Las cámaras privadas nicaragüenses de los sectores que tienen relaciones comerciales con Venezuela creen que el Gobierno no puede seguir sin atender la demanda de que se negocie un Tratado de Libre Comercio (TLC) con el país sudamericano.
Los empresarios consideran que al formalizar el intercambio comercial entre Nicaragua y Venezuela, por medio del mecanismo de ese tipo, se daría garantía de estabilidad y la no intervención de aspectos políticos.
El presidente de la Cámara de Industria de Nicaragua (Cadin), Mario Amador, y el gerente del matadero Nuevo Carnic, Enrique Moncada, admiten que les inquieta el efecto en la parte comercial ante lo que pueda ocurrir en las relaciones entre Nicaragua y Venezuela, en un nuevo contexto de recomposición de poder del presidente Hugo Chávez, por motivos de salud.
La carne es el principal rubro que oferta el país al mercado venezolano, sumando 69.8 millones de dólares acumulados en 2011.
Moncada dice que aún cuando los lazos comerciales entre ambos países “se han aumentado”, piensa que debe romperse el vínculo de la intervención directa que tiene el Estado de Venezuela.
Nuevo Carnic envía por semana cuatro contenedores de carne de bovino. En cada uno se envían 43 mil libras.
Las exportaciones a Venezuela se hacen a través de Alba Alimentos de Nicaragua, S.A. (Albalinisa), una de las empresas del grupo Alba. Albalinisa se encarga de comprar los productos nicaragüenses y maneja el envío a Venezuela.
Aunque Moncada y Mario Amador, presidente de Cadin, creen que se mantendría la compra de alimentos nicas ante el déficit que enfrenta Venezuela, insisten en que más conveniente es separarlo de la voluntad política de los gobiernos.
Lo correcto, dice Amador, es que “relaciones comerciales sean privadas bajo un TLC o acuerdo comercial parcial, cualquiera puede servir para dar seguridad sobre el futuro”.
Sin embargo, Amador asegura que la demanda de que firme un TLC con Venezuela sigue sin interesar a las autoridades del Gobierno nicaragüense.
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