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Un ministro se incomodó. El otro renunció simplemente a ofrecer explicaciones y tras el silencio oficial aumentó la suspicacia que siempre rodea los negocios de Alba de Nicaragua, S.A., la empresa ligada al negocio petrolero con Venezuela, que maneja directamente el presidente Daniel Ortega.
El presidente ejecutivo del Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur), Mario Salinas, dijo que “no es ético” hablar de los negocios que pueden hacer empresas de los ministros del actual gobierno en la construcción del muelle de concreto en Bilwi, el último de los proyectos que el Estado aprobó a la compañía y que además exoneró del pago de impuestos.
Una empresa de Salinas participó a inicios del Gobierno de en un proyecto habitacional financiado con fondos del Seguro Social. Ahora la pregunta, sobre una nueva posibilidad de negocios de sus colegas de Gabinete, hace que la expresión del rostro de Salinas cambie.
“No le puedo hacer comentarios sobre eso, ¡por favor!, no me parece ético, ¿ok?”, dijo Salinas acompañado de subordinados que lo apuraban para que subiese a su camioneta.
De ese modo Salinas puso “punto final” a una conversación de un minuto 42 segundos que dejó más dudas que respuestas. Salinas no ofreció explicaciones sobre la aprobación del proyecto del muelle de concreto, cedido a Albanisa el pasado 13 de agosto y que se hará en dos fases, la primera de las cuales sumará 30.3 millones de dólares de acuerdo con documentación interna del Intur, a la que LA PRENSA tuvo acceso.
Albanisa es la sociedad petrolera a través de la cual fluye la millonaria cooperación venezolana, calculada desde 2007 en más de 1,000 millones de dólares.
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