El retiro de la cooperación internacional perjudica en primera instancia a los nicaragüense más desposeídos, pero también afecta directamente a las instituciones que ejecutan los proyectos que ellos financian.
Con el cierre de la Embajada de Noruega, en julio del próximo año, serán dependencias del Estado la más afectadas, ya que en los últimos años de los 17 proyectos que Noruega financió en el país, 10 fueron ejecutados por entes gubernamentales.
Aunque el embajador Tom Tyrihjell, al anunciar el cierre de la sede diplomática, expresó que la salida de Noruega no afectará en gran medida la cooperación que recibe Nicaragua, porque “no somos los únicos”, ni “esenciales”, al concluir en el 2013 la vigencia de los convenios que mantiene vigentes, el impacto se hará sentir.
Instituciones como la Presidencia, Policía Nacional, el Ministerio Agropecuario y Forestal, y el de Energía y Minas, el Instituto de Estudios Territoriales (Ineter), entre otros, son los que verán en peligro la continuidad y por consecuencia el impacto de algunos proyectos.
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