jueves, 23 de diciembre de 2010

A los 38 años de la tragedia de Managua


Actualmente hay actividad sísmica significativa, sostiene el doctor Martínez. Esto ocurre a lo largo de los sistemas de fallas activas asociados al Alineamiento Volcánico Nejapa en la parte Oeste de la Ciudad (de la Península de Chiltepe al Crucero) y a las fallas del Sistema de Falla Aeropuerto al Este de la Ciudad (de las inmediaciones del aeropuerto a las inmediaciones de Las Nubes).

O sea, asegura el experto, “va a haber un terremoto fuerte, seguido en corto plazo por otro terremoto potente, no sabemos cuándo, pero las probabilidades andan muy por encima del 90%”.

Managua puede dividirse en dos: los nostálgicos, los que llevan en su corazón a la ciudad y transmiten los recuerdos de la urbe caída a las nuevas generaciones como una herencia invaluable, y los que, más fríos, atenidos a las ciencias de la tierra, prácticamente hacen una “autopsia” de lo que pasó en aquella Managua de la Roosevelt, de la carne asada, de las fritangas y de las chichas, del Gran Hotel, de la misma pizarra del Estadio Nacional que marcaba, en las remembranzas, el histórico 2-0 contra Cuba; la Managua de la Catedral y de sus históricos barrios San Sebastián, San Antonio y Cristo del Rosario…

Tiscapa y sus dos ramales
A este segundo grupo de managuas pertenece el doctor Martínez, quien hace una disección de lo que le pasó al cuerpo de aquel casco urbano elevado a canto, poesía y leyenda, y por qué no decirlo, hasta de “boquita” frente a una media servida en recuerdo de “La Cumbancha” y “El Mamón”. El experto nos dice: “En dependencia del tamaño de la falla viene su magnitud o liberación de energía”. Sus palabras ilustran lo que aconteció al comienzo de la madrugada del 23 de diciembre de 1972: Lo que actuó fue el sistema de fallas Tiscapa, con sus dos ramales “Chico Pelón” y “Los Bancos”.

Asegura que si una falla pequeña se mueve, su ámbito es muy focalizado. Se “mueven ellas solas”. Pero si se mueve la principal, en este caso la de Tiscapa, “va con todos los ramales”.

Como es la falla, es el temblor

“En dependencia del tamaño de la falla, será la magnitud de lo que puede ocurrir. En dependencia de que si el movimiento es horizontal o vertical, va a tener el radio de acción”.

¿Qué es lo que ocurrió ese 23 de diciembre?

En el caso de Managua, la influencia del área de falla provino del deslizamiento horizontal. El radio de acción de la onda sísmica se centra en la zona de falla y de los alrededores, contrario al movimiento vertical, que es a lo largo del plano de falla que se hunde; en la superficie abarca mayor área, éste sería el caso de Mateare o de Cofradía (fallas muy prolongadas en distancia).

¿Qué le hace pensar que ocurra un próximo terremoto?

Hasta mediados de los 90, se hacían esfuerzos por la predicción de terremotos en el tiempo; se invirtieron muchos millones de dinero, pero a raíz del terremoto de Kobe, en Japón, estos esfuerzos se abandonaron, porque como existen millones de fallas activas, se puede estudiar una falla, pero en realidad la que se moverá puede ser otra. Es como jugar a la lotería. Entonces, todos los esfuerzos deben ser orientados a la preparación. En el caso de Managua, terminar con el desorden urbano, no construir en sitios de peligro, cercanos o en las mismas fallas. En Managua, con un terreno estudiado, se puede construir hacia arriba, con 4 ó 6 pisos. En Nueva Zelanda, en Christ Church, ocurrió un terremoto de 7 y no hubo víctimas.

¿Cómo saber dónde está la prioridad?

La única manera es dándole seguimiento a la historia sísmica de la naturaleza de la falla de una región dada, en el sentido de que si la falla comienza a mostrar señales de sismicidad, significa que está entrando en un proceso activo que, forzosamente, culminaría con el evento principal (terremoto).

¿Por qué se dice esto?

Se dice en el sentido de que es la única manera actualmente de enfocarse, por medio de probabilidades, de cuál es o de dónde viene el evento próximo. De esta manera, ya el Servicio Geológico de EU oficialmente dijo que existen probabilidades, en un 98% de un terremoto fuerte en el área de San Francisco, en un período menor de 30 años.


Esto en EU por lo avanzado de su tecnología, ¿pero aquí en Nicaragua?
Por eso nosotros no podemos precisar cuándo, ni hablar de tal precisión como ellos, en un 98%; en el caso nuestro ya tenemos más de 10 años, donde las únicas fallas en el área de la capital que presentan señales de movimiento son estos dos sistemas (arriba mencionados). Además, concuerda con el dato del estudio paleosismológico. La falla Aeropuerto se movió hace 300 años, es un dato radiométrico. Ni siquiera podemos hablar de una ciudad de Managua entonces, quizás chozas.

Estos dos sistemas pueden generar terremotos por encima de 7 en la escala Richter, significando hasta 7 u 8 veces mayor en magnitud y área de influencia que el terremoto de Managua de 1972. No olvidemos que eso ya está poblado, contrario a la falla del Aeropuerto, según el registro paleosismológico.

No tenemos capacidad para precisar más allá de ese 90%. No se sabe cuándo; puede ser ahorita o cualquier año, quizás en 10, pero inexorablemente va a suceder. Carecemos del grado de investigación y cientificidad que a estas alturas deberíamos tener.


En otras palabras, William Martínez, a pesar de los dos terremotos --el de la Semana Santa y el de Navidad--, ¿no hemos aprendido la lección de contar con una ciudad segura?
No, y eso tiene sus consecuencias funestas en el aspecto social, económico y en el desarrollo del país. El país se desarrolla tan lentamente, que la prioridad es la lucha contra la pobreza, y tal vez cuando crees que pusiste el primer peldaño viene un evento de éstos y nos hunde con toda la escalera, significando mayor dependencia y más atraso. Y sobre todo, más índices de pobreza. La lucha contra la pobreza debería comenzar por un desarrollo ordenado de la ciudad capital y del resto del país.


Miremos, Managua no cuenta con un centro, y se habla que el que hay lo imponen el comercio y las urbanizadoras, de tal manera, que Managua va en fuga hacia Masaya. ¿Esto no es una ventaja, porque nos retiramos de los dos sistemas de fallas aludidos antes?
Al contrario, vamos al encuentro de la catástrofe. Es que el sistema de fallas del Aeropuerto está ahí, y el graben (palabra alemana que significa depresión tectónica). Si la falla de Tiscapa, que causó el terremoto del 72, es de 6 kilómetros de largo, ésta debe ser de 12 kilómetros.

De leyendas y mitos

El terremoto también lleva otro componente: las leyendas, los mitos, por ejemplo, que los dos grandes terremotos ocurrieron en fechas muy significativas para el pueblo, fueron en temporada seca, y se extendió una sequía por lo menos del 71 al 72. ¿Qué relación hay de esto con la realidad?
No hay ninguna relación, Dios es un Dios de orden, de amor, no va a querer nada malo para su pueblo. Si los terremotos estuvieran asociados con sequía, no ocurrían terremotos en el mar, donde se da el 80% de la liberación de energía en todo el mundo.

Los niveles de agua subterránea en Managua andarán por el orden de los 300 a 500 metros máximos, y en cambio los terremotos acontecidos en Managua cuentan con registros de profundidad de hasta los 10 kilómetros.


Algunos decían que hay un funcionamiento cíclico de los terremotos, y hacían la comparación de años transcurridos entre el de 1931 y el de 1972, que da 41 años. Entonces, ¿esto quiere decir que al cumplirse 38 años, estamos a pocos años de un terremoto?
No es correcto, porque si vemos el (registro) histórico de terremotos entre el 31 y el 72, pasaron por lo menos 4 ó 5 terremotos, sólo que en áreas no pobladas, por lo tanto no lo contabilizamos, sólo tomamos en cuenta los destructivos, pero son así porque han coincidido con áreas pobladas. Además, no siempre son las mismas fallas las que se mueven, sino diferentes, con historia sísmicas distintas y tiempos de movimiento diferentes.


Y la falla Tiscapa y sus ramales, ¿quedan para el museo o están en su período de próximo movimiento?
De movimiento. Esta falla es de unos 150 a 200 años, nada de 40 años. En el caso de Tiscapa deben transcurrir un promedio de 200 años para que se vuelva a mover. Ya miramos que en la del Aeropuerto, el lapso anda más allá de los 300 años.

Podemos afirmar que lo más infrecuente de las fallas es que no se muevan, por eso es que ellas pasan a la memoria histórica de la población y sólo se recuerdan como hito por su grado de destrucción o añoranza.

El doctor Martínez, al final, nos dijo: los terremotos sólo dejan al descubierto los vicios y los errores, todo aquello que no permitió que los habitantes vivieran en una ciudad segura, y (ocasionó que) terminaran sus vidas como víctimas más que del fenómeno natural, de la inoperancia y de la falta de gobiernos responsables.

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