lunes, 15 de agosto de 2011

Inauguran primer hospital de niños quemados en Honduras

San Pedro Sula, Honduras

San Pedro Sula ya cuenta con el primer hospital para niños quemados y cirugía pediátrica de Honduras y único en su tipo en Centroamérica.

El centro asistencial Ruth Paz será inaugurado hoy y comenzará sus funciones la primera quincena de septiembre.

Casi todo está listo para abrir las puertas del edificio cuya construcción empezó en julio de 2006.

Único

El centro asistencial está conformado por dos pisos; el primero, que será exclusivo para niños quemados, contará con 10 habitaciones, dos cubículos para cuidados intensivos, dos quirófanos y una sala de emergencia.

En este mismo nivel hay una capilla, sala de recuperación, sala de juegos y área de fisioterapia.

El segundo piso será para cirugía pediátrica y tiene disponibles 18 camas, dos quirófanos con dos camas cada uno, área de recuperación, consultorio y oficinas administrativas.

Irma Cano, gerente del hospital, explicó que este centro asistencial será único en su tipo en Centroamérica.

“Nicaragua, Costa Rica y Guatemala tienen unidades para la atención de quemados, pero este se trata de un hospital independiente, con quirófanos y salas propias”, manifestó Cano.

Agregó que el personal administrativo, enfermeras e instrumentistas están listos; sin embargo, faltan médicos que tienen que ser debidamente capacitados.

“Queremos brindar un servicio con calidez y buen trato. Nos sentimos felices de ver que pronto podremos ayudar a los niños que están esperando un cupo en los hospitales públicos”, indicó Cano.

Construcción por donaciones

La construcción de este hospital fue posible gracias a las actividades realizadas por la Fundación Ruth Paz. También se tiene el apoyo del Congreso Nacional que aportó 25 millones de lempiras para esta importante obra.

El costo sólo de la obra física fue de 30 millones de lempiras, el equipo fue donado. Ha habido bingos, festivales, donaciones de empresas y ciudadanos extranjeros y nacionales para recolectar estos fondos.

El presupuesto anual para este hospital es de 50 millones de lempiras.

Las primeras atenciones que se ofrecerán serán dirigidas al área de cirugía pediátrica ambulatoria como hernias, cirugías plásticas que no requieran que el menor permanezca en el hospital más de 24 horas.

Las asistencias no serán gratuitas, pero sí a un bajo costo para las personas de escasos recursos económicos.

“Hay que recaudar fondos para mantenerlo, quienes puedan pagar deberán hacerlo pero se establecerán cuotas basadas en un estudio socioeconómico”, aseguró Cano.

“Me siento bendecida”

A los ocho años comenzó como traductora en las brigadas que coordinaba su madre doña Ruth Paz; ahora está al frente del hospital para niños quemados y de todas las actividades de la fundación, cuyo nombre es el de su progenitora.

Mary Ann Paz de Kafati habló sobre lo que significa en su vida el centro asistencial. Hoy que su madre estaría cumpliendo años se inaugura la obra con la que honrará su memoria.

¿Cómo se siente al ver la obra culminada?

Sumamente contenta y satisfecha, ha sido una trayectoria muy larga y dura porque la fundación tiene varias actividades que se deben manejar día a día. Hay un equipo dedicado que comparte la misma pasión.

¿Qué la motivó a empezar la construcción del hospital?

Seguir el legado que ha dejado mi madre. Ella empezó hace 30 años sacando a los niños quemados del país porque no había donde ayudarles, ahí nació la idea.

¿Desde cuándo se dedica a estas actividades?

Desde pequeña mi mamá me sacaba de la escuela para que le ayudara a traducir en las brigadas.

Ella nos involucró desde pequeños y cuando murió, hace 14 años, asumí la presidencia para no dejar morir todo el trabajo que había hecho, y así honrar su memoria. Me siento contenta, bendecida, esto me llena y no me imagino haciendo otra cosa.

¿Cuántas horas le dedica a la fundación?

25 horas al día, no me alcanza el tiempo a veces. Es muy gratificante. Mi hija mayor está estudiando cuarto año de medicina y espero tener una doctora en este hospital.

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