miércoles, 27 de julio de 2011

Obras de Tumarín arrancan en noviembre




La visita a Brasil la semana antepasada del Canciller de la República, Samuel Santos, sirvió, entre otras cosas, para mostrar el interés del gobierno de Nicaragua en el proyecto hidroeléctrico Tumarín, y para confirmar que los nuevos inquilinos del Palacio de Planalto en Brasilia, tienen el mismo interés que sus predecesores.

Y aunque ni el canciller ni su equipo de prensa respondieron una petición de entrevista formulada por Confidencial, Roberto Abreu, Gerente General de Centrales Hidroeléctricas de Nicaragua (CHN), la empresa dueña del proyecto dijo que “si el canciller fue a Brasil, es precisamente porque todo lo que es el tema del financiamiento está concluido”.

La noticia informando de la visita del alto funcionario a Brasilia, levantó sospechas de que hubiera problemas para conseguir los U$1,100 millones necesarios para su construcción, agravado por el hecho que las obras tienen ya más de un año de atraso.

“Con el cambio de gobierno en Brasil, hubo un cambio de comando en Eletrobras (la empresa estatal brasileña que es dueña del 45% de CHN), y este nuevo comando quiso revisar todo el proyecto para estar seguros de qué se trataba, antes de dar el visto bueno para seguir adelante”, explicó Abreu.

El administrador explicó que durante la reunión de Santos con las autoridades brasileñas “se manifestó la intención y el compromiso de concretizar el proyecto muy pronto, y sirvió para aclarar los rumores sobre la supuesta falta de financiamiento, pero ahora todo está normal”, aseguró.

Consultado al respecto, Javier Chamorro, Director Ejecutivo de la Agencia de Promoción de Inversiones, ProNicaragua, coincidió con la versión de con el cambio de gobierno en la nación más grande de Suramérica, “hay una administración nueva, de modo que se necesita impulsar el proceso para que fluya en la nueva burocracia”.

Aparte de eso, consideró que la visita de Santos “es parte de los contactos que hay que hacer a lo largo de un proceso: hay que pasar por todos los filtros, evacuar todas las dudas, y lograr que te aprueben el plan financiero para garantizar que todo se mueva de forma fluida”.

Chamorro recordó que “el financiamiento proviene de un banco estatal brasileño, el BNDES, y el BCIE está haciendo la sindicación”, asegurando que se trata de un proceso complejo que requiere “hacer múltiples gestiones con el gobierno para que te lo aprueben”.

Un empresario del sector de la construcción dijo que un funcionario de CHN le relató que el atraso surge desde que se decidió ampliar la capacidad del proyecto desde los 220 megavatios iniciales, hasta los 253 contemplados en la actualidad, además del alza en los precios de diversos insumos, especialmente el acero y el petróleo.

“Si te acordás, antes se hablaba de un proyecto como de U$800 millones, y ahora están hablando de U$1,100 millones. Es mucho dinero como para conseguirlo así nada más: hubo que hacer nuevos estudios financieros, y convencer otra vez a los bancos que ya habían dado el ‘sí’, para que volvieran a darlo”, explicó.

Aseguran que Eletrobras será el operador

Junto a la duda por la seguridad financiera del proyecto, Confidencial también conoció preocupaciones en círculos empresariales que aseguran que CHN se limitaría a construir la obra para buscar después un inversionista que compre el proyecto para operarlo, puesto que su giro principal de negocios es la construcción y no el manejo de una central hidroeléctrica.

Roberto Abreu, Gerente General de la compañía, explicó que “CHN, como dueña del proyecto, va a contratar la construcción y luego va a operar la planta, por medio de Eletrobras, que también se hará cargo de la formación de los operadores”.

Por su parte, el ministro de Energía y Minas, Emilio Rappaccioli, desestimó esa preocupación, al recordar que “uno de los socios de Tumarín es Eletrobras, una de las empresas más grandes del mundo y con mucha experiencia en ese campo”.

El titular del MEM detalló que “Eletrobras genera 50,000 Mw. sólo en Brasil, incluyendo la represa de Itaipú, con 12,000 Mw., y siendo que ENEL es socio del proyecto, te puedo garantizar que habrá personal de ENEL aprovechando la operación de la planta para obtener capacitación del más alto nivel”, aseguró.

18 meses de atraso

Si la construcción finalmente arranca a finales de año, como está previsto, eso dará fin a un retraso de 18 meses, toda vez que estaba previsto que arrancara en mayo del 2010.

Abreu asegura que “ya estamos trabajando en la zona con las últimas perforaciones de los estudios, que nos permitirán arrancar con el movimiento de tierra al comenzar el verano, porque con la lluvia eso es muy difícil”.

El primer paso será la construcción de 50 kilómetros de camino de todo tiempo (macadán), desde San Pedro del Norte, hasta el lugar de la presa, que se llama Palpunta, vía a la que se dará mantenimiento permanente para poder usarla todo el año.

El gerente admite que estaba previsto empezar en 2010, pero el cambio de gobierno en Brasil, y el cambio de autoridades en la estatal Eletrobras, llevó a que el nuevo equipo se tomara su tiempo para “evaluar el proyecto con los niveles de rigor que ellos demandaban para estar seguros de su inversión, y ya tenemos la confirmación de que todo sigue adelante”.

Abreu asegura que nunca existió la posibilidad de que el proyecto quedara en el aire, y remitió todo a “un proceso natural de transmisión del poder, pero nunca tuvimos temor de que no nos fueran a dar la confirmación”.

En todo caso, la decisión de la empresa estatal brasileña era determinante dado su peso en la compañía, siendo que es dueña del 45% de las acciones, lo que se refleja en la composición de su junta directiva, integrada por 4 representantes de Eletrobras, 4 de Queiroz Galvão, y 2 de ENEL, que tiene el 10% de las acciones, para sumar 10 asientos, entre propietarios y suplentes.

El acuerdo con el Estado de Nicaragua ordena entregar la planta cuando se cumplan 30 años de operación, lo que ha sido criticado por potenciales inversionistas europeos que sienten que tres décadas no es suficiente para recuperar una inversión de ese tipo.

Para CHN, esa cláusula “es una práctica común, que existe en Brasil y en otras partes donde haya plantas en concesión, en las que se prevé que la inversión regrese al concedente. Los términos contractuales de este proyecto son similares a los de todos los proyectos que conocemos”, aseguró Abreu, remarcando que aunque en algunos países hay concesiones perpetuas, a cien años, o a 50 años, ellos están cómodos con ese mandato, así como con la obligación de darle un asiento al gobierno.

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