lunes, 25 de abril de 2011

Lista beatificación de Juan Pablo II en Roma


CIUDAD DEL VATICANO,

CIUDAD DEL VATICANO

Juan Pablo II no se preocupaba por el efecto que producía al ser filmado por las cámaras del mundo entero, dijo ayer en una entrevista su ex portavoz Joaquín Navarro-Valls, a una semana de la beatificación del Papa polaco.

Interrogado por el diario Repubblica sobre el Papa más mediático de la historia, el ex portavoz afirmó no haberlo visto jamás prepararse para salir ante las cámaras o preocuparse por la forma en que era filmado.

“Nunca, ni una sola vez. Para él las cámaras, los trucos, las luces, no existían (....). Al principio, eso me preocupaba, pues las cámaras de televisión pueden ser crueles. Pero para él comunicar era hacer aparecer la verdad y no construir una apariencia”.

“Quería apasionadamente atraer la atención sobre el mensaje, pero el mundo parecía obsesionado con el mensajero”, dijo el ex periodista español, miembro del Opus Dei.

El ex portavoz cuenta diversos aspectos de su vida y su carácter. Así como su relación con la comida y la bebida, que “era de indiferencia, de fastidio casi”. Durante algunos periodos, sólo consumía un plato al día.

“La ironía era su característica más evidente (...). Le gustaba bromear, pullar, burlarse afectuosamente de sus colaboradores, parroquianos y sacerdotes” de Roma.

“No era un hombre solitario (...). No quería serlo”, salvo para meditar, afirmó Navarro-Valls.

A veces, Karol Wojtyla se enfurecía, especialmente “en situaciones de violencia física y moral (...), como cuando la guerra en el Líbano o en los Balcanes”, puntualizó el ex portavoz.

Pensó otro nombre

El cardenal de Cracovia, Karol Wojtyla, cuando fue elegido Papa el 16 de octubre de 1978 expresó su deseo de llamarse Estanislao I, pero se le desaconsejó al no ser un nombre ligado a la tradición romana y eligió Juan Pablo II.

Así lo asegura el vaticanista italiano Marco Tosatti, que acaba de escribir un libro titulado “99 domande su Wojtyla” (99 preguntas sobre Wojtyla) con motivo de la beatificación del primer papa polaco de la historia el próximo 1 de mayo.

Según Tosatti, Wojtyla quería adoptar ese nombre para rendir homenaje a su patria, Polonia, de la que san Estanislao es el patrón.

Al desistir, eligió Juan Pablo II, que reunía los nombres de sus tres antecesores, Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo.

Durante su visita a Cuba

El ex presidente de Cuba, Fidel Castro, brilló durante la histórica visita a Cuba en 1998 de Juan Pablo II, por ser el jefe de Estado que “mejor se preparó” para recibir a un pontífice, según el actual secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone.

“Juan Pablo II me confesó que probablemente ningún jefe de Estado se había preparado tan a fondo para su visita”, contó Bertone en el libro-entrevista de Michele Zannucchi “Un corazón grande. Homenaje a Juan Pablo II”.

Fragmentos del libro fueron publicados este domingo por el diario del Vaticano, L’Osservatore Romano.

Castro “había leído las encíclicas y los principales discursos e incluso algunas poesías”, afirmó Bertone al recordar los comentarios del fallecido pontífice polaco tras la visita a la isla comunista y la sorprendente relación que estableció con el entonces líder máximo de la revolución cubana.

Comercialización

Calendarios, imanes, camisetas con la famosa frase de Karol Wojtyla “No tengáis miedo”, incluso estatuas de tamaño natural... La “Juan Pablo II-manía” bate récords en Roma una semana antes de la beatificación del Papa polaco, fallecido en 2005.

Mientras se espera la llegada de 300,000 personas el 30 de abril, el 1 y 2 mayo, carteles con la cara de Woytyla joven, rezando, meditando, saludando a las masas o ya marcado por la enfermedad de Parkinson en sus últimos años de vida están en todos los quioscos y tiendas de la Via della Conziliazione, la avenida que va del Tíber a la Plaza de San Pedro.

En las vitrinas de las librerías, las numerosas obras sobre la vida de Juan Pablo II compiten con el nuevo best-seller de Benedicto XVI sobre Jesús con portadas de un blanco resplandeciente, como las prendas de un papa.

En una gran tienda de recuerdos situada en la entrada de la plaza llaman la atención la calidad de los retratos pintados al óleo y una estatua de tamaño natural del Papa en blanco, junto a la que posan los turistas.

En los quioscos ambulantes, pertenecientes a jóvenes inmigrantes asiáticos o africanos, se pueden comprar figuritas del Papa. El negocio papal es jugoso. Un póster, por ejemplo, cuesta diez euros.

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