Emilio Santamaría: directorSPAMFILTER@emiliosantamaria.com
Mientras escribo estas líneas tengo frente a mí una tarjeta postal que me fue enviada desde Santiago de Chile. Ricardo González Carazo, el joven que la envió, reside en San José, Costa Rica. Fue allí donde asistió al “Seminario sobre Metas”, que yo dicté.
No lo recuerdo bien porque fue uno de los aproximadamente trescientos participantes que llenaron el salón principal del Hotel Ambassador.
El evento duró cuatro horas y media, que él me dice fueron unas de las más importantes de su vida. “¡Descubrí que las Metas tienen Magia!
Y la puse a trabajar para mí”, me dice en su tarjeta.
Ricardo había soñado con estudiar mercadeo internacional. Trabaja en una agencia aduanal en la que se inició hace unos años. Lleno de aspiraciones, estudió y se graduó como contador, lo que le permitió ocupar un puesto en la oficina principal. Los años fueron pasando y él comprendió que se quedaba estancado, que no progresaba. Su sueldo fue incrementado poco a poco, pero la inflación siempre se tragó esos incrementos. Una sensación de frustrante rutina lo invadió y empezó a preguntarse si eso era realmente todo lo que esperaba de la vida.
Usted, que lee estas líneas, ¿Se ha hecho también esta misma pregunta?
La tarde en que decidió inscribirse en el Seminario sobre Metas, no sospechó lo mucho que iba a cambiar su vida con ello. Casi puedo verlo sentado junto con los demás participantes, tomando decisiones, prometiéndose a sí mismo hacer algo más grande y más gratificante de su vida. ¿Qué ocurre cuando tenemos estos pensamientos? Ricardo González Carazo preguntó, investigó, consiguió una beca y el permiso de su empresa; ahora mismo está recibiendo en Chile, un entrenamiento de quince meses. Su sueño se está convirtiendo en un “objetivo realizado”.
Samuel Weiss nos dice que: “Nadie sabe de lo que es capaz, hasta que lo intenta”. ¿Está conforme usted con lo que ha logrado hasta ahora? ¿Siente que hay un potencial en usted que aún no ha sido utilizado? ¿Sabe usted dónde está su límite? ¿Por qué no utiliza entonces este 2011 la “magia” que hay en las metas? ¡El resultado puede sorprenderle tanto como a Ricardo González Carazo!
LO NEGATIVO: Permitir que nuestros sueños se queden sólo en eso, en sueños.
LO POSITIVO: Dejar que la “magia de las metas” los transforme en realidades.
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