sábado, 9 de abril de 2011

Granera, por dignidad debería renunciar


“Yo creo que Aminta (Granera) debiera haber renunciado hace tiempo, por dignidad personal (...) para salvar el honor de la institución (Policía Nacional)”, aconsejó ayer el general en retiro Hugo Torres. A criterio de Torres, “esto le daría energía y esperanzas” a los sectores internos de la Policía que luchan por preservar la institucionalidad, pero “que se atreva es otra cosa”.

Con Granera o sin ella el proceso de “descomposición” de las filas policiales va avanzando, dijo Torres.

Torres calificó a Granera como una buena jefa policial —exceptuando su actuación relacionada con la protesta cívica opositora — y que en las encuestas anteriores ganó una buena imagen, lo que “asustó a la pareja presidencial”, dadas las especulaciones de que esta era “presidenciable”.

Para Torres, no se puede descartar que el presidente Daniel Ortega ya le haya ofrecido a Granera que permanezca un tiempo más en las filas, pero “con esto la termina de machacar, la mete en el ámbito de la ilegalidad, le mancha su imagen”.

PRESAGIO MUY PELIGROSO

Agregó que la situación ocurrida el 2 de abril pasado, cuando la Policía impidió la marcha de la sociedad civil, es “presagio” de un futuro inmediato muy peligroso, “de una represión más abierta y más selectiva a la vez”.

Indicó el exjefe militar, que la desnaturalización de la Policía Nacional es una expresión más de Ortega por copar todos los espacios del Estado y que primero inició hace mucho tiempo con el partido Frente Sandinista .

“Podríamos decir, estamos ante un régimen totalitario”, expresó Torres, tras señalar que esta pretensión es igual en el Ejército, pero con un trabajo más lento, aunque ha tenido ciertos avances.

Para ello —dijo— Ortega emplea todas las armas que utilizan los dictadores, entre las que mencionó el halago, el negocio, la prebenda y el chantaje si hay que hacerlo.

“Yo espero que sepan resistir, si me apego a las palabras del general (Julio César) Avilés que jamás van a disparar contra el pueblo, es bastante, pero no suficiente, lo importante es que se apeguen estrictamente al mandato constitucional”, sostuvo Torres.

DESCOMPOSICIÓN

Sobre los señalamientos de partidarización y cuyas órdenes son dictadas a través de Néstor Moncada Lau, Torres indicó que, además del proceso acelerado de descomposición enfrentado, hay serias contradicciones al interior de las filas policiales.

Asimismo ubicó las diferencias entre los oficiales “que tienen vergüenza institucional”, que ven la afectación que provoca “la voluntad autoritaria y dictatorial” de Ortega y el otro sector al cual el mandatario “ha logrado acarrear a su terreno”. Torres, en este último caso, considera que han prevalecido las ambiciones personales de muchos que creen que pueden ser “los ungidos” para jefes de la Policía.

La integrante del Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM), Azahálea Solís, no se mostró extrañada de que se asegure que Néstor Moncada Lau es quien orienta a la jefatura de la Policía desde la Secretaría del FSLN, pues a su criterio no es nada nuevo.

Esto porque Solís recordó que el 20 de septiembre del 2008, en León, ella junto con Juanita Jiménez, también del MAM, pudieron observar cómo la Policía de ese departamento recibía órdenes desde la Secretaría del FSLN.

En esa ocasión el partido de gobierno con sus fuerzas de choque impidió que la sociedad civil marchara en esa ciudad. “En esa ocasión estábamos siendo agredidas y estuvimos en peligro de muerte”, dijo Solís .

“Ortega todo lo que toca lo destruye”, apuntó Solís al señalar que cuando asumió Ortega el gobierno, la Policía y su directora tenían altos niveles de reconocimiento. Y a su criterio, a Granera muchos la miraban “candidateable”.

La denuncia de que Moncada es quien manda a la Policía “es la evidencia palpable de lo que decíamos de la gestación de la dictadura, no era ninguna fantasía sino que efectivamente era el plan macabro y tenebroso de Ortega ”, dijo Solís.

GRAVE LO DE MONCADA LAU

Para el diputado liberal José Pallais, el hecho de que la Policía reciba órdenes de una persona que no es la establecida en la ley “es grave”, pues señaló que en las reformas que ha impulsado Ortega “ha estado en la línea de acortar la cadena de mandos” entre la Policía y el Ejército, directamente al presidente.

Pero no puede el presidente de la República delegar a nadie la relación con ambas instituciones o ceder autoridad a cualquier persona sobre las mismas. El involucramiento de un personaje que no ostenta funciones en esa cadena de mando “es totalmente ilegal”, afirmó Pallais.

La jefatura no está obligada a acatar esas orientaciones —aseguró Pallais— quien advirtió a los oficiales que esto puede tener como consecuencias que al seguir los caprichos de quien no tiene facultades incurran en violaciones a la ley y afecten la seguridad de los nicaragüenses.

GENERALES SIN ESCOLTAS, ¿POR QUÉ CERNA SÍ?

Por otra parte, mientras la Policía le garantiza protección al exjefe de la Seguridad del Estado sandinista, coronel en retiro Lenín Cerna, el general en retiro Hugo Torres dijo que “es inusual” que se le dé escolta a unos y a otros no, porque hay muchos generales en retiro que no tienen ni escoltas, ni chofer, así como hay periodistas amenazados que han solicitado protección policial y no se les ha brindado.

Torres criticó que “hay ciudadanos que han sido reprimidos por los grupos de choque”, y están filmados, hay testigos, pero la Policía no ha actuado.

“Le escuché decir a la primera comisionada que ellos son los que juzgan si es pertinente o no, dados su análisis de seguridad, darle la seguridad a alguien. Bueno, si están pateando en el suelo a alguien y hay policías allí y están filmados, como fue el caso del vocero de la Coordinadora Civil y estaba allí un grupo de policías que dio la espalda, ¿no ameritaría investigar a esos policías y sancionarlos? O como cuando le quemaron el carro a Enrique Sáenz , el presidente del MRS en León, fue en presencia de la Policía”, apuntó Torres.

Solís, por su parte, calificó como “bochornoso” que la Policía brinde protección a una persona que es miembro de un partido político y no tiene ningún cargo en el Estado, con lo cual abusan del erario.

Solís consideró las explicaciones de Granera en este caso como “absurdas” y contradictorias, pues “al pueblo no lo protegen pero sí protegen a los capos”. Refirió Solís que además a la Policía le toca brindar protección no solo a los hijos del presidente sino a sus amigos.

Para Solís es bueno documentar estos casos pues será importante “en momentos que recuperemos la República”.

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