San Pedro Sula, Honduras
“Gracias a Dios estoy vivo, porque el elemento que nos disparó manejaba el rifle como una pistola, las balas nos pasaban por la cabeza, nos tiramos de la moto al borde de un muro”, dijo todavía nervioso el agente que se enfrentó primero, junto a un compañero suyo, al grupo de cinco supuestos mareros de la 18, ayer a las 2:30 de la tarde, en la colonia La Unión, al sureste de la ciudad.
Según el relato de las autoridades, dos agentes que viajaban en una patrulla motorizada hacían ayer un patrullaje de rutina en la cuarta avenida, entre la 31 y 32 calles, en la colonia La Unión.
De repente vieron salir de un pasaje a dos sujetos con armas de grueso calibre; al ser requeridos por los agentes, los sujetos entraron de inmediato a una de las casas. En ese instante uno de los sujetos que estaba ubicado en el techo de una vivienda disparó una ráfaga con un rifle Galil, en contra de los patrulleros, quienes salieron ilesos gracias al rápido movimiento que ejecutaron, tirándose de la moto y refugiándose al borde de un muro.
Los policías hicieron uso de sus armas de reglamento para defender sus vidas, a la vez que pedían -por radio- apoyo a sus compañeros del sector. Los primeros en llegar fueron un clase y dos agentes que siguiendo las instrucciones de los dos patrulleros se ubicaron al otro lado del pasaje para cercar al grupo, ya que éstos iban saltando de muro a muro, disparando sus armas. Poco a poco fueron llegando más patrullas que establecieron un cerco total del bloque de viviendas utilizadas por los pandilleros. Mientras tanto, un oficial de policía dirigió un grupo de agentes que fueron avanzando casa por casa, contraatacando a los malvivientes.
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