miércoles, 27 de octubre de 2010

Semblanza de Néstor Kirchner:


AFP - BUENOS AIRES - 14:40 - 27/10/2010
El ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007), fallecido hoy de una crisis cardíaca, fue el líder peronista que construyó su hegemonía política desde los escombros de la peor crisis económica de la historia del país.
Kirchner, de 60 años, construyó junto con su mujer y actual presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, un modelo sin precedentes de cogobierno, un activismo y un sostén mutuo tan fuerte que ahora su muerte abre interrogantes sobre el futuro del Ejecutivo hasta las presidenciales de 2011.
El ex mandatario había saltado al poder central desde su gobernación provincial de bajo perfil en la natal y despoblada Santa Cruz, merced a un vacío político jamás visto en la historia del país en 2001. La economía colapsó cuando el gobierno del conservador Fernando de la Rúa (1999-2001) congeló los depósitos bancarios, para mantener a toda costa la tasa de cambio fija de un peso igual a un dólar (convertibilidad) y el aliento a la inversión especulativa financiera.

Una rebelión popular con millones de argentinos en las calles con 30 muertos por las balas de la represión policial tumbó a De la Rúa y a su odiado ministro de Economía, Domingo Cavallo. Se desmoronaba como castillo de naipes el plan neoliberal de privatizaciones y apertura importadora que Cavallo había implantado en el gobierno del peronista Carlos Menem (1989-1999) y uno de sus críticos feroces era Kirchner.

Plan neokeynesiano
El Congreso fracasaba al nombrar sucesor y cinco presidentes hubo en Argentina en menos de dos semanas, hasta que otro peronista, Eduardo Duhalde, asumió en la transición hasta renunciar tras el crimen de dos militantes políticos bajo balas policiales. "Propongo un plan neokeynesiano (estímulo del Estado a la economía) sin déficit fiscal, de mucha inversión pública", prometió en campaña, antes de vencer en 2003 a Carlos Menem, quien se rehusó a enfrentarlo en segunda vuelta electoral.

Ex militante de la combativa Juventud Peronista (PJ), en los años de plomo de los 70, cuando formó pareja con Cristina Fernández, tomó el centro de la escena con un discurso y acción peronista de centroizquierda. "No hay futuro sin juicio a los culpables", sostuvo cuando firmaba la norma que derogó las leyes de amnistía, iniciativa que ha hecho sentar en el banquillo a casi un millar de oficiales y jerarcas de la dictadura (1976-1983), con casi medio centenar de sentencias hasta el momento.

Al terminar su mandato con una popularidad mayor al 60%, resignó la candidatura presidencial oficialista y luego el poder en su mujer, para continuar un infrecuente modelo de cogobierno que planteó desde la asunción en 2003. Kirchner tenía una frágil salud después de dos accidentes vasculares y uno gástrico en los últimos seis años, pero mantenía con mano de hierro el control del movimiento que surgió dentro del gobernante peronismo.

Buena fortuna
"¡Nos sacamos de encima al FMI!", exclamó con euforia cuando a mediados de la década canceló en un sólo pago su deuda por unos 9.500 millones de dólares, tras denunciar que las recomendaciones del Fondo Monetario fueron las que hundieron a la nación. Impulsó junto con su esposa la estatización de los fondos jubilatorios y oxigenó como nunca la negociación colectiva sindicatos-patronales para fijar salarios, además de conservar un tipo de cambio alto que permitiera reflotar las exportaciones competitivas.

Antes de marcharse del poder, la Justicia cerró una causa por presunto enriquecimiento ilícito con la compra de tierras fiscales en su provincia, pero las acusaciones de la oposición no cesan en el afán de que sea reabierta. Los Kirchner amasaron una fortuna que alcanzó el año pasado a los 55,5 millones de pesos (unos 13,9 millones de dólares), con un aumento de un 700% desde 2003 cuando asumió la presidencia Néstor Kirchner.

Pese a su falta de tacto para la diplomacia, fue elegido secretario de la Unión Suramericana de Naciones (Unasur), luego de establecer un fuerte eje de poder en alianza con el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y el venezolano Hugo Chávez. Kirchner era líder del gubernamental peronismo y usó su influencia para sostener al gobierno de su esposa, en confrontación contra grandes grupos corporativos, aunque su obsesión era la lucha contra lo que llamaba "los monopolios mediáticos".

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