sábado, 26 de febrero de 2011

Le dan de alta tras 13 años en hospitalización

Tegucigalpa, Honduras

Tras permanecer trece años internado en el Hospital Escuela de la capital, ayer fue dado de alta el joven Narciso Hernández, de 28 años, quien ingresó al centro asistencial cuando tenía 14 años de edad.

Trece años de angustia, de dolor e impotencia terminaron ayer, al menos, dentro de las instalaciones del Hospital Escuela.

La sala, pintada de azul y tapizada de imágenes de la Virgen de Suyapa, ayer fue testigo mudo de su partida. Durante 13 años ahí se escucharon los quejidos de Narciso, un joven de 14 años que, sin saberlo y sin quererlo, llegó para quedarse producto de una mala praxis médica.

Su camilla estaba ubicada junto a un ventanal y separada de otras camas apenas por una cortina floreada.

Desde ahí, doña Daysi Aguirre, su madre, ha llorado y acompañado en su dolor a Narciso. Sólo ella entiende sus quejidos y los pocos gestos que su vástago puede hacer en su estado parapléjico. Ese espacio, convertido en un pequeño e improvisado hogar, es el que vio desfilar durante años a centenares de médicos, enfermeras, abogados, fiscales, periodistas y camarógrafos que fueron detrás de esta historia de dolor e injusticia.

Narciso se fue ayer hecho un hombre. Aquel niño que entró lesionado en una de sus extremidades inferiores ayer salió sin poder mover prácticamente ninguna parte de su cuerpo, a bordo de una ambulancia rumbo a su natal Choluteca. Con él, prácticamente se fueron las esperanzas de que un milagro le devolviera la alegría y el deseo de vivir.

Doña Daysi abordó la ambulancia pasadas las 2.40 de la tarde. Llevaba unas cuantas bolsas de ropa y aquel viejo radio negro que se convirtió en el inseparable y fiel amigo de Narciso.

Al preguntarle por qué decidieron dejar el hospital, doña Daysi revela que su hijo tiene un mes de no ingerir alimentos.

De regreso a casa

Ayer mismo llegaron al barrio Sagrado Corazón, con la idea de que sus últimos días los viva en el terruño que lo vio nacer.

Junto a doña Daysi viajaban su hermana Maritza, compañera inclaudicable en esta lucha por sobrevivir.

Narciso Hernández ingresó en diciembre de 1998 a la emergencia, con una fractura en su pie derecho. Al ser anestesiado se le administró una sobredosis lo que le dejó parapléjico. A partir del momento en que Narciso entró al quirófano del Hospital Escuela, producto de una fractura en su rodilla, nunca más volvió a recuperar su salud.

El caso fue llevado a los tribunales de justicia, siendo ganada la demanda, aunque la indemnización no se ha hecho efectiva aún. Narciso es el mayor de los cinco hijos de la familia Hernández Aguirre.

Los recuerdos que guarda su familia es de un jovencito alegre que soñaba sacar a su familia adelante. Aquellos sueños fueron arrancados de raíz por la irresponsabilidad de unos médicos, quienes fueron condenados por la justicia.

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