lunes, 6 de septiembre de 2010

Del pacto al neozancudismo

MANAGUA
l pacto entre Daniel Ortega y Arnoldo Alemán está en “stand by”; “debilitado, pero no muerto”; “en su peor crisis, pero no ha terminado”. En todo caso, ese “acuerdo político” de más de 10 años puede reactivarse en cualquier momento --pero antes de diciembre--, con un solo objetivo: reformar la Constitución Política para “legalizar” la reelección de Ortega.

Antes de llegar a la reforma, el mandatario nicaragüense necesita cambiar los términos del pacto, pues ahora --desde el poder que le da la Presidencia, el control de la Asamblea Nacional y del Consejo Supremo Electoral--, el también Secretario General del Frente Sandinista pretende modificar la correlación de fuerzas en las estructuras del Estado, y, por ello, la Corte Suprema de Justicia, CSJ, se encuentra sumida en una crisis, pues es el único Poder del Estado que no controla, al menos legal y numéricamente, pues lo hace de facto.

Tres analistas políticos coinciden en estos grandes ejes del pacto Ortega-Alemán. El sociólogo Óscar René Vargas señala que a Ortega ya no le place “repartirse los cargos con Alemán en igualdad de condiciones”, es decir “50 y 50”. “Ortega está buscando una correlación de fuerzas (en los cargos estatales) de 70-30”, expresa.

Sin embargo, Vargas considera que, además de la repartición de cargos, el mandatario nicaragüense apunta a una “legitimidad y legalidad” de su reelección que sólo se la dará una reforma constitucional, y para ello requiere de los votos que controla Alemán en la Asamblea Nacional, a través de los diputados del Partido Liberal Constitucionalista, PLC.

Pero mientras no se arreglen en torno a la distribución de cargos, agrega Vargas, no se realizará la reforma constitucional que Ortega necesita antes de diciembre, pues cabe recordar que una enmienda a la Carta Magna requiere de dos legislaturas, es decir, aprobarse en 2010 y ratificarse en 2011 para lograr su vigencia.

Para Vargas, una vez que las reformas constitucionales se realicen de acuerdo con el procedimiento establecido, la comunidad internacional aceptará “la decisión de los nicaragüenses”. El analista descarta, por ende, alguna reacción contraria por parte de la comunidad cooperante, habida cuenta que ya ha suspendido su ayuda presupuestaria al país.

Pero, además, el analista no cree que los organismos financieros internacionales --Fondo Monetario Internacional, FMI; Banco Interamericano de Desarrollo, BID, y Banco Mundial, BM--, intenten “cortar” los préstamos al país, pues estas instituciones multilaterales se rigen por otras reglas. Incluso, Vargas descarta una presión por parte del gobierno de Estados Unidos contra el presidente Daniel Ortega.

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