BEIJING, CHINA
La pasión de China por lo grande sigue sin hallar límites. A un costo de 1,500 millones de dólares, ahora son los dueños del puente más largo del mundo.
La construcción rompió el récord que tenía el viaducto sobre el lago Pontchartrain, en Nueva Orleans, sur de EUA.
El chino tiene una longitud de 42.4 kilómetros y cruza la bahía de Jiaozhou para comunicar la ciudad costera de Qingdao con el suburbio de Huangdao.
Por su distancia, el puente podría cruzar el Canal de la Mancha, que en su punto más estrecho tiene 32 kilómetros. La prensa estatal informó que la estructura pasó las pruebas de resistencia el lunes y se abrió al tráfico este jueves, junto con un canal submarino.
No por mucho tiempo
En todo el país, la industria de la construcción emplea a unos 37 millones de trabajadores.
Thomas J. Campanella, autor de “El dragón de cemento”, decía hace unos días que para escribir sobre urbanización en China había que hablar con superlativos. Casi todo en el país es gigantesco.
Según Campanella, alrededor de la mitad del acero y del cemento que se emplea en el mundo la devora China y la mitad de la maquinaria pesada de construcción del planeta se ha trasladado a esa república.
Se estima que por el “puente récord” transiten unos 30,000 vehículos diarios y que el tiempo de viaje entre ambos extremos se reduzca en media hora. Sin embargo, es probable que la nueva estructura no mantenga el récord del más largo del mundo por mucho tiempo.
En 2009, China empezó los trabajos de otro puente de una longitud aún mayor que conectará el principal centro industrial de Guandong con Hong Kong y Macau, aunque sólo 35 kilómetros de su estructura -que se inaugurará en 2016- estarán sobre el agua.
El proyecto, que implicó la edificación de 5,200 pilares, tomó 4 años.
Para 2025, nueve de las diez ciudades más grandes del planeta estarán en China.
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