domingo, 28 de noviembre de 2010

Concentración tímida de Fabio Gadea


Si no fuera por Los Huracanes del Norte y por el animador que en cada pausa gritó: “¡Democracia sí; dictadura no!”, el mitin del precandidato presidencial Fabio Gadea Mantilla, ayer en La Trinidad, hubiera sido tan silencioso como una iglesia vacía, como un susurro de pasos en la penumbra durante una procesión de Semana Santa.
Mientras esperaban el plato fuerte de la concentración, a “Pancho Madrigal”, como también lo llaman sus seguidores, los que estaban frente a la tarima miraban extasiados a los músicos de Los Huracanes del Norte, que se visten de mariachi y tocan rancheras lo mismo que música de chinamo.
Y cuando el animador volvía a gritar “¡Democracia sí!”, esperando completar la frase “...¡Dictadura no!”, eran pocos los que coreaban.
Venidos de comunidades cercanas como El Naranjo, de donde salió María Orozco que hizo un viaje de dos horas y media a caballo, o de otras latitudes del país como Masaya, de donde salió a las siete de la mañana el agricultor Pablo de Jesús López, los que ayer siguieron a Gadea hasta la plaza Caridad de La Trinidad fueron menos que en concentraciones anteriores, en otros municipios.
La plaza del pueblo, que en realidad son dos canchas de baloncesto en las que se divierten los muchachos del pueblo, se llena con dos mil personas, según calculó un policía de la localidad.
Ayer, cuando Gadea subió a la tarima, sólo estaba llena una de las canchas. En la otra cancha habían unas cuantas más dispersas y calladas. Por eso se leía bien el letrero que decía: “No soy liberal, pero voy con Pancho Madrigal”, que bien podría ser la viñeta de una camiseta.
Y se hicieron notar las camisetas blancas que en letras azules mostraban la frase ya célebre de Fabio Gadea: “La culpa no es de los que se equivocan. La culpa es de los ausentes”.
LOS DISCURSOS
Antes que hablara Gadea, hablaron todos los que subieron a la tarima con él. O casi todos. El Alcalde del pueblo, el presidente municipal del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), el diputado Maximino Rodríguez, Edmundo Jarquín, del partido Movimiento Renovador Sandinista (MRS), dos representantes de las mujeres y Eduardo Montealegre, del Movimiento Vamos con Eduardo (MVE).
DEMOCRACIA O DICTADURA
Las palabras de algunos fueron decididamente contra el Frente Sandinista (FSLN), el partido del presidente Daniel Ortega.
“Nicaragua ha caído bajo la dictadura del tirano Ortega”, gritó Maximino Rodríguez. “Aquí la lucha es entre la democracia y la dictadura”, arengó Montealegre. “Aquí no queremos más dictaduras”, exclamó Jarquín del MRS, en alusión a Ortega.
No todos los que hablaron eran los que estaban arriba en la tribuna. Al lado de Gadea, que repartió los colores de la Bandera nicaragüense en su atuendo de camisa azul con pañuelo y pantalón blanco, estaban Indalecio Rodríguez, del PLI (Partido Liberal Independiente) y Luis Callejas, diputado liberal de Chinandega.
RELIGIOSOS

Otros discursos fueron vehementes, religiosos. Francisco Alcides Molina, el presidente municipal del PLC, apeló en varias partes de su discurso a la justicia de Dios, “al Rey de reyes... porque es el que todo lo puede”.
Al estilo del gobierno de Ortega, que se declara “cristiano, solidario y socialista” y que en sus actos invoca a Dios con frecuencia, en la concentración de ayer también tronaron frases como “Dios es el que quita y pone reyes” o “gracias al Altísimo”.
También, como lo hace el Gobierno en muchas de sus actividades, la concentración de ayer arrancó con una invocación religiosa.
EL MENSAJE DE ALEMÁN
Francisco Alcides Molina, el presidente municipal del PLC, que pidió los votos para Fabio Gadea en las elecciones presidenciales del próximo año, informó que hace días se reunió con el ex presidente Arnoldo Alemán para pedirle que aparte sus pretensiones de volver a la Presidencia, y apoye a Gadea.
Molina confesó que antes de su encuentro con Alemán se hincó y le suplicó a Dios.
Del encuentro dijo que Alemán, líder del PLC, aceptó reunirse con Gadea en un terreno neutral. Que no sea ni en su casa, ni en la de él, pero que podía ser en la de los parientes comunes (una hija de Alemán y un hijo de Gadea son casados).
“Vamos a buscar el acercamiento con él (Alemán)”, dijo Fabio Gadea después del acto de ayer.
Mientras los políticos arengaban, parte de los asistentes estaban sentados en la acera, a la sombra de la arboleda de nim que rodea la plaza; y sólo se pararon para ver a Los Huracanes del Norte que a veces cantaban, y los bailes folclóricos.
“Vine por la alegría de Fabio”, dijo Elvin Ruiz Cruz, un adolescente de la comunidad de Potrero Ollanta, que de lunes a domingo trabaja la tierra y ayer subió a un camión con su mejor ropa para ir al pueblo; y que una vez allí se sentó en la acera de la plaza Caridad, a esperar el fin de la concentración en la que nunca gritó, ni aplaudió. Sólo miró.
DISCURSO CON PASTILLAS VICKS
Con una voz carrasposa, la de un locutor cansado, Gadea arrancó su esperado discurso, el último de la jornada. Fue breve, no más de 10 minutos, y conciso, al grano. Gadea no explicó programas de gobierno.
“Está hecha leña la garganta del hombre”, dijo un campesino con sombrero que estaba entre los espectadores, entre los seguidores.
Arriba, Gadea repitió: “Queremos un gobierno que inaugure la revolución de la honestidad”. Y concentró en tres puntos su plataforma de gobierno: La educación a largo plazo, la economía y la institucionalidad.
Sobre los temas nacionales, criticó la corrupción de funcionarios que se compran aviones “en medio millón de dólares”, en clara alusión al presidente del Consejo Supremo Electoral (CSE), Roberto Rivas Reyes, quien ha amasado una fortuna inexplicable.
Cuando menos lo esperaban, Gadea dejó de hablar y no hubo largas ovaciones para sellar sus palabras.
“Me conduelo de la gente que está aguantando sol”, dijo al explicar a LA PRENSA por qué hace discursos breves.
Sobre el problema de su garganta, también dio una respuesta simple: “Con unas pastillas vicks se me compone”.

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