EL SALVADOR
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llegará el martes a El Salvador, última etapa de su gira latinoamricana marcada por la operación militar en Libia, para entrevistarse con el presidente Mauricio Funes, en particular sobre la lucha contra el narcotráfico.
Obama llegará desde Chile el martes al mediodía y permanecerá hasta la noche del miércoles en el país centroamericano, donde pondrá fin a su gira de cinco días iniciada en Brasil, donde anunció el sábado el inicio de las operaciones militares estadounidenses contra el regimen de Muamar Gadafi en Libia.
El presidente Funes, que gobierna con el partido político surgido de la ex guerrilla izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), ha mantenido la estrecha alianza de su país con Washington.
Los antiguos guerrilleros dieron su "bienvenida" a Obama el sábado, durante los festejos del segundo aniversario del triunfo electoral de Funes, dando vuelta la página a la guerra civil (1980-1992) que dejó 75.000 muertos y en la cual Estados Unidos brindó un apoyo clave al ejército salvadoreño.
El presidente estadounidense realizará una simbólica visita a la tumba del arzobispo Oscar Romero, un incansable defensor de los derechos humanos y de los pobres, asesinado en 1980 por la extrema derecha mientras oficiaba misa.
"El tema de seguridad requiere un enfoque regional", declaró Funes, primer presidente de izquierda de El Salvador, quien declaró en 2009, al asumir el poder, que sus "referentes" eran Obama y el entonces presidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva.
"Los países centroamericanos padecemos los mismos problemas, (...) todos sin excepción enfrentamos la amenaza del crimen organizado y la capacidad que tiene el crimen organizado para permear las instituciones", dijo Funes el sábado a corresponsales extranjeros.
Funes aparece como el interlocutor apropiado para Washington en Centroamérica, donde los conflictos políticos internos y un diferendo fronterizo mantienen estancado el diálogo regional desde 2009, lo que ha debilitado el combate contra el crimen organizado en una de las regiones más inseguras del mundo, usada como pasadizo para el contrabando de drogas desde Sudamérica hacia Estados Unidos.
Centroamérica también es origen de una fuerte inmigración ilegal hacia Estados Unidos, que Washington quiere detener.
Funes puede ayudar en el cabildeo de los planes de seguridad del gobierno de Obama, que busca contener a los carteles de narcotraficantes que operan en el istmo favorecidos por su abrupta geografía, sus extensas costas y su debilidad institucional.
El crimen organizado y las violentas 'maras' o pandillas mantienen en jaque a habitantes y autoridades del Triángulo Norte centroamericano --Guatemala, Honduras y El Salvador--, pero las cifras de víctimas de la violencia también están en aumento en el resto del istmo.
El mandatario salvadoreño sostiene, por su parte, que para elevar la seguridad en el istmo y acabar con la masiva emigración ilegal de centroamericanos, Estados Unidos debe aportar recursos para mejorar las condiciones de vida de una región donde casi la mitad de sus 40 millones de habitantes vive en la pobreza.
Además, Funes aboga por una política migratoria integral en Estados Unidos, donde viven casi tres millones de salvadoreños (alrededor de la mitad de la población del país), aunque admite que depende en gran medida del Congreso más que de la Casa Blanca.
Washington quiere que la seguridad domine la agenda de la próxima Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, que se celebrará en San Salvador en junio, tarea que Funes puede facilitar como anfitrión del cónclave hemisférico.
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