domingo, 10 de octubre de 2010

Dennis Martínez al Salón de la Fama Latino


NUEVA YORK/AP
Fernando Valenzuela, Andrés Galarraga, Dennis Martínez, Luis Tiant, Edgar Martínez, Manny Sanguillén y Rico Carty son los siete nuevos integrantes del Salón de la Fama del Béisbol Latino. El anuncio fue hecho este domingo en una rueda de prensa en el Yankee Stadium.
Los siete serán exaltados el 12 de febrero en la sede del Salón de la Fama latino en Casa de Campo de la Romana en la República Dominicana.
Será la segunda ceremonia en la que se inmortalizan a peloteros latinos. El primer grupo, que fue exaltado este año, fue de 24 y correspondió a todos los que ya forman parte del Salón de la Fama en Cooperstown, como Roberto Clemente, Juan Marichal, Rod Carew y Luis Aparicio, entre otros.
Tres de los siete nuevos integrantes son lanzadores: el cubano Tiant, el mexicano Valenzuela y el nicaragüense Martímez.
—Tiant ganó 229 juegos en una carrera en las Grandes Ligas que abarcó entre 1964 y 1982
—Valenzuela fue consagrado como el Novato del Año y Cy Young de la Liga Nacional con los Dodgers de Los Angeles en 1980.
—Dennis Martínez es el latino con más victorias (245) en las mayores y lanzó un juego perfecto en 1991 como parte de los Expos de Montreal.
—El dominicano Carty fue el campeón de bateo de la Liga Nacional en 1970 con los Bravos de Atlanta.
—Galarraga fue el primer venezolano en ganar un título de bateo en 1993 con los Rockies de Colorado.
—Edgar Martínez ganó dos coronas de bateo en la década de los 90 con los Marineros de Seattle. El puertorriqueño se destacó como uno de los grandes bateadores designados de su época.
—El panameño Sanguillén fue un catcher que brilló con los Piratas de Pittsburgh en la década de los 70, ganando dos veces la Serie Mundial.
Además, el Comité de Veteranos escogió al cubano Adolfo Luque, el mexicano José Luis Gómez, el panameño Héctor López, al dominicano Horacio Martínez y al venezolano Vidal López. El venezolano Oscar Negro Prieto fue seleccionado en la categoría de promotores.

1 comentario:

  1. EL JUEGO PERECTO DE DENIS MARTINEZ
    Ese hombre de cabellos tercos, sudoroso y agotado por un esfuerzo supremo de músculo, corazón y cerebro, estaba llorando después de concretada la hazaña aquel 28 de julio de 1991, agradeciéndole a Dios por haberle permitido sostener a lo largo de nueve entradas ese rapto de inspiración sin intermitencias.

    Cuando trabajas un juego perfecto vives abrazado a él día tras día, como si acabara de ocurrir; es de esas emociones que siempre están latiendo acompañándote como un estimulante inagotable; no necesitas de videos ni de fotos para repasar las imágenes, porque las continúas viendo.

    Aquel día, tu presencia en misa encomendándote a Dios sin la menor sospecha, la llegada al estadio de los Dodgers, esa concentración mental mientras te cambias y calientas, la subida al montículo, la preocupación por su dureza, la presencia de Brett Butler como primer bateador, el rugido de la multitud, la mirada hacia el cielo comprobando que las nubes se estaban moviendo, y el empeño por buscar el triunfo 11 de la temporada lanzando para los Expos de Montreal, eran apenas el inicio de la gran historia.

    Cuando afectado por la dureza de la colina, Denis fue sometido a revisión médica en el cuarto inning, ¿cómo sospechar que estaba en ruta hacia lo más grandioso para un pitcher? Recibió el visto bueno, y continuó su duelo de ceros con Mike Morgan, quebrado en el séptimo con las únicas dos carreras de Montreal.

    Denis nunca tuvo una bola rápida humeante, pero sí lo necesariamente fuerte para hacerla efectiva aplicándole un movimiento extra y dirigiéndola hacia las esquinas, manteniéndola a la altura de la rodilla, combinándola con esas curvas tan obedientes como desconcertantes.

    Lo clave, hace 18 años, fue colocarse adelante en el conteo para conseguir tranquilidad, excepto en aquel turno con Brett Butler en tres y dos, finalmente resuelto, y por supuesto su gran fildeo sobre ese machucón de bola “envenenado” de Juan Samuel en el séptimo, sacando un out con el corazón en los dientes. Antes, en el sexto, Delino Deshields se apuró lo suficiente para tomar un roletazo lento del veloz Alfredo Griffin, pero tiró muy bajo a primera, obligando a Larry Walker a un levante magistral.

    Sólo 18 pitcheres en la historia han lanzado juegos perfectos, y hasta hoy, Denis es el único latino. Cada amanecer estira los brazos y ve a Chris Gwynn amenazante en el cajón de bateo. Es el probable out 27, y no hay manera de evitar que el sistema nervioso se mueva como el Ferrari de Schumi en las curvas complicadas de Mónaco. El batazo a lo profundo del center erizó más su cabellera, pero Marquis Grisson ahogó el suspenso con su sprint y su seguridad. Denis había logrado pintar su “Mona Lisa”.

    Fue el momento en que volvió a levantar su mirada al cielo para decir: Gracias, Señor, por haberme dado este brazo derecho, por permitir enderezarme y resurgir, por proporcionarme esta inspiración divina, por haberme dado fuerzas y lucidez para trabajar este juego perfecto.

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