lunes, 4 de julio de 2011
Ortega repite errores de los 80
MANAGUA
El 16 de febrero de 2010, el embajador de Estados Unidos, Robert Callahan, compartió con sus superiores en Washington una extraña sensación. Al hacer un balance de tres años de gobierno de Daniel Ortega, previo a la visita oficial del senador Christopher Dodd, el diplomático estadounidense experimentó una especie de Déjá Vu.
“Muchas de las circunstancias actuales en Nicaragua reflejan la última vez que el FSLN (Frente Sandinista) estuvo en el poder en los años 1980: crisis económica; esfuerzos manifiestos para consolidar el control del partido único en el gobierno nacional y local; represión activa de la sociedad civil, medios independientes y la oposición; y una activa maquinaria propagandística que clama por un mayor apoyo para el partido (gobernante) y su agenda”, escribió Callahan en el cable diplomático 249058, liberado por la organización WikiLeaks.
El senador demócrata Dodd, junto al republicano Robert Corker, planeaban visitar Nicaragua el 21 de febrero de 2010. Para el embajador Callahan, la visita de ambos legisladores se produciría en un momento de “excepcional desafío” en el entorno político nicaragüense, ya que la problemática incluye una sentencia judicial que permitiría a Daniel Ortega buscar una reelección continua, incertidumbre económica, pérdida de la asistencia de países donantes, y la consolidación de un sistema partido-patrón que recompensa la lealtad y castiga la disidencia y la oposición.
Callahan indicó que en ausencia del presidente Daniel Ortega, la misión diplomática buscaba una cita con el vicepresidente Jaime Morales Carazo, quien seguramente le brindaría una “amistosa recepción” a ambos visitantes. Sin embargo, les advirtió que eso no ocultaría las presiones y las tensiones subyacentes que el partido sandinista viene ejerciendo sobre la sociedad civil, sobre los medios democráticos y sobre la institución militar. Incluso, “la embajada no está libre de acoso”, se quejó el embajador.
Acoso e intimidación a los opositores
En el cable diplomático de seis páginas de extensión, Callahan refiere que desde que asumió la presidencia en 2007, Ortega ha consolidado su poder y su influencia en todos los poderes del Estado y a todos los niveles. Con la excepción, quizás, de la institución militar profesional.
Señala que ha institucionalizado los Concejos del Poder Ciudadano (CPC), como una forma de “democracia directa” desde la base, independiente de afiliación política, sin embargo una encuesta reciente demostró que sólo 5% de los nicaragüenses participan en los CPC.
En cambio, agrega que el partido gobernante se muestra muy activo para limitar las capacidades de la sociedad civil y de los medios en el ejercicio de sus derechos cívicos. Al respecto, recuerda que el FSLN en repetidas ocasiones ha convocado a sus partidarios a confrontar con violencia marchas de la oposición que son pacíficas, propiamente autorizadas y críticas de las acciones antidemocráticas del gobierno.
“Ortega y el FSLN no pueden tolerar la disidencia o la crítica. Ortega repetidamente ha denunciado a sus críticos –incluyendo medios y políticos opositores, sociedad civil y ex líderes del FSLN—como “traidores” y “agentes” de la “conspiración imperialista” de los Estados Unidos”, señaló Callahan en el citado cable diplomático, y mencionó por ejemplo el caso del poeta Ernesto Cardenal, ex ministro de Cultura en los años 80, a quien se le ha intentado acallar e intimidar a través del acoso legal.
Callahan profundizó sobre el acoso a los medios independientes, al señalar que éstos están particularmente bajo presión. Al respecto, reseñó que entre junio y noviembre de 2009 el Gobierno de Nicaragua bloqueó arbitrariamente la señal y confiscó los equipos de dos diferentes estaciones de radio opositoras. Una de ellas corresponde a la emisora radial “La Ley”, propiedad del periodista Santiago Aburto, cuyos equipos fueron confiscados arbitrariamente por hombres armados, horas antes de su inauguración. A la fecha ni la licencia de operación ni los equipos le fueron devueltos.
En cambio, el embajador destaca que el gobernante FSLN ha expandido su presencia mediática, ampliando la capacidad de sus emisoras y adquiriendo emisoras rurales independientes que enfrentaban problemas financieros. Además, cita la adquisición de una televisora local –Telenica Canal 8—con fondos venezolanos. Con esa compra, el gobierno tiene en sus manos dos de los cinco canales de televisión abierta (canal 4 y canal 8).
Un año y cuatro meses después de que fue redactado este cable, el 13 de junio de 2011, se agregó a esa lista un nuevo canal de televisión abierta, el canal 13, propiedad y bajo la administración de tres hijos del matrimonio presidencial Ortega-Murillo.
Pese a ese panorama sombrío de los primeros tres años del mandato de Ortega, en el párrafo final del cable diplomático, Callahan señala que mientras las instituciones políticas son débiles y fácilmente manipulables, “la sociedad civil, la Iglesia Católica, los medios y los elementos más serios de la oposición son quienes han hecho atrás y han restringido las capacidades del gobierno de Nicaragua para empujar su agenda autoritaria”.
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