En concreto, representarían a la institución, junto a Suleimán -exjefe de los servicios secretos y mano derecha del presidente-, Sami Enan, el jefe de las fuerzas armadas, y el ministro de Defensa, el militar Mohamed Tantawi. Su labor principal sería lanzar una reforma constitucional. El plan de transición incluiría también la creación de un panel de miembros de la oposición, incluidos los islamistas Hermanos Musulmanes, encargado de modificar el sistema electoral y asegurar unos comicios limpios en septiembre.
Negociaciones con el Ejército
Las fuentes consultadas por el diario, que incluyen miembros de la administración estadounidense y diplomáticos árabes, aseguran que las autoridades de EE UU están discutiendo la salida de Mubarak con altos oficiales egipcios, pero no con el mismo presidente. ¿Incluye este proyecto la referencia a un germen de golpe de Estado? No queda nada claro.
A medida que crece la tensión en las calles de El Cairo, los círculos de poder más próximos a Mubarak temen que la dimisión del presidente no sea suficiente para calmar a la exacerbada oposición. De ahí que el plan de una salida inmediata gane partidarios en el Ejército. "Lo que le preocupa ahora a Mubarak es que, si acepta, haya más peticiones", explica a The New York Times, Leslie H. Gelb, presidente emérito del Consejo de asuntos exteriores. "Visto que no está negociando con una entidad legal, sino con las masas, ¿cómo sabe que no le van a exigir algo más mañana?".
Los funcionarios advirtieron de que el resultado de las operaciones dependerá de varios factores, entre ellos la evolución de las manifestaciones en las calles de El Cairo, que deberían recrudecerse hoy viernes.
Suleimán, el nuevo hombre de EE UU
En los últimos días se había especulado con la posibilidad de que EE UU intentara forzar la salida del que hasta hace poco era uno de sus hombres de confianza en Oriente Medio. Las últimas revelaciones confirman que la Administración Obama tenía activados planes en esta dirección, también arroja luz sobre los movimientos de los últimos días. Tras reuniones con líderes políticos y especialistas en política egipcia, los enviados estadounidenses han confirmado su primera opinión: que el vicepresidente, Suleimán, es la figura que más garantías ofrecen para una transición ordenada. Con su ascensión el poder no se alejaría del Ejército, la institución omnipotente en Egipto en el último siglo -todos los jefes de Estado desde Nasser salieron de sus filas-, y quedaría fuera del alcance de los Hermanos Musulmanes, quienes, en tanto que islamistas, representan el hombre del saco para los EE UU.
Sin embargo, algunas de las fuentes consultadas por el diario insistieron en que no existen pruebas de que ni Suleimán ni las Fuerzas Armadas estén dispuestos a abandonar a Mubarak.
No hay comentarios:
Publicar un comentario