miércoles, 30 de marzo de 2011

Japón ordena nuevas medidas de seguridad en todas las centrales de forma urgente


Casi tres semanas después de que un potente terremoto y un tsunami desencadenaran la peor crisis nuclear que ha vivido el mundo desde Chernóbil (Ucrania, 1986), las perspectivas de estabilizar la situación en la central de Fukushima parecen muy lejanas. El hallazgo de yodo radiactivo en el mar cerca de la planta, que supera en 3.355 veces los niveles permitidos por las autoridades, la máxima medición hasta ahora, añade presión a los esfuerzos de los trabajadores que luchan por extraer el agua altamente radiactiva que inunda parte de las unidades 1, 2 y 3. En un intento por evitar que se repita una crisis similar, el Gobierno japonés, en alerta máxima, ha ordenado a todas las operadoras de centrales nucleares del país la puesta en marcha inmediata de nuevas medidas de seguridad.

Estos pasos, que han de ser completados en un mes, incluyen preparar un sistema alternativo de energía en caso de fallo del principal, disponer de camiones de bomberos con mangueras preparadas para intervenir en cualquier momento y asegurar el mantenimiento de los sistemas de refrigeración tanto de reactores como de piscinas de residuos, informa Reuters, precisamente los puntos que han fallado en Fuskushima. Las empresas deberán además revisar sus manuales de operaciones y preparar al personal de acuerdo con las nuevas reglas. Las medidas, que serán desarrolladas por la agencia de seguridad del Ministerio de Economía, Comercio e Industria, no requerirán que se detenga el funcionamiento de las plantas.

"Son los pasos mínimos que se nos ocurre en estos momentos que deben hacerse inmediatamente", ha dicho el ministro, Banri Kaieda, en conferencia de prensa. "No deberíamos esperar a que se prepare una revisión completa -algo a fondo que tomaría mucho tiempo-. Debemos hacer lo que se pueda si es algo viable y necesario", ha añadido. El Gobierno, muy criticado por su gestión de la crisis de Fukushima, ha sugerido que habría que clausurar toda la central, incluidos los reactores 5 y 6, que se han logrado desconectar de forma segura. "Creo que está muy claro desde el punto de vista de la sociedad", ha opinado el portavoz gubernamental, Yukio Edano. Poco antes, la operadora de Fukushima, Tokyo Electric Power (Tepco), había afirmado que será inevitable el desmantelamiento de los cuatro reactores dañados, pero que consultaría a la población local si mantener en funcionamiento los reactores 5 y 6 y la cercana Fukushima 2 (Daini).

Edano también ha reconocido que el Ejecutivo baraja "todo tipo de soluciones" ante la crisis, entre ellas recubrir las instalaciones de los reactores dañados con un material especial para limitar las emisiones radiactivas. Fuentes gubernamentales han explicado a Kyodo que se planea rociar una resina soluble al agua sobre las ruinas de Fukushima, a través de un vehículo controlado a distancia. Esta resina fijaría las sustancias radiactivas sobre los escombros, causados por las explosiones tras el tsunami, y evitaría que se dispersaran por el viento. La medida, que se empezará a probar mañana, es temporal y tiene por objetivo reducir el riesgo para los trabajadores que tratan de enfriar los reactores.

Fuerte incremento de yodo radiactivo en el mar

El portavoz del Gobierno ha advertido que pasará aún tiempo hasta que las decenas de miles de residentes de la zona evacuados, algunos de los cuales han recibido hoy una rara visita de los emperadores, puedan volver a sus hogares. Pese a los mensajes tranquilizadores de las autoridades sobre los niveles de radiación detectados hasta ahora, las noticias que se conocen cada día siguen reflejando el riesgo de fugas. Al hallazgo de plutonio el lunes en el suelo del complejo atómico, se añade la detección de yodo con altos niveles de radiación, 3.355 veces por encima del límite autorizado, en muestras de agua de mar tomadas ayer a 330 metros al sur de un desagüe cercano a los reactores 1 a 4 de la central.

El director general adjunto de la Agencia de Seguridad Nuclear nipona, Hidehiko Nishiyama, ha restado importancia a esta contaminación. "El yodo 131 tiene una vida media de ocho días, por lo que para cuando pueda llegar a la gente ya estará considerablemente degradado", ha afirmado. La pesca en la zona ya había sido prohibida, y los habitantes a 20 kilómetros a la redonda de la central evacuados.

Las muestras tomadas ayer en el mar revelaron un fuerte incremento del isótopo 131 del yodo -al que se atribuye la alta incidencia del cáncer de tiroides en niños tras el accidente de Chernóbil-, respecto al fin de semana, cuando llegaron a ser 1.850 veces superiores a lo normal. Esta concentración tan alta y a esta distancia de la planta accidentada sugiere que la radiación proveniente de los núcleos de los reactores, donde las barras de combustible se han fundido parcialmente, sigue filtrándose al océano Pacífico. Sin embargo, el portavoz de la Agencia de Seguridad Nuclear asegura que no se conoce la causa exacta de la alta concentración de yodo. Según Nishiyama, la radiación que se ha filtrado de la central ha fluido "de alguna manera" hasta el mar.

A 50 metros al norte de la central, cerca de los reactores 5 y 6, el nivel de yodo radiactivo detectado ayer era 1.262 veces superior a los estándares legales, también el registro más alto hasta ese momento, informa Efe.

Tareas de drenaje

En paralelo, la presencia de agua contaminada en varias zonas de la central dificulta el trabajo de los operarios que intentan reactivar el suministro eléctrico y el sistema de refrigeración, dañados por el seísmo, y supone un riesgo por la posibilidad de que acabe en el mar. Tepco trata de drenar el agua que inunda los sótanos de las salas de turbinas de los reactores 1, 2 y 3 y los túneles adyacentes. Parte de este líquido proviene de la bombeada en días anteriores para tratar de enfriar los reactores, que sale con altos niveles de radiación -1.000 milisievert, cuatro veces el límite admitido para los trabajadores de los equipos de emergencia-. La empresa cree que otra parte, la hallada en las cercanías del reactor 1, es agua de mar de las propias olas del tsunami, según Kyodo, aunque han descartado verterla directamente al mar.

Los operarios han bombeado el líquido desde los sótanos de las salas de turbinas a los condensadores de turbinas, pero se encuentran ahora el problema de que estos depósitos están también llenos, por lo que ahora se estudia la forma de vaciarlos moviendo el agua a otros tanques. Una de las medidas estudiadas por Tepco y el Gobierno es evacuar el agua radiactiva a un buque.

Mientras los responsables japoneses intentan retirar el agua contaminada, hoy han llegado a Tokio los tres expertos nucleares de la estatal francesa Areva , uno de los mayores grupos de energía atómica del mundo, que se sumarán a otros dos que ya están en Japón y a un sexto del Consejo de la Energía Atómica para asistir en estas tareas. Junto a ellos ha viajado la consejera delegada de la compañía, Anne Lauvergeon. Está previsto, además, que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, haga mañana jueves una breve visita a Tokio durante la que se reunirá con el primer ministro nipón, Naoto Kan, para abordar la posibilidad de ampliar la ayuda gala en la actual crisis nuclear.

El presidente de EE UU, Barack Obama, ha conversado telefónicamente con el primer ministro japonés esta madrugada (hora española) para conocer personalmente el desarrollo de las labores de refrigeración de la central. Obama ha prometido asistencia a largo plazo a Japón para hacer frente a la crisis nuclear y las consecuencias del terremoto y el tsunami del día 11, cuyo último balance de víctimas se sitúa en 11.232 muertos y 16.361 desaparecidos, informa Efe.

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