Gómez, Alex Vega, Jorge Galleguillos, Edison Peña, Carlos Barrios, Víctor Zamora, Víctor Segovia, Daniel Herrera, Omar Reygada, Esteban Rojas, Pablo Rojas, Darío Segovia, Yonny Barrios, Samuel Avalos, Carlos Bugueño, José Henríquez, Renán Avalos, Claudio Acuña, Franklin Lobos, Richard Villarroel, Juan Carlos Aguilar, Raúl Bustos, Pedro Cortez, Ariel Ticona y el jefe de turno, Luis Urzúa. El presidente chileno ha recordado en su intervención ante los medios que"todos los mineros quieren a ser el último en abandonar la mina", igual que "un capitán que quiere ser el último en dejar su barco".

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