domingo, 14 de agosto de 2011

Burros de Ocotal participaron en las Fiestas Patronales


OCOTAL NUEVA SEGOVIA
Las dos avenidas principales de Ocotal fueron vedadas para la circulación vehicular esta mañana para dejarlas en exclusividad para los burros, más de 160, que ataviados con flores, plantas y productos agrícolas, fueron uno de los atractivos turísticos dentro de la celebración de las fiestas patronales dedicadas a Nuestra Señora de La Asunción.

Haydee Castillo, de la Comisión Ciudad Segovia e impulsora de este evento, recordó el primer desfile, hace 9 años, que inventó con el padre Francisco Robles, entonces párroco de la iglesia de Ocotal, cuando sólo participaron 13 burros, ahora el número acerca al 200.

“¿Qué es lo hermoso? Han valorado el valor que tiene los chilotes, la cuajada, el ayote, las flores naturales de la comunidad, y sobre todo el cuidado de los animales, porque como nunca hoy hemos visto a los burros bien bañados, sin parásitos, bien alimentados y en conjunto con la familia campesina”, expresó.

Más sensibilizados para un mejor trato
Con este evento cultural, el campesino no utiliza plástico y otros artículos importados y contaminantes del ambiente para adornar a sus animales.

Cada participante fue estimulado con una pana llena de productos de alimentos básicos, y a los premiados en las calificaciones de “mejor ataviado”, “concepto de familia” y “bien cuidado”, recibieron cada uno un premio, consistente en alimentos y herramientas de trabajo, y a uno de ellos hasta con una cocina de gas.

“El mero, mero ganador” como dijeron en la tarima correspondió al niño Giovani Israel Landero Mendoza, de 13 años, de la comarca Las Cruces, jurisdicción de Mozonte, por llevar su burro “El Copete”, mejor ataviados de todos. Lo adornó con matas de maíz en elotes, frijoles “camaguas”, calabazas, entre otras cosas naturales.

“Estas son las costumbres de nuestra comunidad, es tradición ya por lo menos sembrar la milpa, hacer huertos para sembrar pipianes, ayotes, frijoles”, explicó en el pequeño.

Añadió que su padre se esmera por la salud del animal, porque frecuentemente lo desparasita, lo inyecta y lo alimentan mejor. La participación en este desfile que ya se hizo una tradición en Ocotal, ha sensibilizado a sus propietarios en dar un buen trato a sus burros, porque se trata del vehículo que tienen para sacar sus productos a la ciudad.

María Ermidia Cáceres, propietaria del burro “El Peluche”, premiada por “conjunto de familia”, dijo que regresaba feliz a su comarca, cargada de comida. “Nos sentimos alegres, porque ahorita ya sólo vamos a buscar para el azúcar”, dijo sonriente, junto a su esposo y dos de sus hijos.

De odiado a ser querido
Desde 1780 en que se fundó Ocotal, con el nombre de Ciudad Nueva Segovia, hasta 1954 en que se instaló el primer servicio de agua domiciliar, el burro fue el principal medio para llevar a las casas el vital líquido que lo tomaban directamente del cauce del río Dililto. Ha sido de por siempre el principal acarreador de leña y productos agrícolas que se cosechan en los municipios de Totogalpa y Mozonte.

Castillo afirma que al burro se le debiera erigir un monumento en algún punto de la ciudad, como un reconocimiento histórico por su utilidad en el desarrollo de la ciudad. En mucho tiempo la disputa por título de la “ciudad de los burros” ha estado entre Ocotal y Somoto, último lugar que mostró más afrenta a este animal, cuando en una liga de béisbol utilizaron como símbolo la figura de un burro con una manopla.

Pero más noble que cualquiera
También en Ocotal, en años recientes un grupo de concejales expresó su disgusto por el titular que se utilizó en este rotativo de: “más taxis que burros”, en referencia a la protesta de los taxistas que protestaban a la Alcaldía por la sobre saturación que habían provocado con más concesiones de este servicio.

En tanto, para los campesinos de Mozonte es un orgullo tener a uno de estos animales como parte de sus medios de trabajo, como Lázaro Ruiz, de la comarca Quisulí Abajo, que califica al suyo como “muy inteligente”, pues con sólo llamarle por su nombre, “Chigüin”, inmediatamente corre a la casa. “Pero también es un animal más noble que cualquier otro porque fue en una burrita que nuestro señor Jesucristo entró montado a Jerusalén”, señaló.

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