domingo, 12 de septiembre de 2010

¿Podrá el Ejército parar a Ortega?


MANAGUA._Por Juan Ramón Huerta
El general Hugo Torres explica cómo el presidente Daniel Ortega ha venido acarreando a su lado a los mandos de la Policía y más sutilmente a los del Ejército Nacional, institución que pondrá a prueba su desarrollo institucional y el carácter de sus miembros, más allá de sus simpatías políticas.
¿Cómo evalúa las relaciones sostenidas entre el presidente Daniel Ortega, la Policía y el Ejército?
Son instituciones del Estado, por lo tanto sus mandos deben mantener una relación normal con el Presidente de la República, porque es el jefe supremo de ambas fuerzas. Estas instituciones han tenido buenas relaciones con todos los presidentes y si ha habido diferencias no han sido tanto para irritar esa relación.

En el caso actual, Ortega tiene un proyecto totalitario y dictatorial en marcha que trata de copar todas las instituciones del país y meterse en todos los ámbitos de la vida de los ciudadanos.

Desde que asumió la presidencia, en el mismo acto de toma de posesión se encargó de recordarles a las jefaturas del Ejército y de la Policía, sus raíces como si alguien lo ignorara o se avergonzara de ello. Por el contrario, es mérito para el proceso revolucionario que miles de nicaragüenses llevamos adelante, haber legado una Policía y un Ejército profesional, apartidista debidamente institucionalizados.

El objetivo de Ortega al mandar estos mensajes fue decirles, ‘ustedes tienen la obligación de identificarse con este proyecto’, dejando a un lado el mandato constitucional si fuera necesario.

¿En cuál de las instituciones ha calado más ese mensaje?
El proyecto de Ortega ha avanzado bastante, sobre todo en el caso de la Policía porque ha venido trabajando meditada y decididamente en la desnaturalización del cuerpo policial y en el trastocamiento interno de sus filas a fin de ir acarreando a la institución el terreno de la identificación partidaria.

En el caso del Ejército, el propósito es el mismo pero ha avanzado algo. Hay todo un proceso de captación de altos oficiales de ambas instituciones de tal manera que a la hora de los relevos puedan existir mejores posibilidades de que los altos oficiales que vayan a suceder en el cargo, tanto el jefe del Ejército como el director de la Policía sean proclives al proyecto de Ortega.

¿Cómo influye ese proyecto en los ascensos y cargos?
La Policía y el Ejército están en la mira. Cuando saca de las filas de la Policía a un grupo de comisionados que no estaban en tiempo para salir es porque considera que no están identificados con su proyecto. En contraposición, asciende a otros a quienes no les correspondía, violentando la vida institucional del cuerpo.

En el caso del Ejército se le vuelve un poco más difícil porque es una institución más cohesionada, lo protege una ley, no está expuesto a diario en la lucha contra la delincuencia, no tiene las vulnerabilidades que tiene la Policía.

¿Cómo se expresa el proyecto Ortega en la actuación de las instituciones?
Cuando vemos a una policía indolente, que no actúa cuando están agrediendo a ciudadanos indefensos por solo el hecho de manifestarse en el ejercicio de sus derechos constitucionales contra las arbitrariedades del régimen, es una muestra palpable. La lectura que hacemos es que no actúan porque alguien les ha ordenado no actuar.

Cuando vemos que un ex magistrado usurpador como Roberto Rivas, se sienta en primera fila en un acto del Ejército, evidentemente fue una orden o lo hicieron por no contrariar al presidente.

¿Cómo es el proceso de coaptación en la Policía y el Ejército?
Caracterizan a cada uno de los miembros y analizan su comportamiento, son distintas personalidades; unas pueden ser más independientes, otras más recias; Ortega maneja esos hilos, inclusive en algún momento puede causar contrariedades, eso lo favorece a él en la medida que los mantenga distanciados.

A la comisionada Aminta Granera la vino tanteando, se dio cuenta que ella no era capaz --en aras de la obediencia que le tiene a la Constitución-- de no contrariarlo. Ortega se dio cuenta que Granera no iba a actuar en contra de sus órdenes, no reprimiría a sus turbas violentas, entonces la fue dejando tranquila como ha sido en los últimos meses. Hace dos años le pegó una reprimenda en la Asamblea Nacional, en presencia de diputados, el cuerpo diplomático e invitados. A partir de ahí comenzó a medir el temple de Granera, para ver si le contrariaba sus órdenes; o la provocó para ver qué hacía y sacarla de las filas.

¿Hacia dónde quiere llevar Ortega a la jefa de la Policía?
Voy a especular, pero analizando su comportamiento, no descarto que Ortega deje en el cargo a la primera comisionada Aminta Granera, lo cual sería una medida de una perversión tal que da escalofríos. El puede hacerlo porque flexibilizó la ley después que lo hizo el Ejército, para que también queden algunos oficiales en sus cargos si la institución los necesita.

Si bien no habla de los jefes de ambas instituciones, tampoco lo prohíbe y después de las barbaridades y aberraciones que hemos visto, no nos asustaría que en aras de la flexibilidad y del interés del país ante la eficacia de la primera comisionada al frente de la Policía Nacional en el combate al crimen y resto, la pudiera dejar en el cargo.

¿Qué gana Ortega con eso?
En primer lugar le diría a la oposición que ‘como es que dicen que no quiere a la comisionada Aminta Granera, la estoy dejando en el cargo’. También podría ser para no poner en riesgo las funciones policiales respeto de sus fuerzas de choque porque Granera ya ha manejado esas situaciones. En tercer lugar, una medida para darle tiempo a que madure al probable relevo que seguramente va a salir de uno de los tres comisionados generales recién ascendidos violentando la institucionalidad de la Policía porque se les dio un rango que no corresponde con el cargo determinado por plantilla.

¿Esta medida podría argumentarse por el contexto electoral que se avecina?
Podría ser, pero también es cierto que en algunas ocasiones se ha hablado de la posibilidad de una candidatura presidencial de Granera. Con su dejada en la Policía, Ortega se garantiza que no sea candidata y que le meta ruido. Por eso sería una perversión increíble.

La otra sería que Aminta Granera salga y la releve uno de los comisionados de confianza del presidente Ortega.

Los temores del Presidente
Hay versiones muy secretas salidas de la Fuerza Aérea que Ortega teme volar en los helicópteros que recientemente adquirió de Rusia.

¿Qué hay detrás de ese temor?
Paranoia. Ortega, por muy poderoso que se sienta, en el fondo sabe que es un dictador y que está imponiendo a cualquier costo sus dictados a la mayoría de la población, eso lleva implícito esa contradicción entre la euforia de sentirse poderoso, creer que lo puede todo y el temor, un recurso de su subconsciente de saber que no goza de la aprobación de la mayoría y que por eso lo más probable es que tenga enemigos.

Basta ver el dispositivo de seguridad que usa. Cuidado dentro de poco tiempo ya no aparecerá en las tarimas, sino a través de pantallas gigantes, ya lo vimos en el acto del Ejército cuando colocaron una pantalla para un sector de las tropas.

Este tipo de personajes ya hacen probar la comida, ha bajado el ritmo de sus giras, ya no prueba comida en los mercados como antes.

¿Cree que haya diferentes comportamientos de los jefes del Ejército respeto de Ortega?
Seguramente debe de haber puntos distintos o de vista respecto a cuál debe ser la posición de la institución con relación al proyecto autoritario del presidente Ortega, no tengo dudas de que hay contradicciones. Lo que pasa es que el Ejército es una institución bien cohesionada y de cultura militar, eso es parte de su fortaleza, su apego irrestricto a las leyes y la Constitución.

¿Cómo reaccionaría el Ejército si Ortega impone su reelección violando la Constitución?
Es muy difícil decirlo, yo esperaría que si es clara la violación a la Constitución, el Ejército debería de actuar en correspondencia y no prestarse a ser comparsa. Pero como de ahí vienen las interpretaciones de si es o no violación, por eso cito el ejemplo de Roberto Rivas en la tarima principal del acto del aniversario del Ejército.

Entonces uno dice, si en un detalle como éste que no tiene mayor trascendencia aceptan como válido el decreto presidencial, la actuación a la hora en que Ortega, violentando la Constitución, si no logra conseguir los 56 votos para reformarla, se ampere en el fallo espurio de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia para inscribirse como candidato con un Consejo Supremo Electoral corrupto y usurpador.

¿Qué pasaría si estas dos instituciones no reaccionan?
Tanto el Ejército como la Policía pagarían un altísimo costo en su vida profesional e institucional. En ese caso no valdrá que se argumente que los fallos son de ineludible cumplimiento, tampoco la obediencia debida al presidente.

¿Son capaces los actuales jefes del Ejército de detener los desmanes constitucionales de Ortega?
Podría darse. Yo confío en que la jefatura del Ejército venga madurando en todo ese proceso de despartidización e institucionalización y se mantenga fiel al legado de las jefaturas anteriores, mantenerse apegados irrestrictamente al mandato constitucional y a las leyes. Son instituciones fundadas sobre miles de muertos y muchos sacrificios de la población.

¿Qué hay detrás de las reiteradas denuncias de que se prepara un golpe a de Estado en su contra?
Ortega usa ese tipo de recursos para desviar la atención de los principales problemas del país y de las violaciones que todos los días está haciendo a la ley, de las arbitrariedades que todos los días lleva a cabo y aparecer como víctima cuando realmente el victimario es él.

Dirige los ataques contra el Gobierno de Estados Unidos pero también es cierto que maneja buenas relaciones con ellos porque negocia con el FMI y además se maneja con la agenda de seguridad de ese gobierno al atacar el terrorismo, la narcoactividad y todo eso.

El Presidente, ¿usa información de inteligencia de la Policía y el Ejército o el tiene su propio cuerpo?
Los órganos de inteligencia tanto del Ejército como de la Policía le rinden informes al Presidente de la República sobre temas de seguridad interna pero además de eso Ortega ha venido desarrollando su propio aparato de inteligencia, han reactivado a cientos de oficiales de la antigua Seguridad del Estado más los CPC, realizan una labor de vigilancia y de inteligencia sobre todas las organizaciones y ciudadanos que puedan ser adversarios políticos.

¿Por qué Ortega ha fortalecido sus instituciones y negocios con altos jefes militares en retiro?
Hay que hacer una salvedad. Muchos de estos altos ex oficiales son cuadros calificados y que ojalá gobiernos anteriores hayan hecho algo parecido, emplearlos; muchos salen jóvenes, con buena disciplina de trabajo, una cultura de organización muy buena. Pero en el caso de Ortega hay un propósito de coaptación, y también un mensaje que envía a los militares activos para decirles si ustedes están bien conmigo, tenés garantizado trabajo después de tu retiro, además de la pensión, también te puedo emplear a tus familiares.

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