lunes, 14 de febrero de 2011

El amor en Web 2.0

Cuando comenzó a comercializarse el celular, nadie imaginaba que se crearía un lenguaje en torno a él. “Te doy un toque cuando salga de mi casa” y “mándame un mensaje cuando sepas algo” son expresiones comunes hoy.

Algo parecido ocurrió cuando Tim Berners-Lee y Robet Cailliau inventaron la World Wide Web (www): aunque se aventuraba como “un gran fenómeno”, pocos suponían que su difusión iba a llegar a ser la que es.

Las redes sociales, además de facilitar la comunicación entre amigos, suponen un cambio en el modo de llevar una relación sentimental y un cambio de actitud personal si está asociada a una red de amigos sociales, aunque sea porque la comunicación puede centrarse en mensajes privados por la web.

El filólogo Eduardo Soriano señaló que “poder relacionarte con personas muy alejadas en el tiempo facilita las relaciones, pero éstas se están trivializando y se está perdiendo el concepto de intimidad en la relación”. ¡Si San Valentín levantara la cabeza!

Cambia el amor

El avance de la tecnología ha supuesto desde llevar la comunicación a un nivel más complejo -y cercano, para otros- hasta el nacimiento de nuevos códigos sensitivos.

Ha pasado al mundo del cine, por ejemplo en “Avatar”, donde sus protagonistas se conocen gracias a los avances científicos hechos por humanos, o “The social network”, que apunta a que Mark Zuckerberg creó Facebook por un intento de amor fallido, algo contra lo que el propio Zuckerberg ha arremetido.

No todo puede adaptarse a esta nueva realidad, sino que ha de inventarse. El poeta y director honorífico de la Escuela de Letras, Juan Carlos Suñén, matiza: “Una historia de amor lineal, sin grandes dudas u oposiciones, es posible en cualquier lenguaje, pero, por ejemplo, una versión 2.0 de Romeo y Julieta tendría grandes problemas de adaptación al medio. Cuando el mundo 2.0 cuenta la suya, no se parecerá a ninguna”.

Aunque el amor parece algo muy alejado de la tecnología, siempre ha seguido el mismo curso. Lo demuestra el libro de Gabriel García Márquez “El amor en los tiempos del cólera”.

Incluso en la película “La vida es bella”, donde Guido, encarnado por Roberto Beningni, no puede evitar, aún en el campo de concentración nazi durante la II Guerra Mundial, gritarle los buenos días a su esposa Dora. Si hubiese tenido un móvil, quizá se lo hubiese escrito aunque, seguramente, no sería un acto tan mágico.

La historia ha dado un giro de 180 grados. La correspondencia, no tener por qué saber las 24 horas del otro y esa frase al oído que termina de encandilar a tu pareja son en muchas ocasiones actuales un mensaje de texto o un privado de Facebook, visitas diarias a cualquiera de los perfiles donde están registrados o una declaración amor sellada en un sms con las leyendas: “tkm, I © you o xoxo”.
Amor 2.0

San Valentín es el patrón de los enamorados que cada 14 de febrero celebran su amor. Son diferentes los actos con que cada pareja demuestra al otro su compromiso, pero esta tradición tiene en hoy diferentes lecturas: hay quienes realmente creen en ella, quienes la detestan y quienes aprovechan esta fecha para hacer un regalo a la persona con quien comparten su vida.

“San Valentín era una fecha significativa para las parejas con un vínculo amoroso de compromiso real y no para todas, pero ahora las redes sociales lo hacen extensivo a amigos e incluso a conocidos o personajes por los que, por lo que sea, sentimos cierto aprecio. Se convierte en una fecha más para recordarle a otro que seguimos ahí y creer que nuestra opinión le sirve”, subraya Suñén.

No muy alejado de la realidad, ya algunas parejas han colgado su amor en la red e incluso han comentado detalles de boda a amigos lejanos mediante la red social. Sea como sea, por mucho que se muten las tradiciones y se adapten a la nueva realidad, hay cosas que difícilmente la tecnología puede cambiar porque probablemente nadie quiere perderse, en presencia física, el “sí, quiero” o el beso nupcial.

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