
La Organización de Estados Americanos (OEA) resolvió enviar a pláticas bilaterales a Nicaragua y Costa Rica, tras escuchar el informe y recomendaciones presentados por su Secretario General, José Miguel Insulza.
El presidente del Consejo de la OEA, Joaquín Maza, dijo en sus comentarios finales que “es eminente que existen asuntos pendientes que resolver por ambas partes que deben llamar la atención de este Consejo para la búsqueda de solución pacífica”, por lo que citó “la obligatoriedad de las partes para que los métodos pacíficos contribuyan a una solución”.
Maza, quien dio 48 horas para que Nicaragua y Costa Rica presenten sus análisis sobre su propuesta, recomendó que la OEA acompañe a ambos países en sus diálogos binacionales.
La decisión fue tomada a partir de las recomendaciones de Insulza, que consistieron en cuatro puntos.
El primer punto instó a que ambos países realicen la octava reunión de la Comisión Bilateral a más tardar en la fecha antes programada, que es el 27 de noviembre.
El segundo punto recomendó retomar las pláticas sobre la línea fronteriza conforme los tratados vigentes, en este caso el Jerez-Cañas, el Laudo Cleveland, los Laudos Alexander y el veredicto de la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
El tercero fue evitar fuerzas armadas, llámese Ejército o Policía, donde su presencia pudiera generar tensión.
Y el cuarto consistió en ejecutar acciones para combatir el narcotráfico y el crimen organizado.
NICARAGUA CELEBRA, COSTA RICA CONTRADICTORIA
El embajador nicaragüense ante la OEA, Denis Ronaldo Moncada Colindres, celebró la propuesta del Consejo, que coincidió con Nicaragua en tres de los cuatro puntos, ya que no estuvo de acuerdo en retirar a los efectivos del Ejército nicaragüense de Harbour Head.“Nicaragua no admite ultimatum. Nosotros aceptamos el diálogo, la negociación y la búsqueda de soluciones pacíficas a los diferendos”, dijo Moncada Colindres, con respecto a la posición de Costa Rica, de que el Ejército de Nicaragua abandone Harbour Head.
OTRO TICO QUE PIERDE LA CALMA
Por su parte Enrique Castillo, embajador costarricense ante la OEA, que representó ayer Costa Rica tras el fracaso del canciller René Castro ante el Consejo, se mostró reacio a tres de las cuatro recomendaciones de Insulza.
Castillo reaccionó incómodo al diálogo bilateral, al posible amojonamiento y densificación de hitos que demarcan la frontera según el derecho internacional, y a combatir el narcotráfico y el crimen organizado.
Al final, los miembros del Consejo, a excepción de Panamá, evitaron caer en el mensaje confrontativo y contradictorio del representante costarricense.
“Costa Rica es un país pacífico, pero algunos llamados a la paciencia, al tiempo, a hacer las cosas con tranquilidad, bilateralmente, podría avalar un precedente pésimo, que es aceptar una situación de violación de territorio de un país, día que pasa, hora que pasa, esos principios están siendo mancillados. La OEA no debe consolidar esa situación ni hacerla prolongarse”, expresó Castillo.
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