lunes, 10 de enero de 2011

División opositora facilita reelección ilegal de Ortega


Para Alejandro Serrano Caldera, antes de referirse a un tema tan puntual como las candidaturas a Presidente de la República, hay que señalar cuatro grandes rasgos de la actual situación del país, con los cuales, según él, se explica la crisis institucional que vive Nicaragua.

Primero señala que hace cuatro años, cuando inició el gobierno del presidente Daniel Ortega, también comenzó la concentración del poder en tres ámbitos: economía, política estatal (poderes e instituciones del Estado), y municipios.

A ello se suma la fragmentación y la confrontación en la oposición, seguidas de la crisis institucional y de la reedición de poderes personales. Ante ello, Serrano afirma que el país necesita un cambio en la cultura política, a fin de que ésta refleje una estructura social con principios y sea respetuosa de las leyes, lo cual se traduce en la unidad en medio de las diferencias, la elaboración de un plan de nación y la alternabilidad en el poder, entre otras cosas.

Ahora bien, ¿cómo están las candidaturas presidenciales en medio de este escenario? Serrano Caldera afirma que en este momento el escenario es favorable al oficialismo, pero recuerda que aún falta más de un mes para que se inscriban a los contendientes definitivos.

¿En ese momento hay verdaderos candidatos para la Presidencia de la República?
Por el momento se perfilan tres precandidaturas, que son la del presidente Daniel Ortega, la del doctor Arnoldo Alemán y la de don Fabio Gadea Mantilla. ¿Será eso lo que va a llegar hasta el momento de oficializarse las candidaturas? No lo sé, pero es lo que está perfilado y lo que está proyectado.
¿Considera que estas tres personas han pasado por un filtro para hacer legítimas sus candidaturas?
En esta situación en la que estamos actualmente, si se mantienen las tres precandidaturas y se transforman en candidaturas y se va así a las elecciones, creo que el candidato del Frente Sandinista gana las elecciones. La oposición no presenta a un candidato de consenso, sino más bien una división.

Ahora bien, si se logra consolidar una candidatura, por ejemplo el caso de Fabio Gadea Mantilla, las posibilidades aumentarían para la oposición a efecto de poder ganar las elecciones. Esto va a depender en buena parte de cómo se comporten los partidos de oposición ante el proceso electoral.

Lo que sí me atrevería a avanzar desde ahora con los elementos que disponemos, es que una oposición dividida no gana la elección; ya lo vimos en 2006, cuando la división no había adquirido los tonos tan dramáticos que ha adquirido en este momento, y la confrontación no alcanzó los límites que han llegado a perfilarse en este momento.

¿Cree que de aquí al primero de marzo la oposición logre la unidad y un candidato de consenso?
Tal como están las cosas hoy pareciera un poco difícil, pero yo no descartaría ninguna posibilidad. Me parece que los candidatos de la oposición en algún momento tendrán que reunirse y dialogar para encontrar, desde sus intereses, esa posibilidad (…) no sé si puede haber la búsqueda de un consenso alrededor del candidato de consenso, pero tampoco podría afirmar que de aquí a marzo no puedan darse algunas posibilidades de entendimiento si, efectivamente, hay la preocupación de que el no entendimiento y el no lograr una candidatura no sólo única, sino que además tenga el consenso de los partidos políticos, de la sociedad civil, y que pueda atraer a los grupos de independientes que son más del 30% en este momento, los llevará a no tener posibilidad de ganar las elecciones.

¿El señor Fabio Gadea Mantilla es un candidato de consenso o puede ser un candidato de consenso?
Surge como un candidato de consenso, indudablemente una persona muy respetada, muy apreciada en su actividad profesional, empresarial, radial, en su actividad como ciudadano, como sujeto, y el desafío es ese, ver si efectivamente puede serlo en el campo político, pero eso es muy difícil de constatarlo mientras persista la división en la oposición.

¿Esta indecisión de la oposición para unirse y elegir a un candidato de consenso está afectando a los votantes? ¿Cómo?
Creo que sí, que está generando incertidumbre que puede traducirse en indiferencia y en apatía, que a su vez puede traducirse en abstención, y toda abstención en el campo de oposición favorece al candidato del Frente Sandinista, esto es matemático (…) Si tomamos las últimas encuestas como punto de referencia, nos damos cuenta de que el porcentaje de los independientes, que son definitorios para una elección, se ha reducido hasta un 30%, lo cual quiere decir que un sector de la población que no milita en partidos políticos, pero que busca una rotación y una alternabilidad en el poder y que ha definido elecciones anteriores, en este momento, ante esta fragmentación de la oposición, confrontación en algunos casos, ha tomado una posición de distancia de la que habitualmente toma, que es participar a favor de la renovación en el poder, de la alternabilidad en las figuras que son candidatos para ocupar la Presidencia de la República.

¿Cuál de los candidatos que hasta ahora se nombran está ganando más réditos en medio de todo esto?
Es un poco prematuro hacer vaticinios de este tipo, yo me atendría a lo que señalan las encuestas. Indudablemente el que ha ganado más votos ha sido el presidente Ortega, que de un 38 a un 40% --que ha sido su comportamiento histórico desde el 84 hasta hoy--, sube aproximadamente a un 47%, y yo creo que ese incremento es la consecuencia correlativa de esta falta de unidad de la oposición.

Por el otro lado, vemos el caso de don Fabio Gadea, que iniciando su campaña alcanza un 14% y el doctor Alemán un 7%, y si nos referimos a los datos que tenemos, resulta claro que la unión de la UNE con el PLC por sí solo, no son suficientes, es decir, que la unión de los votos del candidato Gadea con los votos del candidato Alemán no son suficientes para derrotar al candidato Ortega.

No obstante, la presencia de una candidatura única puede accionar no sólo el 14% de Fabio y el 7% de Arnoldo, llevando a un 21 ó 22%, sino que ese 30% de los independientes se sumaría, dando más de un 50%; y posiblemente un 10 ó 12% que se han abstenido de dar su opinión y más bien han pasado a una esfera de silencio, o de voto oculto, podrían sumarse a este bloque que estamos señalando.

¿Y si las elecciones fueran dentro de un mes?

Si las elecciones fueran dentro de un mes, en estas condiciones, ganaría el Frente Sandinista; sin embargo, si de aquí a un mes esas condiciones han cambiado y más bien vemos una candidatura que es capaz de producir la unidad de todas las fuerzas políticas de oposición y la atracción del voto de los independientes, habría muchas posibilidades de que ese candidato único y de consenso pudiera ganar las elecciones.

Nicaragua esta lejos de la modernidad y sumergida en caudillismos

Para el analista y filósofo Alejandro Serrano Caldera, pese a la manera ilegal como el presidente Daniel Ortega pretende su reelección, su situación es sujeto de análisis de desde diversos ángulos, y no se atreve a señalar si esa candidatura es definitiva o no.

¿Es definitiva la candidatura del presidente Daniel Ortega?

Hay varios elementos que analizar. Si hay un objetivo central en la estrategia política del gobierno es la reelección del presidente Ortega, y todos los demás elementos se organizan y se orientan a lograr ese cometido. Llegado a esto, pienso que el presidente Ortega busca ser un candidato con legitimidad, y tanto lo busca que de 2007 a 2010 se ha buscado los 56 votos para hacer una reforma parcial en la Constitución, en este caso para reformar el artículo 147, entonces no le quedó más remedio, y por eso en octubre de 2009 la Sala Constitucional dictó una sentencia declarando inaplicable el artículo 147.

En todo caso, es un precandidato, y el primero de marzo inscribirá su candidatura, porque el Consejo Supremo Electoral dijo que acata la sentencia de la Corte Suprema de Justicia.
¿Qué implicaría el hecho que el Frente Sandinista inscriba a Daniel Ortega como su candidato?
Más allá de las cuestiones personales, partidarias, inmediatas, de las cuales estamos arrancando, es triste que en Nicaragua no pueda haber alternabilidad en las candidaturas, ni rotación en el poder. Me parece que ambos líderes políticos, tanto el del Frente como el del PLC, deberían declinar sus candidaturas.

Aunque en el caso de Alemán no hay impedimentos legales, pero si estamos hablando de los liderazgos personalizados, del caudillismo, con mucha razón en el caso del presidente Ortega, que sí tiene la prohibición constitucional.

Entonces, un país que no puede prescindir de los cuadillos, es un país que no ha logrado entrar a la modernidad política. Un país donde se supone que sólo una persona es capaz de conducirlo adecuadamente, es un país que se autodescalifica, y es un país en donde la democracia está en pañales, por no decir no existe (…) el drama de la historia nicaragüense han sido las figuras caudillescas, los insustituibles en el poder, y aquellos que han creído que tienen el derecho de perpetuarse en el poder, e inclusive aquellos que le hacen creer a sectores de la población que no puede existir nadie más que ejerza la Presidencia de la República.

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