sábado, 26 de febrero de 2011

Barreto explica, explica y explica

Amparándose más en su militancia partidaria orteguista, que en la de funcionario público, el jefe de Gabinete del Consejo Supremo Electoral, CSE, Rodrigo Barreto, negó haber admitido ante diplomáticos de EU que en las elecciones municipales de 2008 hubo un fraude masivo.

Según un cable publicado por WikiLeaks, Callahan envió un informe a Washington el 25 de febrero de 2009, en el que señala que Barreto reconoció que en tales comicios el Frente Sandinista se adjudicó de manera fraudulenta al menos 40 alcaldías de las 153 que se eligieron el 9 de noviembre de 2008.
“Como dijo el comandante…”

“Esto relativo a la chismografía de WikiLeaks, como muy bien lo dijo en su momento el comandante (Daniel) Ortega, que pone en boca mía aseveraciones que en ningún momento, en ninguna circunstancia, le he manifestado yo a ningún miembro de la embajada de los Estados Unidos acreditados en Nicaragua”, expresó Barreto.
Sin embargo, antes de dar su versión, Barreto hizo toda una antología detallada de su carrera como sandinista, destacando reiteradamente sentirse orgulloso de ello, y hasta aseguró que seguirá trabajando en función del proyecto del presidente Daniel Ortega.
Saca su currículo

“Desde mis 14 años me involucré en la Cruzada Nacional de Alfabetización (…) participé en el batallón de reserva 3072, posteriormente me incorporé al Servicio Militar Patriótico, y después, más honrosamente, a las filas del Ejército Popular Sandinista y posteriormente al Ejército de Nicaragua”, expresó, y dijo que fue durante ese tiempo que “la Revolución y el Ejército de Nicaragua” lo mandaron a estudiar Relaciones Políticas Internacionales “a la hermana República de Cuba”.
Señaló que después de obtener esos estudios, trabajó en Atención a las Agregadurías Militares acreditadas en el país y a las embajadas de los países con representación en Nicaragua, donde, según él, a su salida en 1994 dejó un expediente limpio.

“Ingresé al CSE en el 96, donde se me volvió a dar las atribuciones, funciones y autorizaciones para trabajar en todo lo relativo a la atención a las misiones diplomáticas y a los organismos internacionales acreditados en el país, que venían de visita en función de los procesos electorales”, prosiguió.
Horror a la palabra fraude
Lo que sí admitió Barreto es que cercano a la fecha que cita el cable de WikiLeaks, se reunió con Michael García --oficial de la sección política de la embajada de los Estados Unidos--, y posteriormente con Callahan, pero aseguró que con ninguno de ellos abordó “el tema fraude”.

“En ninguna de las pláticas les he mencionado nunca el tema fraude, porque soy mero nicaragüense, orgulloso de serlo, orgullosos de ser sandinista, orgulloso de poder compartir y poder participar y poder aportar a las transformaciones que se están llevando a cabo en este país”, dijo.
Abunda explicando
Barreto, incluso, afirmó que en las conversaciones que tenía con García, éste --que según él era mandado por su Gobierno-- sostenía que en las elecciones municipales hubo irregularidades, pero que él le aseguraba que éstas habían sido legítimas, transparentes y debidamente organizadas.

También mostró la copia de un correo electrónico que supuestamente le envió el diplomático estadounidense, disculpándose por si en las conversaciones hubo malas interpretaciones.
Barreto justificó su constante alusión a su inclinación sandinista, señalando que la Constitución Política le otorga ese derecho. “¿O tengo que renunciar a mi trabajo para poder ser sandinista?”, preguntó.
Se le olvidó que fue WikiLeaks y no medios de aquí

El funcionario denunció que existen “campañas debidamente orquestadas para tratar de desprestigiar, deslegitimar, anular y destruir la institucionalidad de este país, sobre todo a este Poder Electoral, donde algunos medios escritos, revestidos de calumnias, toman de manera irresponsable como verdades absolutas declaraciones que uno no ha dado”.
Ante ello, Barreto advirtió que se reserva el derecho en el tiempo para hacer lo que crea conveniente.
Cierre en campaña
Finalmente, aprovechó --como si estuviera desde una casa partidaria-- para decirle “a todos los compañeros sandinistas que cuidado los utilizan como un arma para desunirnos, para generar desconfianza entre nosotros mismos, porque estamos hablando del manejo de información que nadie tiene certeza si es cierta o es falsa”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario