Carlos Arrazola
Guatemala/ACAN-EFE
El ataque con bomba perpetrado el lunes pasado contra un autobús del transporte público en Guatemala, que causó siete muertos, fue planificado y dirigido desde una prisión por los jefes de una temida pandilla juvenil.
Esa es la principal hipótesis que maneja la Fiscalía contra el Crimen Organizado de Guatemala, cuyo jefe, Rony López, reveló hoy a la prensa que cuenta con suficientes evidencias para señalar con nombres y apellidos a los responsables intelectuales de ese hecho.
Se trata, según López, de los jefes de una célula de la Mara 18, identificados como Gustavo Pirir, Eulogio Escobar y Carlos Rodríguez, quienes habrían ordenado, planificado y dirigido el ataque desde la prisión preventiva en la que se encontraban, en complicidad con otros pandilleros que lo ejecutaron.
Los tres pandilleros fueron trasladados a la prisión de máxima seguridad Fraijanes II, luego de que las fuerzas de seguridad realizaran una requisa en el Centro de Detención Preventiva donde guardaban prisión, y desde la cual, por medio de un teléfono celular, activaron el artefacto que provocó el incendio.
Según las investigaciones de la Fiscalía, Pirir y Escobar son los jefes de la facción de la Mara 18 conocida como "Little Sayco Criminal", la cual es responsable de las extorsiones de que son víctimas las empresas de transporte público de las zonas del oeste de la capital guatemalteca.
"Gustavo Pirir manejaba y dirigía desde la cárcel todas las operaciones (de ese grupo criminal), no sólo las extorsiones sino también coordinaba los ataques" en contra de las unidades de transporte, precisó el fiscal.
En tanto que Rodríguez habría sido el responsable de hacer explotar el artefacto desde la prisión por medio de un teléfono móvil.
López explicó que este pandillero "se comunicaba con otras personas en el exterior (de la cárcel) para fabricar los artefactos (explosivos) que hace explotar desde la cárcel con una llamada".
Además, aseguró, Pirir mantiene una relación sentimental con Sonia Véliz, alías "La Paquetona", la mujer de 20 años que fue capturada ayer como principal sospechosa de haber colocado la bomba dentro de la unidad de transporte.
Véliz, quien se declaró inocente de los cargos, fue ligada al proceso hoy y enviada a prisión preventiva acusada de siete delitos, entre ellos asesinato y asociaciones ilícitas, por el Juzgado Cuarto de Instancia Penal.
El jefe de la Fiscalía contra el Crimen Organizado también informó sobre la captura, hoy, de uno de los socios de Transportes Quetzal, empresa a la que pertenecía la unidad siniestrada, por su participación "indirecta" en el ataque.
El detenido, identificado como Edwin Avendaño, según López, sería el responsable de "cobrar" a los empresarios las extorsiones exigidas por los pandilleros, y luego depositar el dinero de las mismas en diferentes cuentas bancarias.
"Esta persona se encargaba de recolectar el dinero, pero se quedó con parte de las extorsiones. No entregó el dinero a sus destinatarios", y ese habría sido el móvil del ataque, señaló López.
Avendaño, agregó el fiscal, "se apoderó de una parte del dinero a escondidas de los mareros (pandilleros)", con los cuales "colaboraba" para extorsionar a los empresarios.
Tras su detención, Avendaño fue trasladado a un Juzgado Penal del municipio de Mixco, en la periferia oeste de la capital, en donde deberá rendir su primera declaración.
El fiscal aseguró que aún están pendientes varias capturas dentro de este caso y que todas las pruebas obtenidas para identificar a los supuestos implicados serán entregadas a los tribunales.
La explosión de la bomba dentro de la unidad de transportes que cubría la ruta entre el municipio de San Juan Sacatepéquez, en la periferia noroeste de la capital, y el centro de la ciudad, causó la muerte de siete personas, entre ellas dos niños y heridas a más de una docena de pasajeros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario