ESTADOS UNIDOS
El Consejo de Seguridad de la ONU acordó el lunes en una reunión a puertas cerradas que analizará el jueves la situación en Libia, en medio de crecientes críticas internacionales por los ataques aéreos de una coalición internacional contra el régimen de Muamar Gadafi.
La nueva sesión, decidida apenas comenzó la reunión a puertas cerradas en Nueva York, se dará una semana después de que el Consejo de Seguridad aprobara el uso de "todas las medidas necesarias" para proteger a los civiles e imponer una zona de exclusión aérea en Libia.
La coalición integrada entre otros por Estados Unidos, Reino Unido y Francia lanzó el sábado ataques con misiles contra ese país para imponer una prohibición de vuelo a las fuerzas del coronel Gadafi, que estaban a punto de aplastar una rebelión que ya llevaba un mes de duración.
En un comunicado el fin de semana, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Libia pidió una sesión de urgencia del Consejo de Seguridad "tras la agresión franco-estadounidense-británica contra Libia, un Estado independiente y miembro de las Naciones Unidas".
"Los Estados miembros van a estudiar este pedido y hacer un pronunciamiento", dijo un diplomático, que habló bajo condición de anonimato.
Otro diplomático de la ONU afirmó que vio en el pedido de Libia "una oportunidad muy útil para ser transparente con los miembros del Consejo sobre las acciones que el Reino Unido y otros tomaron hasta ahora".
Como la sesión del martes se hizo a puertas cerradas, Libia no estuvo representada en las conversaciones, según otro diplomático.
El domingo, el secretario general de la Liga Árabe, Amr Mussa, expresó dudas sobre los ataques aéreos, aunque esa entidad de 22 miembros había pedido el 12 de marzo una zona de exclusión aérea y declaró que Gadafi había perdido su legitimidad.
"Lo que está pasando en Libia dista del objetivo que consiste en imponer una zona de exclusión aérea y lo que nosotros queremos es la protección de los civiles y no bombardearlos", declaró Mussa a los periodistas.
Mussa dijo más tarde que sus comentarios habían sido mal interpretados, pero las críticas de la Liga Árabe reforzaron las reticencias de Alemania sobre los bombardeos en Libia.
"Consideramos que hay riesgos" con la operación en curso "y cuando escuchamos lo que dijo la Liga Arabe ayer (domingo), lamentablmente comprobamos que teníamos motivos para estar preocupados", dijo este lunes en Bruselas el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Guido Westerwelle.
Por su parte, el primer ministro ruso, Vladimir Putin, declaró este lunes que la resolución 1973 de la ONU que autorizó el uso de la fuerza para proteger a civiles en Libia le recordaba los "llamados a las cruzadas", según agencias rusas.
"Es evidente que (la resolución) autoriza a hacer todo a todo el mundo, sea cual fuere la acción contra un Estado soberano. Ello me hace pensar en los llamados a las cruzadas en la época de la Edad Media, cuando se llamaba a la gente a ir a algún lugar para liberarlo".
Putin denunció asimismo el uso de la fuerza contra otros países lo que, según él, constituye una marcada tendencia de Estados Unidos, indicaron las agencias rusas.
"Me preocupa la facilidad con la que se tomó la decisión de usar la fuerza", dijo.
Rusia, China, Alemania, Brasil e India se abstuvieron de votar la resolución que autoriza el uso de la fuerza.
Posición
Estados Unidos, con un papel protagónico en las primeras incursiones aéreas sobre territorio libio, da la impresión de no tener del todo claro el objetivo final de la campaña.
El presidente Barack Obama estuvo entre los primeros en pedir la renuncia del líder Muamar Gadafi.
Esa es "la posición estadounidense", volvió a decir el presidente el lunes en Santiago de Chile. Pero Estados Unidos también agregó que su acción militar en Libia se limitará a cumplir la resolución 1973 de la ONU.
Ese texto, fruto de intensos esfuerzos diplomáticos para evitar los vetos de Rusia y China y para obtener el apoyo de los países árabes, otorga los medios más amplios para un propósito limitado: proteger a los civiles libios.
Obama destacó la importancia de que Estados Unidos actúe exclusivamente en ese marco aceptado por la comunidad internacional.
En Moscú, el secretario de Defensa, Robert Gates, insistió en la misma idea. Únicamente a los libios les corresponde "decidir" si Gadafi tiene que irse o quedarse.
El jefe del estado mayor estadounidense, Michael Mullen, no excluyó que Gadafi se mantuviera en el poder tras las operaciones aliadas.
Obama también indicó que Estados Unidos transmitiría rápidamente a otros las riendas de la operación, y que la OTAN tendría un papel de coordinación.
El jefe de la coalición, el general estadounidense Carter Ham, excluyó que las fuerzas internacionales actuaran para apoyar una ofensiva de los rebeldes o para eliminar al coronel Gadafi.
En otras palabras, el gobierno estadounidense espera la salida del dirigente libio, pero excluye que sus acciones militares vayan en esa dirección. Una vaguedad estratégica que suscita numerosos interrogantes en Estados Unidos.
"Debemos saber qué piensa el presidente sobre lo que debe hacerse en Libia", reclamó el domingo de noche Ileana Ros-Lehtinen, la presidente republicana de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes.
"Espero simplemente que la necesaria planificación se esté realizando discretamente entre las paredes del Pentágono y del Africom (el comando estadounidense para Africa), a pesar de la perturbadora incapacidad de la administración para transmitir públicamente objetivos de guerra claros", escribe este lunes el analista conservador Max Boot en la revista Commentary.
Boot dice en su artículo, titulado "Definir nuestros objetivos en Libia", que esos objetivos son necesarios porque "si Gadafi continúa gobernando una parte del territorio libio, la guerra continuará".
Las diferentes expectativas manifestadas por los miembros de la coalición "no son de buen augurio para la buena coordinación de la alianza" de los países que bombardean Libia, afirma por su lado el analista Robert Danin en el sitio de internet del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), un centro de reflexión estadounidense.
"¿Cómo reaccionará Obama si Francia y el Reino Unido atacan a Muamar Gadafi?", pregunta el experto, que recuerda que en 1956 Estados Unidos había pedido a sus aliados británicos y franceses que pusieran fin a su guerra contra el dirigente egipcio Gamal Abdel Nasser.
Las dudas sobre qué ocurrirá tras los primeros ataques aéreos en Libia no atañen únicamente a Estados Unidos.
El diario británico The Guardian afirma en un editorial de este lunes que "la tensión entre la responsabilidad de proteger a los civiles y el hecho de ayudar a los rebeldes a derrocar a un tirano no hará más que aumentar en los próximos días".
Francia
El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, viajará el martes a mediodía a la base de Solenzara, en Córcega, desde donde despegan los aviones franceses que participan en la operación de la coalición internacional contra Libia, se supo de fuentes cercanas a este caso.
Esta visita del jefe de Estado a Solenzara se presentía desde el anuncio el lunes de una modificación en su agenda para la jornada del martes. Varias citas fueron anuladas
Desde el lanzamiento de la operación militar en Libia, en aplicación de las resoluciones de las Naciones Unidas, la base militar de Solenzara es la base de vanguardia de la operación aérea francesa.
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