viernes, 22 de julio de 2011

Ortega intenta hacer cómplice a Jefa Policial




MANAGUA
De concretarse la insinuación del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega en el acto de celebración del 32 aniversario de la Revolución, de que la jefa de la Policía Nacional, primera comisionada Aminta Granera, se mantendrá en el cargo hasta después del siete de septiembre cuando vence legalmente su periodo, sería una violación más a la ley y a la Constitución, opinan el general en retiro, Hugo Torres y el ex embajador Mauricio Díaz.
“Lo mínimo que Aminta Granera debería hacer es cumplir con lo que mandata la ley, no cumplir con la instrucción partidaria del Presidente de la República, porque esa instrucción lo que trata es de cooptarla a ella, convertirla en cómplice de acciones al margen de la ley, ella tendría que ser firme”, comentó Mauricio Díaz, quien junto a Torres compareció en el programa televisivo Esta Noche para analizar el discurso del presidente y candidato por el FSLN, en el evento celebrado el 19 de julio.
El nombramiento de la jefatura de la Policía Nacional está normado por la Ley 228, la cual en su artículo 88 establece que el cargo de director de la institución tiene una duración de 5 años y una vez concluido dicho período, deberá pasar a retiro. Si el interés de Ortega es mantener a Granera en dicha posición respetando el Estado de derecho, tendría obligatoriamente que reformar la ley, coincidieron Díaz y Torres, “pero aquí estamos en el reino de la arbitrariedad y el presidente Ortega ha tratado de acostumbrarnos a ver como normal la violación a la Constitución, la violación a la Ley y gobernar a través de decretos”, lamentaron.
Los analistas consideran que los intentos de prolongar el mandato de Granera obedece a un interés particular del presidente Ortega, quien “sabe que Aminta ha sido muy buena jefa de la Policía, con excepción de la parte política, donde las fuerzas del orden no actúan cuando los grupos de choque del orteguismo agreden a la ciudadanía que quiere manifestarse en las calles”.
Igualmente, consideran que la imagen positiva de Granera a nivel internacional por su lucha contra el crimen organizado, le ha dejado mucho prestigio, que al mismo tiempo, ayuda al prestigio del país y del mismo presidente Ortega. “Y si le vemos el lado político también, por si acaso Aminta tenía alguna aspiración de lanzarse como candidata a la alcaldía de Managua en las próximas elecciones, con esto la pulveriza”, consideró el ex jefe militar.
Mensaje al ejército
Torres igualmente opinó sobre el saludo que el mandatario mostró a la comandancia del Ejército, que también estuvo en la concentración del FSLN. Ortega “les volvió a recordar sus orígenes como que si alguien los desconociera o se avergonzara de ellos, (pero) en el cálculo político del presidente, recordarles sus orígenes es tratar de arrastrarlos a la identificación con su proyecto particular” valoró.
El problema, según el general en retiro, es que al líder del partido rojinegro solo le hace falta tener a su disposición absoluta una estructura militar, para parecerse con la dinastía somocista, lo cual pretenderá alcanzar a mediano plazo con la cooptación del ejército. “Ya Ortega tiene partido personal, ya tiene más dinero de lo que tuvieron todos los Somoza en casi 45 años, tiene fuerzas de choque, como las turbas nicolasianas, tiene a los sindicatos subordinados como nunca los tuvo el somocismo, ¿Qué es lo único que le falta? Una Guardia Nacional”, subrayó Torres.
“Cobro” a EE UU: populismo
Los panelistas también opinaron sobre el anuncio de ortega de consultar a los ciudadanos mediante un referéndum, si cobrar o no a los Estados Unidos por la sentencia dictada por la Corte Internacional de La Haya contra ese país, por los daños causados a Nicaragua durante la guerra de los 80, pese a el país desistió del proceso bajo el gobierno de la ex presidenta Violeta Barrios de Chamorro (1990 – 1997).
“Este es un tema de campaña electoral”, dijo Díaz, quien además consideró imposible que la CIJ vaya a reabrir este caso, mientras Torres cuestionó que dichos reclamos no se hayan hecho antes ni se presentaran de manera formar por la vía jurídica y diplomática ante los Estados Unidos, sino que Ortega lo maneja como “alimento para sus bases más radicales… Él tiene que estarles dando alimento desde ese punto de vista ideológico, antiimperialismo, colonialismo, ese es el alimento para ese sector más duro”, fustigó el candidado a diputado al Parlacen por el PLI.
Una nueva secta
Torres y Díaz también se refirieron a las nuevas manifestaciones esotérico– religiosas que predominaron durante la celebración del aniversario del triunfo de la revolución, en un derroche millonario para traer esa cantidad de personas, con el único propósito de adular al presidente Ortega.
Aunque finalmente no lograron hacer una “misa revolucionaria” como habían anunciado, presumiblemente por el rechazo de los obispos a la manipulación de la religión, el acto fue presidido por el Cardenal Miguel Obando, quien exhibió un poco disimulado servilismo ante la pareja presidencial.
Según Torres, las nuevas manifestaciones religiosas de la dirigencia sandinista se han incrementado en la medida en que Ortega se fue apropiando del Frente Sandinista, “lo fue privatizando, lo fue vaciando de contenido ideológico, de ideales, de ética y de moral, entonces han tratado de sustituir ese vacío con los mensajes religiosos, una mezcolanza extraña entre el esoterismo, el cristianismo, mensajes de otras religiones que aparentemente profesa doña Rosario (Murillo)”
Acto partidario
Ambos criticaron que el acto del 19 de julio haya sido una celebración nacional ni que conmemore la caída de la dictadura somocista, ya que más bien lo han convertido en un acto partidario para exaltar la figura de Daniel Ortega. Torres indicó que “ya los referentes históricos se quedaron pálidos a la par del culto a la personalidad del presidente”.
“Yo creo que es lógico que Daniel Ortega y su señora hayan hecho un evento con esas características, utilizando la mezcla Estado-partido-familia, y los millones de dólares de la cooperación venezolana, porque quieren vender la imagen de fortaleza que no se corresponden con los resultados electorales… Esa es una estrategia para querer venderle al país que ellos ya ganaron y que no es necesario que hayan elecciones, incluso”, consideró el ex embajador ante Costa Rica.

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