Através de una brutal ofensiva, que hizo salir en desbandada hasta al propio Cliff Lee, los Gigantes de San Francisco dieron un primer paso en dirección a la gloria, al imponerse anoche 11-7 a los Rangers de Texas, en el inicio de la Serie Mundial.
Tim Lincecum tampoco estuvo eficiente, lo que mandó a la basura muy temprano la expectativa sobre un duelo de pitcheo. Sin embargo, extrañamente los Gigantes hicieron explosión y le dieron a los Rangers una buena dosis de su propia medicina.
Con 14 hits, incluyendo seis dobles y un jonrón matador de Juan Uribe, los Gigantes volvieron a burlarse de los pronósticos que los han colocado en desventaja respecto a los Rangers, que ayer vieron explotar a Lee, no agruparon su ataque y sus guantes mostraron agujeros.
Impulsados por su fama de equipo indomable y con Cliff Lee cubierto por la aureola de lanzador invencible sobre el box, los Rangers no perdieron tiempo para dejar en claro que eran superiores a los Gigantes.
Se fueron adelante 1-0 en la primera entrada, mediante sencillos de Elvis Andrus y Vladimir Guerrero ante un vacilante Tim Lincecum. Y para probar que no andaban con bromas, ampliaron a 2-0 en el segundo.
El propio lanzador Lee disparó doble empujador de Bengie Molina, mientras el AT&T Park callaba. Pero Lincecum reaccionó con tres ceros al hilo, mientras los Gigantes probaban por qué están en la Serie Mundial.
En el cierre del tercero, los Gigantes nivelaron 2-2, mostrando la parte humana de Lee. Michel Young hizo un error, pero Freddie Sánchez y Buster Posey conectaron cañonazos para provocar el equilibrio.
Mostrando buen sentido de la reacción, Lee regresó con un cero en el cuarto inning, pero en el quinto fue destruido por un operativo de seis carreras, de las cuales cinco fueron a su cuenta.
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