San Pedro Sula, HondurasLa ley antipandillas salvadoreña entró en vigor sin un gran despliegue policial y sin acallar las dudas de los jueces sobre su eficiencia; mientras en países como Honduras y Guatemala se teme que la norma produzca la huida de delincuentes hacia donde se les castigue con menos severidad.
La puesta en vigor de la Ley de Proscripción de Maras, Pandillas, Agrupaciones, Asociaciones y Organizaciones de Naturaleza Criminal se comenzó el domingo sin redadas; aunque los operativos del Ejército eran constantes en zonas estratégicas y en buses del transporte urbano.
La Dirección de Centros Penales puso a disposición la remodelada cárcel de máxima seguridad de San Francisco Gotera, con capacidad para recibir a 500 detenidos.
Ayer en las calles de San Salvador se observaba un patrullaje normal de la Policía y del Ejército y hacia el mediodía el único arresto reportado era el de un presunto pandillero involucrado en el asesinato de un chofer de autobús, quien será procesado por homicidio y no por infringir la nueva ley.
Entretanto, las autoridades hondureñas anunciaron que se redobla la seguridad en las fronteras para evitar el ingreso de miembros de pandillas a este país.
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