lunes, 6 de septiembre de 2010

“Ortega es lo peor de la historia”


MIAMI Por: Judith Flores
A sus 84 años de edad, el ex mayor general de la Guardia Nacional, Gonzalo Evertz, “Vulcano”, es un hombre lúcido y bien informado sobre la situación nicaragüense, que cuestiona dónde quedó el valor de sus compatriotas que actualmente soportan a un gobierno al cual él califica como inmoral, falto de honradez y que se llena la boca criticando al somocismo, pero que a su juicio lo único que ha hecho es llevar al país al peor desastre de la historia durante sus dos accesos al poder.
Evertz fue uno de los militares más poderosos y temidos en Nicaragua durante la dictadura somocista. Treinta y un años después de la caída de la dinastía recibió a LA PRENSA a la entrada de su hogar en Miami, donde reside desde hace 27 años. Cubierto de canas y lisiado de una pierna que por poco pierde tras resultar herido en un combate durante la última etapa de la insurrección en la ciudad de León, el ex jefe militar se muestra accesible para hablar desde la corrupción que impera en Nicaragua hasta las muertes, torturas y represiones que le adjudican al somocismo.
Evertz dice que lo peor que le ha pasado a Nicaragua es tener un Presidente con una moral cuestionada. “Me pregunto cómo pueden vivir en Nicaragua con esa inmoralidad. Muchos se llenan la boca hablando de los somocistas, pero ser somocista es una honra con el desastre que han hecho los sandinistas, han llevado al país a la deshonra, en cualquier parte del mundo, hasta en Haití, la pareja presidencial estaría presa, uno por violador de la hijastra y la esposa por encubridora del abuso”, dice.
El ex mayor general opina que esa descomposición moral toca hasta las instituciones del Estado y cita como ejemplos: el caso de los 600 mil dólares del narcotráfico que desaparecieron a manos del magistrado orteguista Rogers Camilo Argüello, el manoseo y violación a la Constitución y las leyes con el afán de que Ortega pueda reelegirse, la actitud de ex funcionarios orteguistas que se aferran al cargo y hasta la apariencia poco presentable de algunos magistrados y ex magistrados. “Hasta barbudos llegan a trabajar”.
TAMBIÉN CRITICA A ALEMÁN
El ex presidente Arnoldo Alemán, de quien dice ser pariente, tampoco escapó de las críticas de Evertz. Él responsabiliza a Alemán de haber dado concesiones a Ortega para ganar los comicios en el 2006, con el 35 por ciento del voto electoral. “Digo entonces con qué moral esta gente habla de Somoza”.
La actitud del Cardenal Miguel Obando y Bravo, aliado de Ortega, tampoco pasó inadvertida para el ex jefe militar. Recordó que el religioso primero fue somocista, luego antisandinista y ahora es un aliado de Ortega a cambio de la protección de Roberto Rivas, el ahora ex magistrado del Consejo Supremo Electoral (CSE), acusado de corrupción y de fraguar el fraude en las elecciones municipales del 2008, que favoreció al orteguismo. Para él, la actitud del Cardenal no tiene explicación ni justificación.
Otro caso que dice no comprender fue el repentino cambio de Jaime Morales Carazo, el segundo de Ortega, quien es padrino y ex asesor de Arnoldo Alemán. “Aceptó ese cargo a cambio de ceder su casa donde hoy vive Ortega. Hasta dónde ha llegado la inmoralidad”, critica.
El ex general considera que lo más triste en Nicaragua es la pobreza y la desesperanza en la que está sumida la población que se ve obligada a seguir emigrando para buscar vida.
“Desde que los sandinistas aparecieron, la nación ha retrocedido medio siglo debido a los altos índices de pobreza, sólo comparables con Haití, es una vergüenza, nos estamos disputando el último lugar con Haití. En tiempos de Somoza los centroamericanos se paseaban por Nicaragua porque había dinero y trabajo. Los sandinistas han llegado solamente a destruir”.
Según Evertz, quienes no empobrecen son los orteguistas, que él considera que “ utilizan la ayuda venezolana para uso personal porque no es dinero que entra a las arcas del Estado”.
“YO NO ERA SOMOCISTA”
El ex mayor general rechaza que la Guardia Nacional fue somocista, dice que él tampoco lo era ni admite que hubo represión en Nicaragua durante el gobierno somocista. “¿Cómo se entiende la represión? Todo mundo andaba libre en Nicaragua”, cree.
También niega los descubrimientos de cadáveres en La Cuesta del Plomo, las detenciones y la persecución a estudiantes. A todo le llama “rumores”.
“Hay que recordar que estábamos en una guerra, a los revoltosos teníamos que aplicarle la ley como en cualquier parte del mundo. Yo me pregunto dónde están los cementerios, como sí los tienen los sandinistas a quienes les descubrieron unos 20 cementerios clandestinos; dónde están los sitios de tortura como sí se exhiben en otros países donde hubo torturas y hasta los han convertido en museos. ¿Usted cree que no los muestran porque los sandinistas son generosos?”.
HOMBRE TEMIDO
El ex comandante de la Guardia Nacional fue uno de los hombres más temidos por la población debido a la represión contra jóvenes y estudiantes, que ahora él niega. Sin embargo, él fue conocido y es recordado por trabajar a la par de sus subordinados y hacer patrullajes junto a ellos por las calles de León.
“¿Que era temido? Es posible, pero a mí nadie me puede decir que yo agredí a alguien faltándole el respeto, que le haya pegado a alguien, sí era fuerte con los militares, exigente, pero no hay persona que diga que lo agredí. En todas partes de Nicaragua tengo amigos”, asegura.
Evertz ingresó a la Guardia en 1943 y llegó a ser uno de los oficiales con mayor rango. Dice que a él sólo Anastacio Somoza Debayle le daba órdenes.
Su seudónimo de “Vulcano” tiene origen tras su participación en una operación del Consejo de Defensa de Centro América (Condeca) sobre desastres naturales ocasionados por volcanes, efectuado en Guatemala. A su regreso lo nombraron comandante de la Guardia en la zona norte del país, necesitaba un seudónimo y fue “Vulcano”.
Evertz partió de Nicaragua el 6 de julio de 1979 con la pierna herida durante la defensa del cuartel de la 21. “Estaba en el techo del cuartel cuando fui herido”, recuerda.
En esas condiciones el ex mayor general fue trasladado al Hospital Militar en Managua, luego hacia el hospital homólogo de Guatemala, debido a la gravedad de las lesiones.
“Ahí me hicieron dos operaciones, quedé renco, pero no perdí la pierna”, celebra.
Su salida a Guatemala no tuvo retorno, durante su recuperación le llegó la noticia del triunfo de los sandinistas y con ello su vida daba un giro desconocido. En Guatemala permaneció diez meses, mientras se recuperaba. Luego se trasladó a Estados Unidos, donde reside desde hace tres décadas.
Su vida luego del derrocamiento dice que no le ha sido difícil en Estados Unidos. Se autodefine como un hombre fuerte, trabajador y capaz de enfrentar cualquier situación.
“Yo sabía que al llegar aquí venía sin dinero, sin trabajo, sin profesión porque era militar. No me causó molestias, no lo sentí, vine a trabajar a como lo he hecho toda mi vida”, sostiene.
Al principio trabajó como vigilante, más tarde logró crear su propia compañía de vigilancia hasta que llegó el momento de su retiro hace quince años.
“Todos los nicaragüenses venimos a trabajar. No conozco a uno que se haya quejado por la situación. Venimos a enfrentar con fortaleza el destino que nos tocó”, afirma el ex militar.
SU ÚNICA TRISTEZA
Sin embargo, confiesa que durante los últimos treinta y un años ha cargado una tristeza.
“Ver en las manos que ha caído Nicaragua, ése es el dolor que yo siempre he sentido que no pude defender hasta el final para evitar que llegaran esos zánganos al poder, lo demás no, siempre he sido trabajador”.
Desde su partida no ha regresado a Nicaragua. Justifica que no tiene el dinero para eso, aunque reconoce que no tiene carencias. El ex mayor general dice que tampoco planea regresar definitivamente a su país porque considera que se adaptó al sistema de vida en Estados Unidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario