“Los 33” fueron ovacionados dentro y fuera de palacio, tras un acto realizado en el Patio de Los Cañones. Allí se les entregó una bandera chilena, una réplica en miniatura de la cápsula Fénix 2 y una medalla bicentenario a cada uno. Ellos reiteraron llamado contra la impunidad.
SANTIAGO DE CHILE
“Tengo el honor de estar aquí con mis 32 compañeros, gracias a Chile, a todo el pueblo cristiano, a todos los que oraron por nosotros, a todos los que nos acompañaron siempre. Como mineros les damos un fuerte cariño, estamos agradecidos de todos ustedes”.
Así empezó el discurso de Luis Urzúa, jefe de turno y líder del grupo de mineros rescatados, en el homenaje que ayer recibieron en el Palacio La Moneda.
“Gracias a Dios estamos fuera y estamos libres. La minería ha quedado con el nombre muy en alto.
El país ha estado como se merece, muy alto, eso es grande para nosotros. Todos los chilenos pueden estar orgullosos que nuestro Presidente y nuestra gente nos cuidó como corresponde”, dijo el último minero en salir de la mina, llevándose un aplauso cerrado.
Sin duda, uno de los momentos más emotivos de una larga jornada de celebración para los trabajadores rescatados hace menos de dos semanas desde la mina San José.
Poco más de las 10 am, los mineros llegaron a La Moneda, donde fueron recibidos por el Presidente Sebastián Piñera en el Salón Azul de la casa de gobierno.
Luego, uno a uno y en el mismo orden en el que salieron a la superficie, entraron al patio de Los Cañones, donde los esperaba sus familiares, el gabinete completo y diferentes autoridades de varios sectores sociales y políticos.
Allí entonaron el himno nacional, el mismo que cantaron tantas veces durante su obligado cautiverio, y recibieron las banderas que simbolizaban a cada uno de ellos en palacio durante las labores de rescate, además de una réplica de la cápsula Fénix 2 y una medalla del bicentenario.
REENCUENTRO CON LA CÁPSULA
Junto a ellos, también fueron condecorados los seis rescatistas que bajaron hasta la galería del yacimiento San José y Piñera reconoció públicamente a André Sougarret y su equipo.
Luego vino el discurso de rigor. El Presidente les agradeció una vez más el ejemplo que dieron a través de su supervivencia y resaltó con bromas hacia la Primera Dama, Cecilia Morel, el “ejemplo de amor y fe” de los familiares de los 33.
“La decisión (nuestra) fue asumir en plenitud el 100% del compromiso de buscarlos cada uno de ustedes como si fueran nuestros hijos, encontrarlos con la ayuda de Dios y recatarlos con el aporte de miles de héroes que se entregaron por entero mientras estaban en las profundidades de la montaña”, dijo.
Para terminar, el Mandatario recordó que de ahora en adelante se trabajará en un “nuevo trato laboral” para los trabajadores, pues luego de lo ocurrido en Copiapó “aprendimos la lección”.
De ahí vino un alegre desorden, que terminó el reencuentro entre los mineros, la Fénix 2 y al menos mil personas que esperaban verlos en la plaza de la Constitución.
Todo ellos se declararon muy felices por el recibimiento y aprovecharon, con las palabras de Franklin Lobos, de reiterar que su accidente no debe quedar impune.
“Aquí hubo mucha gente que sufrió, no solamente nosotros, ver llorar a nuestras familias, ver llorar a mi señora, ver llorar a muchas familias, ver llorar a todo Chile, entonces esto no puede quedar impune”, dijo, poco antes de subirse al bus.
Al final, todos felices por el reconocimiento, recibiendo trato de héroes en la sede de gobierno.
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