Triángulo Minero, RAAN
La población de la Región Autónoma del Atlántico Norte está comenzando a sentir los efectos devastadores tras ocho días de encontrarse paralizado el transporte terrestre debido a la protesta de centenares de campesinos que reclaman la entrega de sus cédulas de identidad.
Marling Jarquín, ama de casa de Rosita, expresó su preocupación porque las verduras y frutas están escaseando en el mercado y los precios se están disparando.
Mientras que un taxista que solo se identificó como Wilmer, dijo que habrá que hacer la Señal de la Cruz cuando se agote el combustible y quede paralizado definitivamente el transporte.
Signos de anarquía
Algunos ciudadanos han comenzado a quejarse del desorden en los tranques ubicados en El Guineo y Kuhawalita. “Hay menores de edad y borrachos armados de machetes, garrotes y botellas llenas de gasolina que intimidan a los transportistas y pasajeros. En El Guineo despojaron a un comerciante de 30 cajillas de bebidas y a otros les han quitado dinero”, denunció un viajero que se identificó como Elmer.
La divulgadora policial de Siuna, teniente Magdalena Bucardo, informó que hasta el momento se han registrado dos denuncias. “Un ciudadano dijo que un grupo de personas ubicadas en el tranque ubicado en la salida Siuna-Río Blanco, sustrajo de su propiedad y sin autorización una pipa de 5,000 mil galones, valorada en 3 mil dólares; estos sujetos la utilizan para impedir el paso vehicular en la carretera”, explicó.
Bucardo señala que la otra denuncia fue interpuesta por un funcionario del Ministerio de Salud que se trasladaba de Managua a Siuna en una ambulancia y en el tranque de El Guineo lo amenazaron y registraron el vehículo que al llegar a Siuna fue pintado por los protestantes.
Respeto de estos señalamientos, Isidro Trujillo, uno de los dirigentes de la protesta, se comprometió a ejercer mayor control en los tranques de El Guineo y Kuhawalita para evitar desórdenes.
Incertidumbre
Felipe Castro, otro dirigente de los manifestantes, advirtió que la estrategia dilatoria del Consejo Supremo Electoral no tendrá efecto. “Se equivocan si creen que nos van a desgastar y dispersar. Nuestra lucha no se detendrá hasta que los campesinos reciban sus cédulas”, recalcó, reiterando que sería un grave error si el gobierno ordena a la Policía y el Ejército reprimir a los huelguistas porque según él ardería toda la región y el único responsable sería el CSE.
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