domingo, 10 de abril de 2011

Los sondeos electorales dan ventaja a Humala y Fujimori en Perú


El candidato nacionalista Ollanta Humala ha sido el ganador de la primera vuelta en laspresidenciales de Perú, según el recuento rápido realizado por las empresas encuestadoras. Con casi el 70% de las mesas escrutadas, el aspirante de Gana Perú logra el 31,5% de los votos, bien por delante de su inmediata perseguidora, la populista Keiko Fujimori, que alcanza el 23,7%, pero sin mayoría suficiente para proclamarse presidente en esta ronda. Ambos se disputarán la presidencia en la vuelta final del 5 de junio. El exministro de Economía Pedro Pablo Kuczynski (PPK) y el expresidente Alejandro Toledo, que hasta hace un mes era el favorito, han quedado fuera de la contienda con un 18,9% y un 15,5%, respectivamente.

Los resultados revelan varias cuestiones a tener en cuenta. La victoria de Humala en el sur de país y en pobre zona andina era previsible. Sin embargo, el aspirante nacionalista no solo ha ganado, sino que ha arrasado en algunas regiones con más del 50% de los votos. Notable es también el resultado en Lima, donde Humala obtiene el segundo puesto, un resultado mucho más favorable que en los comicios de 2006. En la capital triunfó PPK, arrebatando a Toledo el voto de la clase media y alta. El resultado en Arequipa también es interesante. Gana Humala y le sigue Kuczynski. La región representa muy bien la polarización social peruana: la ciudad es la segunda del país desde el punto de vista económico y las áreas rurales se cuentan entre las más pobres. El fujimorismo logra el voto más disperso pero más homogéneo del país, aunque destaca en Pisco, la región devastada por el terremoto de 2007, donde el movimiento prometió dar prioridad a una reconstrucción que nunca llegó.

Votación sin incidentes

La jornada transcurrió tranquila y casi sin incidentes. Es tradición el día de las elecciones que los candidatos desayunen ante las cámaras de televisión. Keiko Fujimori apareció la primera junto a su esposo, una de sus hijas y sus hermanos. Siguiendo la costumbre que estableció su padre, el expresidente condenado a 25 años por delitos de lesa humanidad, se sentó a la mesa de madera en su casa limeña. "Que Dios ilumine a todos los peruanos, nos dé sabiduría y tranquilidad, para poder escoger a los candidatos que pasarán a la segunda vuelta", dijo.

Humala también desayunó junto a su esposa, Nadine, y sus tres hijos, dos niñas y un bebé, en el barrio de clase media alta de Surco. El nacionalista, mucho más risueño y moderado que cuando compitió por la presidencia por primera vez en 2006, pidió a los peruanos que votaran "sin miedo". Consciente de que su pasado radical despierta mucha inquietud entre las clases conservadoras y medias de un país que ha generado mucha riqueza en los últimos años gracias a la economía de mercado, Humala compareció tranquilo y risueño. Ya había hecho todo para suavizar su mensaje: prometer que mantendría el rumbo económico, asegurar que respetaría la propiedad privada y la libertad de prensa; y hasta tender la mano al influyente arzobispo de Lima, miembro del Opus Dei, Luis Cipriani, para evitar sus críticas.

El único que fue a votar con traje fue Pedro Pablo Kuczynski (PKK). Fiel a su estilo de hombre pragmático y poco amigo de los ceremoniales, votó a toda prisa casi sin dar tiempo a los fotógrafos para inmortalizar el momento en que votó por primera vez como aspirante a la presidencia. Desayunó a la vera de su esposa en plena rueda de prensa un sándwich y un café. Toledo, por su parte, también fue fiel a su estilo: votó cercado por un tumulto de seguidores en una imagen que recordaba a un grupo de fans esperando para abrazar a su ídolo a la salida de un concierto. Completaba la escena la melena larga y frondosa de El Cholo Toledo abriéndose paso entre la multitud. Parecía que los 20 millones de peruanos convocados a las urnas estaban todos allí.

"Si sobrevivimos a estas elecciones. Si la alerta pasa sin tragedias, entonces deben plantearse pocas pero profundas reformas: la lucha coherente e integral contra la corrupción; el esfuerzo por lograr un Estado más competente; y la prioridad para las políticas de mejora y de equidad social. El desarrollo que ha tenido el Perú está plagado con insuficiencias, ineficiencias e inequidades, además de mucha corrupción. El resentimiento social ha sido y es, por ende, grande. Acompañado además de una profunda desconfianza, muchas veces justificada, en casi todos los organismos del Estado", explica el reconocido periodista y analista político Gustavo Gorriti.

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