martes, 24 de agosto de 2010

Gobierno lejos de cumplir programa Hambre Cero

En tres años de gobierno, el presidente Daniel Ortega no ha cumplido ni el 50 por ciento de su promesa de hambre cero en el país. Su emblemático programa Hambre Cero, que durante su campaña electoral prometió llevar a unas 100 mil familias al finalizar su periodo, hasta el 2009 sólo ha beneficiado a 48,015 familias, menos de la mitad de lo prometido.
Hasta el primer semestre de este año, el número de familias beneficiadas permanecía estancado, ante la cero ejecución del programa, a pesar de que el Gobierno está de cara a finalizar su periodo de mandato el próximo año.
El Ministerio Agropecuario y Forestal (Magfor) ejecutó en el primer semestre del 2010 sólo el 0.07 por ciento de los fondos asignados para el bono productivo, conocido también como Hambre Cero, de un presupuesto por el orden de los 180 millones 696 mil córdobas. Sólo se ha ejecutado 125 mil 909 córdobas.



Nada más para este año el Gobierno había prometido beneficiar a unas 33,946 familias, en su mayoría personas que viven en condiciones de extrema pobreza y que están en posesión de tierras sin cultivar.
Datos del Magfor, divulgados en su portal electrónico, señalan que, de las 48,015 familias beneficiadas en tres años, 39,137 tienen extensiones de entre uno y 10 manzanas de tierra, sin ganado ni siembra.
El sociólogo Cirilo Otero señaló que, efectivamente, las cifras del Magfor reflejan que el programa Hambre Cero ha sido uno de los mayores fracasos del actual Gobierno, el cual no ha tenido ningún impacto en la reducción de la pobreza y menos en la producción agrícola.
A través del programa Hambre Cero, las familias pobres reciben un paquete tecnológico que contempla vaquillas y cerdas preñadas, aves de corral, así como semillas y material vegetativo, que “lo convierte en un programa que contribuye a sentar bases sostenibles para la seguridad y soberanía alimentaria del país”, señala el Magfor en su portal electrónico.
En lugar de ser un instrumento clave en la reducción de la pobreza, Otero consideró que el mismo ha sido una herramienta partidaria que seguramente el Gobierno utilizará el próximo año para atraer más votos a favor, si finalmente logra consolidar sus aspiraciones reeleccionistas.
“Ya no hay mucho tiempo para que el programa Hambre Cero tenga mucho impacto; digo, hubo, porque ya el próximo año es un año electoral. Ya no hay tiempo, el tiempo se ha consumido, ya el tiempo de impactar en términos de producción, en términos de volumen, en términos de los beneficiados, en término del crecimiento, ya es tarde”, apuntó.
Otero reconoció que el programa está “bien pensado” en su contenido y objetivos, pero carecía de tres elementos claves en materia operacional. En primer lugar, el programa no estaba acompañado de asistencia técnica a las familias y la poca que había era inestable, por los despidos de personal especializado en el Magfor.
Por tal razón, la mayoría de familias optó por consumir los animales de corral que recibieron y/o venderlos, apuntó.
“El programa fue una buena idea, pero no fue implementado tal a como se pensó”, reiteró.
Otra deficiencia del programa es que el mismo siempre estuvo en el alero del Magfor, una entidad que desde hace varios meses ha sido sacudida por fuertes pugnas internas y cambios constantes en su administración. “El Magfor no sirve, no tiene una cobertura en su red a nivel nacional”, afirmó Otero.
Finalmente, el Hambre Cero careció de un programa de seguimiento a las familias. “El programa no se creó como un programa de Gobierno, sino como una actividad político-partidaria. Es cierto que estaba bajo la administración del Magfor, pero no tuvo nada que ver con una política económica y de reducción de la pobreza”, sostuvo.
A criterio de Otero, el Gobierno difícilmente este año podrá avanzar en su ejecución, pues actualmente Nicaragua sufre las afectaciones del fenómeno de La Niña, que trae consigo inundaciones, y por tanto llegar a las familias pobres en el interior del país será una misión de lento desarrollo.
El sociólogo consideró que algunos organismos y países donantes que han financiado este programa lo han hecho porque el Gobierno se ha encargado de vender un programa cuyo impacto no existe.
GOBIERNO PRIORIZA CARRETERAS,PERO NO POBREZA
El economista René Vallecillo señaló que la baja ejecución del programa afecta principalmente a las familias pobres, en un país donde más del 30 por ciento de los habitantes vive en pobreza. “Eso quiere decir que el impacto de este programa es mínimo por estar subejecutado”, expresó el economista.
Vallecillo recordó que en sí la cobertura del Hambre Cero era mínima entre las familias pobres. Su subejecución reduce aún más las posibilidades de disminuir la pobreza en el país.
“El programa insigne de combate a la pobreza no está dando resultados que debería esperarse de tendencia socialista, que se preocupa más por los pobres”, afirmó.
El economista afirmó que es evidente que el Hambre Cero no fue una prioridad del Gobierno, sino construir carreteras. Y aunque esto último también es positivo, el impacto de construir carreteras no reduce la pobreza.

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