Puerto Príncipe/AP
El ex presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide regresó este viernes a su tierra natal luego de siete años en el exilio.
El ex mandatario fue recibido como una celebridad, asediado por aliados cercanos y periodistas en el exterior de su avión privado. Posteriormente fue trasladado a una sala de acceso restringido en el aeropuerto mientras una muchedumbre de partidarios se concentraba en las calles afuera de la terminal.
Aristide saludó y mandó besos a un pequeño grupo de personas en la pista; luego dio un discurso en el que agradeció a sus felices seguidores. Su esposa, Mildred, lloró.
Tras declarar que "el gran día ha llegado", el ex mandatario salió de Sudáfrica el jueves por la noche en compañía de su esposa y dos hijas, para dar fin a siete años de exilio.
"Este hombre es nuestro padre, sin él no hubiéramos vivido", dijo Sainvil Petit-Frere, de 31 años, uno de los cerca de 3.000 seguidores del ex presidente que lo ovacionaban. "Este es el médico que sanará al país".
Dos veces elegido presidente y dos veces derrocado, Aristide es una figura popular pero polémica. El ex sacerdote es un defensor de los pobres, que representan la vasta mayoría de los más de nueve millones de habitantes de Haití, y fue líder de un movimiento que sacudió una odiada dictadura. Pero tiene muchos opositores, quienes dicen que lideró un gobierno corrupto, orquestó ataques violentos en contra de sus rivales y mostró la misma hambre de poder que quienes él mismo denunció.
Aristide fue derrocado en una violenta rebelión en el 2004, pero sigue gozando de enorme popularidad en su empobrecida nación caribeña. El presidente de Estados Unidos Barack Obama había tratado de mantenerlo alejado de su país hasta después de las elecciones presidenciales del domingo, ante el temor de que el polémico ex mandatario desestabilizara el proceso.
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