jueves, 6 de enero de 2011

Zelaya es “más oportunista que ideólogo”: Wikileaks


San Pedro Sula,

Honduras

“En el mejor (de los casos) un presidente mediocre, M. Zelaya no hizo gran cosa para arreglar los problemas de Honduras (la pobreza, la corrupción y la criminalidad). Su “accionar errático” ha polarizado al país. Los militares se vieron en un dilema entre su lealtad al jefe de Estado y el respeto a la ley, habría dicho el embajador de EUA en Honduras, Hugo Llorens, en un cable diplomático de junio de 2009, revelado por Wikileaks.

La personalidad del ex presidente Manuel Zelaya volvió a ser reflejada por la página de internet en un cable que publicó ayer en su portal web el diario francés Le Monde.

El nuevo documento revelado señala que Zelaya había creado una “junta administrativa” para presionar a sus opositores a apoyar la consulta de la cuarta urna prevista para el 28 de junio de 2009.

En los informes que manda el embajador de Estados Unidos en Honduras, Hugo Llorens, al Departamento de Estado refiere además que los altos mandos de las Fuerzas Armadas no tenían intenciones de dar golpe de Estado al gobierno de Zelaya; sin embargo, señala que fue el propio Zelaya quien el 15 de junio de 2009 “complica la situación con su ‘retórica cada vez más beligerante’ y por su ‘falta de respeto por la separación de poderes’: la que se manifestó por el bloqueo de salarios del Congreso y de la Corte Suprema”, señala el cable traducido al español del francés.

El dilema de las FF AA

Según el documento, el embajador Llorens no creía los “rumores” sobre un golpe de Estado que circulaban en Tegucigalpa, diez días antes del evento de 2009. Eso es lo que revelan los telegramas diplomáticos obtenidos por WikiLeaks y examinados por Le Monde.

“Los rumores circulan desde hace más de una semana” hace notar un cable confidencial con fecha del 18 de junio de 2009.

Durante un desayuno con los dos principales jefes del Ejército, los generales Romeo Vásquez y Miguel García Padgett, el embajador recibió “la seguridad” de que los militares no actuarían contra el gobierno del presidente Zelaya, a pesar de las amenazas de crear una “junta administrativa” que habían proferido (creado) en privado para “poner presión sobre los políticos”.

Tal acción sería “inaceptable” para los Estados Unidos, les dio a entender el diplomático. Según el general Vásquez, la situación de las Fuerzas Armadas era “intolerable”, porque el Gobierno les había ordenado organizar una consulta considerada ilegal por la justicia y la autoridad electoral, en vista de una reforma constitucional.

Sin embargo, agrega que los militares hondureños “no harán nada sin el apoyo de la administración americana”.
La conclusión del embajador es clara: “en el momento actual no creemos que los jefes militares tengan la menor intención de atacar al Gobierno legítimo”.

Retórica beligerante

¿Cómo pudo equivocarse en este punto la diplomacia americana? Llamada a servir de mediador, juzgó mal a los principales actores del conflicto.

Encarado a una creciente oposición suscitada por su proyecto de referéndum, el presidente Zelaya había pedido a la embajada estadounidense “alentar el diálogo” con sus adversarios del Partido Liberal, según el telegrama del 9 de junio.

El jefe de Estado mismo pensaba también que “la época de las acciones militares para interrumpir el orden constitucional era cosa del pasado”.

El embajador Llorens dedujo que “Zelaya buscaba una salida que le permitiera salvar las apariencias”. El 15 de junio, el embajador estima que M. Zelaya complica la situación con su retórica cada vez más beligerante.

“Honduras sigue siendo una democracia vibrante, aunque imperfecta”, subraya sin embargo el diplomático, que “permanece en contacto con todas las partes (o “todos los partidos)”.

Zelaya polarizó el país

Para el 19 de junio, el tono de los cables cambió. “Honduras se precipita quizá hacia un enfrentamiento político mayor”, escribe el embajador Llorens.

Zelaya más oportunista que ideólogo, se echó encima (literalmente “a la espalda”) el meollo de los asuntos, la clase media, la mayor parte de los medios, la Iglesia Católica y las evangélicas, con su discurso y sus medidas populistas (como el aumento del 60% al salario mínimo).

“En el mejor (de los casos) un presidente mediocre, M. Zelaya no hizo gran cosa para arreglar los problemas de Honduras (la pobreza, la corrupción y la criminalidad). Su “accionar errático” ha polarizado al país. Los militares se vieron en un dilema entre su lealtad al jefe de Estado y el respeto a la ley.

“El hecho de que Zelaya obedezca a su personalidad más bien que a una ideología significa que puede ser manipulado por aquellos que buscan establecer un régimen similar al de (el presidente venezolano Hugo) Chávez, pero también puede ser manipulado por nosotros”, precisa el embajador estadounidense, cuyo “objetivo restante es de razonar con Zelaya y llevarlo a aceptar un acuerdo que le permita salvar las apariencias”.


“Un escenario de pesadilla”

No obstante, el diplomático no descarta tampoco “un escenario de pesadilla”, y un “choque frontal entre el Ejecutivo y el Poder Legislativo que implicaría la ruptura del orden constitucional”.

Considerando que M. Zelaya se ve “como un (jugador de) poker”, los estadounidenses “no disponen de ninguna información que sugiera que Zelaya o un miembro de su gobierno considera burlar (o: hacer escarnio de) la democracia y suspender las garantías constitucionales”.

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