Corte Suprema sentó jurisprudencia contra reelección en 1996

Destape jurídico de Miriam Argüello, ex Presidente de la Asamblea Nacional
MANAGUA
TOMADO DE CONFIDENCIAL
La Corte Suprema de Justicia en pleno, en febrero de 1996, rechazó una serie de recursos de inconstitucionalidad interpuestos por diversos sectores políticos del país, entre ellos funcionarios públicos del gobierno de doña Violeta Barrios de Chamorro, que pretendían participar en los comicios de ese año pero que se negaban a renunciar un año antes al cargo o no podían correr porque tenían algún lazo de consanguinidad cercano con la Mandataria nicaragüense, lo cual resultaba prohibido por la Ley Electoral.

“En ese momento, el pleno de la Corte Suprema de Justicia declaró inadmisible esos recursos por ser notoriamente improcedente el recurso de inconstitucionalidad interpuesto por esos señores”, reveló la doctora Miriam Argüello, ex Presidenta de la Asamblea Nacional y estudiosa del Derecho Constitucional.

Al comparecer en el programa televisivo “Esta Noche”, que se trasmite por Canal 12 y que dirige Carlos Fernando Chamorro, la doctora Argüello reveló que con esas sentencias (No. 21, 22 y 23), la Corte Suprema de Justicia en pleno sentó jurisprudencia, ya que el espíritu de las mismas determina que la Constitución de la República “no puede ser atacada por inconstitucionalidad” por establecer prohibiciones y restricciones para correr como candidato a elección popular, ya que eso sería equipararla a una ley cualquiera y no a la Carta Magna.

Por tanto, las sentencias de esa Corte Suprema de Justicia confirmaron que la única salida era reformar la Constitución de la República por el órgano competente (la Asamblea Nacional), y con el procedimiento debido. Es decir, por mayoría absoluta y en dos legislaturas.

La doctora Argüello, quien dijo que se pronunciaría en calidad personal, como estudiosa del Derecho Constitucional, reveló que entre los firmantes de esas tres sentencias, “que hicieron jurisprudencia”, estaba el Dr. Santiago Rivas Haslam, íntimo amigo del Dr. Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, el Director Mártir de La Prensa, y de su esposa, Violeta Barrios de Chamorro, sin embargo cuando le tocó votar contra el recurso de inconstitucionalidad interpuesto por amigos y partidarios, lo hizo sin pestañear.

“Eso me llama mucho la atención, porque cuando él tuvo que firmar contra ese recurso de inconstitucionalidad, se pronunció en contra pese a la amistad y el cariño con varios funcionarios del gobierno de doña Violeta. Eso marca una diferencia de valores, de ética, de antes y ahora en el Poder Judicial”, dijo la Dra. Argüello.

La luchadora conservadora, que hoy es diputada de la Convergencia Nacional, aliada del FSLN, señaló también el caso de Alba Luz Ramos, quien era integrante también de esa CSJ que rechazó los recursos de inconstitucionalidad, que esgrimían una supuesta violación a los derechos políticos de esos funcionarios públicos, que no podían correr por las prohibiciones electorales. En ese momento rechazó esa argumentación, junto a sus colegas, pero haciendo un giro de 180 grados en su razonamiento jurídico y político, facilita la reelección del presidente Daniel Ortega.

“Ella ha avalado todo, ¿por qué?, no sé. Creí que actuaría de otra forma”, dijo la Dra. Argüello.

La luchadora conservadora –con una trayectoria política de más de 50 años-- también reveló que entre los funcionarios del gobierno de doña Violeta, que interpusieron el recurso de inconstitucionalidad estaba el Dr. Francisco Rosales, ex Ministro del Trabajo en ese entonces, quien hoy es magistrado sandinista y firmante de las dos sentencias jurídicas que le abren el camino a la reelección a Daniel Ortega, argumentando que la Constitución viola los derechos políticos del mandatario por no permitirle reelegirse para un tercer período.

“Las sentencias de 1996 establecieron jurisprudencia, independiente de que la Constitución es tajante sobre la reelección”, dijo y explicó que el artículo 147, que establece doble candado a la reelección presidencial se adoptó no pensando en alguien en específico, sino en correspondencia a las páginas de dolor, muerte, torturas y sacrificios, que dejó en la historia nacional las luchas contra la sucesión continua y contra la dictadura.