lunes, 27 de junio de 2011

Seguridad de Ortega exagerada y costosa


MANAGUA
El despliegue de seguridad que acompañó al presidente Daniel Ortega durante la conmemoración del 32 aniversario del Repliegue Táctico a Masaya —que el sábado él convirtió de caminata en caravana vehicular, a bordo de su Mercedes Benz— fue calificada por analistas y expertos en temas de defensa y seguridad como “irracional” y “desproporcionado”.

Para recorrer treinta kilómetros de Managua a Masaya, Ortega prácticamente utilizó más del diez por ciento del total de fuerzas policiales con las que cuenta el país, pues de los 11,500 efectivos que hay, 1,500 trabajaron en la cobertura del acto partidario.

Analistas y expertos en seguridad consultados por LA PRENSA calcularon el costo de la seguridad de El Repliegue en 112,500 dólares. El cálculo resulta de 1,500 hombres durante 24 horas a razón de 75 dólares por persona, incluyendo movilización, armas, uniforme, comida y salarios.

“Eso fue un abuso. Aquí no hay una señal (de que Ortega esté en riesgo)”, sostuvo una jefa policial en retiro, que explicó que solo se extrema la seguridad “cuando se considera que hay demasiada gente en la calle y puede peligrar su seguridad, pero en este caso yo lo considero un abuso, un exhibicionismo”.
Además, al despliegue policial, el Presidente sumó a su grupo paraestatal de seguridad, conocido como “camisas azules”, que está integrado por exmiembros de la Dirección General de Seguridad de Estado (DGSE), del gobierno del Frente Sandinista en los años ochenta.

A criterio del general en retiro Hugo Torres, este tipo de despliegue se hace “para impedir que se les acerque la gente, y si alguien lograra cruzar un anillo, tiene el siguiente anillo. Todos son barreras de protección(...) impedir que alguien que pudiese estar pensando en atentar contra el Presidente logre conseguir su propósito”.
Y somos “el país más seguro”
La numerosa cantidad de efectivos policiales alrededor de la caravana vehicular, que el sábado encabezó el presidente Daniel Ortega a Masaya, contrasta la imagen del país seguro, que fue promocionada en la reciente Conferencia Internacional sobre Seguridad en Guatemala, donde se promovió el modelo policial de Nicaragua ante el propio presidente Ortega que asistió junto a los demás mandatarios de la región centroamericana.
En la Conferencia, los presidentes, con Ortega como voz cantante, demandaron más apoyo internacional para combatir la inseguridad.

La demanda fue hecha a pesar de que según los resultados preliminares de un estudio efectuado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), presentado previo a esta conferencia, el istmo centroamericano gasta cada vez más en materia de seguridad y justicia en términos absolutos y relativos.

En los últimos cinco años Centroamérica gastó 4,000 millones de dólares. Y aunque menciona que por ejemplo en 2010 Nicaragua fue de los que menos invirtió, el gasto fue de 201 millones de dólares.

Se estima que Centroamérica requiere al menos de 6,500 millones de dólares para enfrentar la violencia.

Aparentemente igual cantidad esperaban de apoyo de parte de la comunidad internacional que prometió 2,000 millones de dólares para combatir la inseguridad que azota a la región.

A criterio de Torres esta extrema seguridad alrededor de Ortega también evidencia “el temor que él tiene”.

“O sea, si él realmente sintiera que está haciendo bien las cosas, que está siendo respaldado por la mayoría de la población, que el sector que lo adversa es minoritario, no tendría que extremar esas medidas”, advirtió Torres.

NINGUNO COMO ORTEGA
Ninguno de los presidentes en la historia reciente del país ha utilizado un despliegue de seguridad tan numeroso como el de Ortega.

El sábado, durante la celebración del 32 aniversario del Repliegue Táctico a Masaya, que Ortega convirtió de caminata en caravana, se desplegaron para su protección y la cobertura del trayecto de 30 kilómetros un total de 1,500 policías, más su aparato paraestatal de seguridad.

En el pasado, el aparato de seguridad en caravanas de otros mandatarios no ha superado los cuatro vehículos.

De los gobiernos desde 1990 a la fecha, el mandatario con el segundo lugar en despliegue de seguridad es el expresidente Arnoldo Alemán (1997-2001), pero muy por debajo de Ortega.

El grupo regular de escoltas de Alemán estaba integrado por tres policías en motos, seis policías a bordo de dos patrullas, ocho escoltas en dos camionetas y el vehículo principal en el que él viajaba junto a su jefe de escoltas.

Mientras, según exfuncionarios de los gobiernos de Barrios de Chamorro (1990-1997) y Enrique Bolaños Geyer (2001-2007), ninguno de estos dos mandatarios cerraba las vías y se detenían en los semáforos en rojo cuando viajaba, excepto cuando iba con algún Presidente o funcionario extranjero.

Torres valoró, por ejemplo, que los 1,500 policías que usó Ortega bien pudo ser la cuota destinada para la cobertura de una cumbre presidencial, pero no para una conmemoración que reclamó que Ortega “ha reducido” a un acto partidario, donde además se supone que Ortega va rodeado de sus seguidores.

LE TEME AL PUEBLO
El exministro de Defensa, Avil Ramírez, considera que “el excesivo despliegue de seguridad” que mostró el presidente Daniel Ortega en la conmemoración del 32 aniversario del Repliegue Táctico a Masaya “ muestra a un Presidente que dice: ‘El pueblo es presidente’, pero no se acerca a la población, como si le tuviera miedo”.

El exministro del gobierno Enrique Bolaños Geyer (2002-2007) recordó que el dictador Anastasio Somoza Debayle también se hacía proteger de una “vitrina antibalas” en los últimos meses antes de su derrocamiento en julio de 1979, “porque también le temía al pueblo”.

También el analista político Julio Icaza Gallard opinó que el “desproporcionado” despliegue de seguridad de Ortega manifiesta “su temor al pueblo”, igual de evidente en el perímetro de seguridad que rodea la casa que habita en el reparto El Carmen.

“Ahora tienen cerrado desde Montoya y un perímetro de dos cuadras a la redonda. Todo eso, más la seguridad vista ayer (el sábado) lo que manifiesta es el temor de Ortega. Un presidente que hace bien las cosas, que se somete a la Ley, siempre tiene que cuidarse de gente desquiciada, pero también un presidente que tiene su conciencia tranquila no hace alarde de su seguridad”, dijo.

En ese sentido, el director jurídico del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Gonzalo Carrión, opinó que el presidente Ortega “ha creado una fortaleza a su alrededor”.

“Tiene fortaleza donde se mueve, fortaleza en su casa... la verdad es que al haber multitud es correcto —me imagino yo desde el punto de vista policial— que se extremen las medidas, pero definitivamente es monumental la fuerza policial”, comentó.

Icaza Gallard advirtió el contrasentido de esa seguridad, “primero, en un país pobre como Nicaragua; segundo, porque se supone que el Presidente va entre sus partidarios, y tercero, porque esas excesivas medidas de seguridad no responden a una situación específica que motiva su despliegue, sino a una situación de derroche que ya es permanente”.

DOBLE MANDO MUY PELIGROSO
El exministro de Defensa Avil Ramírez criticó que el hecho de que el presidente Daniel Ortega también se rodee de un aparato paraestatal de seguridad, integrado por exmiembros de la Dirección General de Seguridad del Estado (DGSE) del primer gobierno del Frente Sandinista, “es (aún) más peligroso que cualquier expresión de miedo del presidente Ortega”.

“Al no existir una línea vertical de mando puede ocurrir un error en la comunicación entre los policías (y los miembros de ese otro grupo paraestatal), una confusión que termine en cualquier tipo de accidente, que nadie quisiera que pasara”, sostuvo el exministro.

POLICÍA DEFIENDE PLAN
Sin embargo, el jefe de Relaciones Públicas de la Policía Nacional, comisionado mayor Fernando Borge, dijo que el plan fue todo un éxito, no se presentaron mayores problemas y la movilización en caravana fue un poco más ágil.

Según Borge, el despliegue policial fue implementado en base a criterios estrictamente profesionales y negó que cuenten con “señales” que indiquen que podía estar en riesgo la vida de Ortega.

Borge enfatizó que “nunca las medidas de seguridad son insuficientes, siempre se van a aplicar de manera racional (...) y en base a la experiencia de los cuerpos de seguridad nuestro”.

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