México/EFE
Los Gobiernos mexicano y hondureño buscarán la colaboración con bancos internacionales y empresas de envío de remesas para rastrear el pago de rescates al crimen organizado por los secuestros de migrantes.
El vicecanciller de Honduras, Alden Rivera, reveló hoy en conferencia de prensa que desde enero se establecerán reuniones con instituciones financieras para "buscar protocolos" con qué identificar transferencias sospechosas vinculadas a denuncias de secuestro.
Con ello se pretende que ambos países puedan disponer de más líneas de investigación para detener a los responsables de los secuestros de indocumentados en México.
Rivera se encuentra estos días en México precisamente para tratar el presunto secuestro de cerca de 50 migrantes centroamericanos indocumentados (la mitad hondureños, estimó) por el crimen organizado.
En octubre pasado, debido al asesinato de 72 migrantes de diversos países de Latinoamérica, el vicecanciller se personó también en el país para tratar el asunto.
Los rescates exigidos por los criminales oscilan entre los 100 y los 3.000 dólares, dijo Rivera, y mientras que antes se pedían a los familiares en EE.UU., porque presumían que contaban con mayores ingresos, ahora se tramitan también con los del país de origen.
El rastreo de las transferencias es una de las medidas que Honduras acordó con México estos días, en virtud de las reuniones de su vicecanciller con altos funcionarios de diversas carteras del Gobierno mexicano.
Ambos países pondrán en marcha en enero una comisión de alto nivel para afinar su estrategia contra los secuestros de migrantes, que, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ascendieron a 18.000 el año pasado.
Posteriormente, se invitará a ella a Guatemala y El Salvador, cuyos ciudadanos también se ven afectados por esta situación.
Otras medidas incluyen establecer una plataforma informática para compartir información sobre seguridad sensible, coordinar esfuerzos con ONGs y la Iglesia católica y una campaña dirigida a los migrantes para dar a conocer los riesgos del tránsito.
Rivera se declaró "complacido" por el "diálogo renovado" con México en materia migratoria. El Gobierno mexicano, por su parte, destacó en un comunicado el "espíritu constructivo" de la visita.
El funcionario hondureño reveló también que solicitó protección en las rutas ferroviarias empleadas masivamente por el 80% de los migrantes hondureños para cruzar el país, y que los operativos de seguridad de migración sean diurnos, para que los indocumentados puedan distinguir que no son un secuestro del crimen organizado.
Según el Gobierno de Honduras, de los 75.000 migrantes indocumentados que salieron de su país en 2009 para cruzar a EE.UU., cerca de 10.000 sufrieron algún tipo de agresión por parte del crimen organizado.
La primera expectativa de estos grupos es la extorsión, pero si detectan que sus cautivos no tienen recursos "les invitan a formar parte de su grupo", dijo Rivera, consciente de que los secuestros de migrantes ya forman parte de la estrategia de reclutamiento del crimen organizado.
El vicecanciller reconoció que en su país hay células del cártel mexicano de Los Zetas, al que se relaciona con estas prácticas y al que se adjudica la matanza de los 72 migrantes en octubre en el norteño estado de Tamaulipas.
Sobre esta investigación, dijo que sigue viva y que México se ha comprometido a ofrecer a Honduras más información.
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