viernes, 14 de enero de 2011

Costa Rica saca en La Haya su verdadera intención sobre Río San Juan


La representación de Nicaragua en la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, Holanda, denunció y develó ante los jueces del alto tribunal de Naciones Unidas que la real intención de Costa Rica al llevar a juicio el dragado en la zona del Río San Juan, es reactivar las viejas intenciones de co-gobernar las aguas del caudal nicaragüense.

Según el agente de Nicaragua ante La Haya, Carlos Argüello, la representación tica ante el tribunal modificó la solicitud de medidas cautelares propuestas inicialmente, y agregó otras peticiones que, a criterio del experto representante de los intereses de Managua, buscan cómo revivir los viejos reclamos de navegar armados, consensuar toda obra de desarrollo en la zona y usar el río sin restricciones.

“Costa Rica decía que reconocía que el río es de Nicaragua pero ellos querían navegar armados, regular el río y que las ordenanzas de Nicaragua tenían que ser consultadas y consensuadas con ellos, entonces lo que ellos querían era co-soberanía”, mencionó.

Reabrir el juicio anterior

“Nicaragua simplemente señala que lo que Costa Rica está tratando de hacer es volver a abrir también el caso anterior”, detalló Argüello, en relación con el juicio que concluyó en 2009 con una sentencia de La Haya a favor de la soberanía nica en el lecho acuático.

En el cierre de las audiencias preliminares, el agente de Costa Rica, Edgar Ugalde, apremió al tribunal para que ordene a Nicaragua no desplegar tropas ni otro personal en el área comprendida entre la margen derecha del río San Juan y la margen de la laguna Harbour Head y el río Taura.

En esa misma zona, Nicaragua tampoco podría “emprender la construcción o la ampliación de un canal; cortar árboles o remover vegetación o suelo; depositar sedimentos”, agregó el documento de la cancillería.

Por último, la petitoria incluyó que Nicaragua se abstenga "de realizar cualquier otra acción que pueda perjudicar los derechos de Costa Rica, o que pueda agravar o extender la disputa ante la Corte”, sin el permiso o consenso de San José.

A la salida del supremo tribunal, Argüello explicó que “Costa Rica quería la co-soberanía”, del Río San Juan, ya que utilizó en todo momento “un lenguaje confuso y retorcido” que buscaba volver el caso actual al estado antes de la sentencia de la CIJ en julio de 2009, que rechazó las pretensiones ticas de navegación armada, sin restricciones y autoridad para decidir sobre el desarrollo de la zona.

Ello, según el agente nicaragüense, fue pese a que la posición inicial tica consistía en medidas cautelares contra Nicaragua, la expulsión de tropas nicaragüenses por la supuesta invasión a su territorio, parar las labores de limpieza del canal que permite al nicaragüense Río San Juan recuperar su caudal, el cese a la supuesta tala de árboles y descargue de sedimentos.

Opiniones de asesor nica

Stephen McCaffrey, profesor en derecho internacional y defensa de Nicaragua, remarcó que “las audiencias de los últimos tres días han servido para afirmar que no cabe la menor duda de que Nicaragua tiene plena soberanía sobre el río San Juan. Es su derecho la limpieza del caño que ha iniciado. Costa Rica no ha podido sustentar ninguna de las demandas que nos han conducido ante ustedes”.

De acuerdo con la exposición de McCaffrey, los mapas e imágenes satelitales, incluso utilizados por Costa Rica ante la CIJ, “nos muestran la existencia del caño que San José dice no existe”.

“No estamos hablando del canal de Panamá, sino uno mucho más pequeño. Es difícil de observar, pero es uno que conecta con la bahía Herbour Head y con el rio San Juan. No hablamos del Nilo”, añadió McCafrey.

A lo largo de tres horas, Nicaragua insistió en la destrucción ambiental ocasionada por Costa Rica en la zona fronteriza y volvió a enfatizar que el río San Juan ha cambiado su trayectoria a lo largo de los últimos cien años, “debido a que con el tiempo han aparecido nuevos caños producto de la sedimentación y causas naturales”.

“A Costa Rica le cuesta aceptar que Nicaragua tenga la soberanía en el río San Juan. Y esto a pesar de todos los fallos existentes de la Corte Internacional de Justicia”, dijo Stephen McCaffrey, quien refirió que la intención tica de la demanda no es solo detener el dragado en aguas nicaragüense, sino también adquirir nuevos derechos y no irse con las manos vacías de la CIJ.

El agente de Nicaragua recordó a los jueces que Costa Rica ha pretendido adueñarse del río por más de 200 años y ha retomado esa vieja intención con una nueva excusa a partir del dragado.

Viene Ramsar

Al final de la vista, Nicaragua realizó el anuncio de que la convención internacional de humedales, Ramsar, “visitará en las próximas semanas nuestro territorio. Nos parece muy injusto que la CIJ pueda solamente examinar un reporte de ellos, obedeciendo a la petición formulada por Costa Rica”.

Tanto Argüello como otros miembros de la delegación nicaragüense restaron importancia al hecho de que los jueces de la CIJ dirigieran seis preguntas que por escrito deberá responder Nicaragua, para efectos de este caso, antes del 18 de enero próximo, a más tardar a las 17 horas locales de ese día en La Haya.

Una de estas preguntas es por qué Nicaragua demoró 110 años en realizar la reivindicación de su frontera con Costa Rica. De acuerdo con Argüello, “porque nadie se había preocupado de corroborar lo que decían los mapas y laudos de Alexander sobre el terreno. Y cuando iniciamos las labores de dragado, lo descubrimos”.

Un ejército tico en tres años

El canciller de Costa Rica René Castro defendió el derecho de su país de armarse de una policía especializada de fronteras, alegando que hace mucho tiempo nadie pensaba que Nicaragua se “atrevería” a invadir territorio tico, además que las formas de operar del crimen organizado también se han modernizado.

“Hace muchos años los criminales no tenían por ejemplo imágenes de satélite, no habían sistemas de comunicación encriptados, no tenían submarinos y también teníamos muchos años de que ningún país vecino y mucho menos Nicaragua se atreviera a invadir territorio nacional, incluso en la época de la guerra y la Contra habían incursiones temporales, pasaban a un lado de la frontera y se devolvían inmediatamente”, declaró desde La Haya el canciller tico.

“Pero hubo ahora una incursión militar que se queda ocupando y dañando territorio nacional, hay cambios nuevos, hay además anuncios de proyectos faraónicos, se dice que van hacer trabajos con Irán, con otros países y creo que eso nos obliga a poner una atención en que hay cambios en el entorno y que debemos adecuarnos a los tiempos, ahora el país jamás dejará de lado su decisión de no tener ejército, de militarizarse y aquí estamos hablando de una policía civilista, moderna, profesional, bien pagada y bien entrenada”, añadió.

Sin embargo, en declaraciones a radio Netherlands, Castro calculó que en tres años pueden obtenerse los recursos necesarios para modernizar las fuerzas costarricenses.

“Costa Rica dejó de invertir en la modernización de sus fuerzas. No tenemos un solo helicóptero artillado y que pueda ayudar a la movilización de la Policía, ni para una confrontación”, declaró.

Sería zona de guerra

A la pregunta ¿peligra la paz con Nicaragua? si Nicaragua continúa con su presencia militar en la zona que Costa Rica reclama como suya, el canciller Castro dijo a Radio Netherland que “si Costa Rica hubiera tenido un ejército, probablemente eso (el área en conflicto) sería una zona de guerra”.

"En el país existen algunos grupos que quisieran tomar por asalto a las tropas nicaragüenses que están en esa pequeña esquina del noreste costarricense, o gente que clama porque el ejército no permanente se reinstale. Son grupos minoritarios que no logran concitar apoyo", dijo Castro.

Al ser consultado sobre ¿cuán poderosos son estos grupos?, respondió que no son muy poderosos" y que "están plenamente identificados porque se expresan libremente, hacen llamados por la prensa, organizan manifestaciones, escriben artículos, hacen reuniones, pero son grupos muy minoritarios".

"Incluso en las encuestas de opinión así se refleja. Son grupos que oscilan entre un cuatro y siete por ciento de la población, pero no por ello dejamos de ponerles atención", indicó Castro.

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