miércoles, 20 de julio de 2011

Misiles tierra-aire: una negociación fallida




En una entrevista con Confidencial hace dos semanas, el saliente embajador Robert Callahan confirmó que Estados Unidos ofreció al gobierno de Nicaragua cinco millones de dólares en ayuda médica para el hospital La Mascota, a cambio de la destrucción del lote de 651 misiles tierra aire. Las dos partes estaban listas para rubricar el acuerdo, pero por razones que nunca se hicieron públicas, el presidente Ortega se echó para atrás a finales de julio del 2008, y enterró las negociaciones.
El tema de los misiles tierra-aire de origen soviético, que están en poder del Ejército de Nicaragua desde los años 80 y que se denominan MANPADS por sus siglas en inglés, ha sido uno de los puntos cruciales en la agenda bilateral entre Estados Unidos y Nicaragua. Hay más de 20 cables diplomáticos, filtrados por WikiLeaks, suscritos por Paul Trivelli y Robert Callahan, detallando los pormenores de las visitas de políticos y militares de ese país, que llegaron a Managua a cabildear a favor de la destrucción completa o parcial de los MANPADS, por considerar que estos representan una amenaza para la aviación civil y que son obsoletos para los esquemas modernos de defensa. Sin embargo, en los cables de la embajada, no se explican las causas del fracaso de la negociación.
“Lo que pasa es que este es un asunto muy delicado, que se manejaba directamente desde Washington, y por eso en los cables que envía la embajada desde Managua, no se registra esa información sensible”, explicó una fuente diplomática.
Callahan insiste
El 11 de septiembre de 2008, durante una conversación telefónica “de cortesía”, el embajador de los Estados Unidos, Robert Callahan, reiteró al Ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua, Samuel Santos, que seguía “sobre la mesa” la oferta de su país de otorgar fondos para la adquisición de equipos médicos, a cambio de la destrucción de los misiles soviéticos tierra-aire, que se encuentran en los arsenales del Ejército de Nicaragua.
El cable diplomático 170722, fechado el 19 de septiembre, contiene los detalles de la conversación entre Callahan y Santos. En la parte final del texto de cuatro páginas, al referirse a los cohetes tierra-aire, el diplomático estadounidense reiteró la oferta de ayuda humanitaria y señaló que esperaba recibir una respuesta oficial del gobierno nicaragüense.
“Santos replicó que fue “desafortunado” que los detalles de la propuesta se filtraran a la prensa”, refiriéndose a declaraciones que brindó el embajador Paul Trivelli a medios de comunicación nacionales, entre ellos el programa de televisión Esta Semana, en los que admitió que su país estaba ofreciendo equipos y suministros médicos a cambio de la voladura de 651 misiles tierra-aire, conocidos como SAM-14.
Sin embargo, Callahan hizo la siguiente acotación en el cable diplomático. “Santos ignoró de hecho que fue (Daniel) Ortega quien declaró públicamente los elementos principales de la propuesta nicaragüense y de la contrapropuesta de Estados Unidos”.
En efecto, durante los actos oficiales del XXVIII Aniversario de la Fuerza Aérea, el 31 de julio de 2007, el presidente Ortega señaló en su discurso que estaba dispuesto a ordenar la destrucción de 700 cohetes tierra-aire (de un total de 1,100 en inventario), a cambio de equipos y suministros médicos para mejorar las instalaciones hospitalarias, dado que Estados Unidos no parecía dispuesto a otorgar helicópteros a cambio de las armas defensivas.
Al finalizar la conversación telefónica entre Callahan y Santos, el Canciller nicaragüense le prometió al diplomático estadounidense que hablaría personalmente con Ortega sobre el tema de los cohetes durante el viaje que harían a Naciones Unidas y que “Ortega vería la propuesta (de ayuda humanitaria) personalmente”.
Radiografía del sistema de salud
Entre el 3 y 13 de marzo del 2008, de acuerdo al cable diplomático 147199, fechado el 25 de marzo de ese año y suscrito por el embajador Paul Trivelli, un equipo de expertos del Centro de Inteligencia Médica de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos (de siglas AFMIC) visitó el país en misión oficial y recorrió hospitales, centros de salud e instalaciones de salud en 10 departamentos del país, además de las regiones autónomas del Caribe.
El cable diplomático, de 13 páginas de extensión, contiene un exhaustivo reporte del equipo de expertos médicos, integrado por cuatro personas. Este documento es una radiografía penosa y deprimente del sistema de salud pública nicaragüense. Por ello, señalaron, “este reporte es sólo para uso interno del gobierno de Estados Unidos (USG). Nosotros vamos a proveer un corto, un resumen ejecutivo del reporte al Ministro de Salud”.
En resumen, los expertos señalan que la infraestructura médica está severamente degradada, debido al tiempo, el sobre-uso y la falta de recursos financieros. Resultado: escasez de suministros, equipos y de personal capacitado en el sistema público de salud. Estas deficiencias pueden contribuir a tasas altas de mortalidad en grupos selectos.
“La mayoría de las instalaciones médicas están en antiguos edificios e infraestructura. El 75 por ciento de los viejos hospitales visitados fueron construidos de adobe, en 1863. Estos edificios todavía están en uso hoy”, señalaron los expertos.
Y añadieron: “La mayoría de los equipos actualmente en inventario son arcaicos. Cuando este equipo se daña o necesita ser reabastecido, no puede hacerse debido a la antigüedad del equipo. Los repuestos de los años 70 no están disponibles”.
Sus conclusiones son lapidarias. “Hay numerosos requerimientos de asistencia y tomaría años mejorar la prestación de asistencia sanitaria en Nicaragua. Eventualmente sería necesario considerar el reemplazo de todas las instalaciones públicas (de salud) a largo plazo, e identificar un plan de financiamiento para llevarlo a cabo”.
La solicitud oficial de Nicaragua
En las últimas seis páginas, el equipo de expertos médicos militares evaluó la extensa lista de equipos y suministros de salud, proporcionados por el Gobierno de Nicaragua. Señaló que la lista de necesidades de equipos era “comprensiva” y dado el sistema lamentable de salud pública, era posible configurar paquetes de asistencia humanitaria, sin perder de vista los problemas actuales de infraestructura, el bajo nivel de entrenamiento, y la escasez de equipos.
Los expertos describieron tres acciones. La primera consistía en reconstruir y equipar la sala de emergencia del Hospital del Niño en Managua, así como las unidades de cuidado intensivo neonatal y pediátrica, además del laboratorio.
En cuanto a equipos, las autoridades nicaragüenses estimaron que las salas neonatal y pediátrica de cuidados intensivos del Hospital “La Mascota”, así como de rayos X y de laboratorio, requerían una inversión estimada en US$788,452 para la compra de equipos, camas, suministros y radioactivos, entre otros.
La segunda acción consistía en comprar y distribuir equipos a todos los hospitales del Ministerio de Salud (MINSA), entre estos, ventiladores, monitores de signos vitales, monitores cardíacos y otros. La solicitud comprendía 60 unidades de cada uno, y en total sumaban US$3.6 millones.
La tercera opción correspondía a construir un centro hospitalario completo en Managua, pero esta acción incidiría directamente sólo en una pequeña porción de la población nicaragüense.
Misiles pertenecen al pasado
Junto a la misión de expertos militares llegó el Director de la Oficina de América Central del Departamento de Estado, el señor John Feeley, quien permaneció en visita oficial los días 4 y 5 de marzo de 2008. El 4 se reunió con el presidente Ortega, en un encuentro que se fue aplazando hasta las 10:00 de la noche. Las notas de la reunión las escribió el embajador Paul Trivelli, en el cable 147387.
“Feeley destacó a Ortega que los MANPADS pertenecen a otra época y que el gobierno de Estados Unidos y del presidente Ortega tienen una oportunidad única para poner gran parte de ese pasado atrás, al llegar a un acuerdo para la rotación de estos misiles”.
Los misiles tierra-aire soviéticos, denominados SAM-7 y SAM-14, fueron proporcionados a Nicaragua en los años 80, cuando estaba en lo fino la denominada “Guerra fría” y sobre nuestro país existía la amenaza de regímenes militares vecinos. Por otra parte, a lo interno, se libraba una feroz guerra con los Contras.
Tras el fin de la guerra y la firma de acuerdos de paz en la región, quedaron en poder del Ejército de Nicaragua una cifra aproximada a los 2,000 misiles tierra-aire, una parte de los cuales se vendió a Ecuador. En mayo de 2004, durante el gobierno de Enrique Bolaños se destruyeron 333 misiles, quedando en inventarios alrededor de 1,100.
Feeley, durante el encuentro con Ortega, propuso que se continuara avanzando en la destrucción de los misiles relacionándolos a la Iniciativa de Mérida, que su gobierno promovía en la región para enfrentar las amenazas transnacionales, entre éstas el crimen organizado y el narcotráfico. Frente a esas amenazas, el funcionario estadounidense insistió que los MANPADS (misiles tierra-aire) no son efectivos.
Sin embargo, el presidente Ortega –según el contenido del cable de Trivelli—se fue por la tangente e impuso otros temas en la conversación con Feeley. Primero le expuso que estaba convencido de que debía renegociarse el Acuerdo de Libre Comercio con Estados Unidos, el CAFTA, por las evidentes asimetrías entre los socios. Luego tocó el tema de la disputa territorial con Colombia más allá del paralelo 82, la decisión de la Corte Internacional de La Haya, la incursión colombiana en Ecuador para atacar los campamentos de las FARC, la lucha de la guerrilla por una sociedad colombiana más justa y, finalmente, señaló que Uribe era un “líder belicoso y arrogante”.
Trivelli apuntó que al día siguiente, el gobierno de Nicaragua rompió relaciones diplomáticas con Colombia, para restaurarlas días después, durante la Cumbre de Río.
Irónicamente, al final del cable diplomático, Trivelli describe que Feeley concedió una amplia entrevista a El Nuevo Diario, en la cual el funcionario estadounidense señaló la satisfacción del gobierno de Estados Unidos con la voluntad de Ortega de negociar un acuerdo sobre la cuestión de los MANPADS (misiles).
Remarcó que no han llegado aún al punto de definir un número preciso de misiles a destruir, sin embargo, refirió que “ambas partes han demostrado una firme voluntad de trabajar hacia una solución que beneficie al pueblo nicaragüense”.
Shannon insiste en la oferta
Meses después, el 23 de septiembre de 2008, el Asistente del Secretario del Departamento de Estado de EE.UU., Thomas Shannon, sostuvo un encuentro con Samuel Santos, Canciller nicaragüense, en Nueva York, en el que hablaron de varios temas bilaterales y de política exterior, entre los cuales surgió la destrucción de los cohetes tierra-aire a cambio de ayuda humanitaria.
La conversación oficial, celebrada en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas, quedó registrada en el cable 171706. “El Asistente Shannon preguntó si el presidente Ortega podría reconsiderar la oferta de Estados Unidos de suministros médicos a cambio de la destrucción de los MANPADS. Esto sería un símbolo importante de la alianza entre los dos países”, escribió Rice.
“Santos consideró que el acuerdo podría ser beneficioso para Nicaragua y agregó que hablaría con el presidente Ortega al respecto”, añadió.
Fraude electoral: giro de 180 grados
El silencio y la indiferencia del gobierno nicaragüense alrededor del tema de la destrucción de los cohetes SAM-14 a cambio de una millonaria ayuda médica, dio un giro de 180 grados, cuando se registró un nuevo encuentro entre Santos y Shannon, el 2 de marzo de 2009, en la sede del Departamento de Estado en Washington DC.
“Santos solicitó la reunión para discutir el estado de las negociaciones sobre los MANPADS, pero durante el encuentro también abordó las elecciones municipales de noviembre, los planes del gobierno de llevar a cabo reformas electorales, y el compacto de la Cuenta Reto del Milenio”, reseñó Clinton en el cable 196397.
“Santos dijo que Nicaragua quería firmar el acuerdo sobre los MANPADS propuesto originalmente por el gobierno de Estados Unidos, sin necesidad de futuras negociaciones. También presentó a Shannon un Libro Blanco del gobierno de Nicaragua sobre las elecciones de noviembre, que dijo demuestra que las elecciones no fueron fraudulentas”.
Por su parte, el funcionario estadounidense le dijo que la percepción común en Estados Unidos y entre otros países donantes era que se había registrado fraude en las elecciones de noviembre pasado. “Esto sigue siendo un problema, señaló Shannon, y las promesas de reforma electoral dijo que no eran suficiente para restaurar la confianza en la autoridad electoral nicaragüense”.
Sobre el tema de los MANPADS, “Santos dijo que el Gobierno de Nicaragua está esperando concluir un acuerdo sobre la destrucción de 651 MANPADS a cambio de aproximadamente US$5 millones para la renovación del hospital infantil de Managua y para el suministro de equipos médicos. El dijo que Nicaragua podría firmar el acuerdo propuesto por el USG sin futuras negociaciones. El Asistente Shannon dijo que podría responder a la propuesta nicaragüense tan pronto como fuera posible”.
Este es el último cable diplomático estadounidense que se registra sobre el tema de la destrucción de los misiles tierra-aire y su fallida negociación.

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