La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) expresó su preocupación por el grave riesgo que vive la prensa independiente en Nicaragua debido a las presiones económicas y administrativas emprendidas por el gobierno del presidente Daniel Ortega.
Además, también deja clara inquietud ante la incorporación de nuevos medios de comunicación a la maquinaria de propaganda orteguista, los que son adquiridos con recursos públicos.
El balance de fin de año de la SIP fue presentado por su presidente Gonzalo Marroquín, director del diario Prensa Libre de Guatemala.
En este reporte la SIP, además del caso de Nicaragua, patenta su preocupación por las situaciones de la prensa independiente en Venezuela, Cuba y Ecuador.
Venezuela y Cuba, junto con Nicaragua, forman parte de la denominada Alianza Bolivariana de las Américas (Alba), una iniciativa política liderada por el mandatario venezolano Hugo Chávez Frías. Ecuador, por otro lado, está alineado ideológicamente con la causa del caudillo bolivariano.
La SIP lamenta además la situación de inseguridad que viven los periodistas de México, blancos del crimen organizado.
“Cuba siguió destacándose por su invariable censura y por el destierro de 18 periodistas independientes liberados y ocho todavía encarcelados. En México el crimen organizado fue responsable por el asesinato de 11 periodistas y una docena de atentados contra sedes de medios”, señala el comunicado de la SIP.
“La administración de Venezuela cerró cinco canales de cable y 34 emisoras y las de Argentina, Bolivia, Ecuador, Honduras, Nicaragua y Venezuela siguieron comprando y creando medios con dineros públicos, integrándolos a su sistema de propaganda”, añade.
La familia del presidente Daniel Ortega, en una turbia operación comercial, se apropió durante el 2010 de la frecuencia de Canal 8 de Televisión. Ésta se sumó a la frecuencia de Canal 4, también propiedad privada de la familia del mandatario.
“En Argentina, Ecuador y Nicaragua, los gobiernos idearon campañas públicas de desprestigio en contra de la prensa, discriminando la publicidad oficial, aplicando sanciones económicas o interfiriendo sus operaciones con conflictos gremiales y laborales”, agrega el comunicado.
El gobierno, por medio de su brazo sindical, el Frente Nacional de los Trabajadores (FNT) mantiene un constante acoso en contra de los directivos de LA PRENSA y ha tratado de interrumpir las operaciones normales del diario.
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