RIO DE JANEIRO/AP
Mientras las fuerzas armadas de Estados Unidos atacaban Libia, el presidente Barack Obama dijo el domingo que la transición de Brasil, de una dictadura a una democracia, era un modelo para el mundo árabe, pues mostró que décadas de estabilidad impuesta por caudillos pueden ceder el paso a un futuro incierto pero potencialmente mejor.
Obama habló en el teatro ubicado en una explanada histórica de Brasil que en 1984 fue sede de una protesta que derivó en el fin de una dictadura militar de 20 años.
Dijo que aquellos manifestantes demostraron que una revuelta popular podría generar un democracia próspera e hizo una comparación con lo que ocurre en Medio Oriente.
"Hemos visto al pueblo de Libia asumir una postura valiente contra un régimen determinado a tratar con brutalidad a sus propios ciudadanos. A lo largo de la región, hemos visto los jóvenes levantarse, una nueva generación que demanda el derecho a determinar su propio futuro", manifestó.
"Como naciones que han luchado por generaciones para perfeccionar nuestras propias democracias, Estados Unidos y Brasil sabemos que el futuro del mundo árabe será determinado por su pueblo", agregó.
Los acontecimientos en Libia amenazaban con eclipsar la visita del mandatario a tres países latinoamericanos, así que Obama buscó en este, el segundo día de su gira, usar la historia de Brasil para referirse a lo que ocurre al otro lado del mundo.
El presidente hizo hincapié en que el pueblo de Brasil determinó el futuro de su país, y que eso mismo debe pasar en Medio Oriente.
Brasil es "un país que muestra que una dictadura puede convertirse en una próspera democracia", dijo. "Un país que muestra que la democracia brinda libertad y oportunidad a su gente. Brasil, un país que muestra cómo un llamado al cambio que comienza en las calles puede transformar una ciudad, un país y el mundo".
Brasil fue gobernado por una dictadura militar de 1964 a 1985, un régimen que fue derrocado no por una revolución violenta, sino por un movimiento de protestas pacífico y huelgas dirigidas por sindicatos y grupos políticos disidentes.
La nueva presidenta Dilma Rousseff, la primera mujer electa mandataria del país, pertenecía a un grupo opositor que luchó contra esa dictadura.
Brasil goza hoy de uno de los momentos democráticos más fuertes en su historia política.
El discurso estaba planeado originalmente como un acto al aire libre, al que cualquiera podría acudir, pero funcionarios estadounidenses decidieron a última hora que se hiciera dentro del teatro y que sólo asistieran invitados "debido a varias cuestiones", de acuerdo con un boletín de prensa de la embajada de Estados Unidos difundido el viernes.
En su discurso en el teatro, el presidente hizo un apunte directo a los lazos comunes. Dijo que la película favorita de su madre era "Orfeu Negro", filmada en los barrios pobres de Río durante el carnaval.
También señaló que Estados Unidos y Brasil tenían historias similares, pues son dos países que emergieron de pasados coloniales, crecieron mediante la inmigración y "se libraron de la mancha de la esclavitud".
El presidente elogió el notable crecimiento económico de Brasil, pero agregó que tal expansión conlleva responsabilidades. Exhortó a la nación sudamericana a unirse a Estados Unidos a la demanda de derechos universales en el mundo.
"Estas no son ideas estadounidenses o brasileñas", dijo. "No son ideas de Occidente. Son derechos universales y debemos apoyarlos en todas partes".
La gira de cinco días por América Latina —Chile y El Salvador están incluidos en el itinerario— busca retratar a Obama y Estados Unidos como vecinos atentos, ansiosos por aprovechar el éxito económico de la región y atender problemas comunes de seguridad.
No obstante, desde el inicio, la atención de Obama ha estado dividida. Se ha visto obligado a salir de reuniones con su anfitriona Rousseff, y con empresarios brasileños y estadounidenses para atender llamadas y recibir informes de su equipo de seguridad nacional.
Obama visitó previamente la favela de Ciudad de Dios, donde jugó fútbol con niños de la localidad, y concluirá su estadía en Río con una visita nocturna al Cerro del Corcovado para ver la estatua del Cristo Redentor que es símbolo de la ciudad.
Obama dejará Brasil el domingo para dirigirse a Chile. El martes visitará El Salvador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario