Ginebra/EFE
Unas 23.000 personas siguen aisladas en las áreas más afectadas por el terremoto y el subsiguiente tsunami que devastaron el norte de Japón el pasado 11 de marzo, mientras que las malas condiciones meteorológicas dificultan las operaciones de auxilio.
Así lo señaló hoy la Oficina de Ayuda Humanitaria de la ONU (OCHA), haciéndose eco de informaciones recibidas de la oficina del primer ministro japonés y otras fuentes oficiales niponas.
La OCHA informó que se ha recolectado una gran cantidad de ayuda humanitaria en el país, pero el mayor problema es hacerla llegar a las 430.000 personas que se han quedado sin hogar por las catástrofes combinadas del seísmo y el tsunami.
Sobre esa última, la Agencia Nacional de Meteorología ha revisado su cálculo de la altura que alcanzó la mayor ola, tras comprobar que llegó a medir 15 metros en la zona de Miyagi, es decir el doble de la estimación previa.
En su informe diario sobre la situación en Japón, la OCHA señala que "la falta de gasolina está haciendo difícil distribuir la asistencia a cada centro de evacuación".
Asimismo, el organismo menciona que la preocupación es creciente con respecto a la salud de los evacuados, particularmente por la falta de suministros médicos y los problemas de calefacción.
"Según los doctores desplegados en la zonas afectadas, muchos de los evacuados se están enfermando, tienen diarrea y otros problemas causados por el frío, la falta de agua limpia y de (servicios apropiados de) saneamiento", indica la OCHA.
Sobre la evacuación de extranjeros, el informe recuerda que algunos países están recomendando a sus nacionales alejarse al menos 80 kilómetros de la central nuclear de Fukushima o simplemente abandonar el país.
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