Ante todo queremos agradecer por este medio las múltiples muestras de solidaridad que hemos estado recibiendo, de parte de entidades y personas particulares, ante la nueva agresión del régimen de Daniel Ortega contra el Diario LA PRENSA, esta vez perpetrada con alevosía por medio del Ministerio del Trabajo (Mitrab). Precisamente en nuestra edición de ayer, informamos que “el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) anunció su respaldo al Diario LA PRENSA, institución que desde hace días enfrenta un acoso de parte del Ministerio del Trabajo (Mitrab)”. Y citamos en esa información parte de la declaración del organismo cúpula de la empresa privada nicaragüense, que dice: “El Cosep, conforme su compromiso de defensa del modelo de las libertades, en particular la defensa de la libertad de expresión y libertad de prensa, ha venido dándole seguimiento al caso laboral que se está ventilando ante las autoridades del Ministerio del Trabajo y por el cual se ha establecido obligaciones para el Diario LA PRENSA que no se ajustan a Derecho”.
La Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (Amcham), por su parte, ya había dado a conocer desde el martes de la semana pasada su respaldo al Diario LA PRENSA “ante el acoso al que ha sido sometido este rotativo por parte de la Administración de Daniel Ortega, al tiempo que denunció la actuación parcializada de las autoridades del Mitrab, en una flagrante violación a la Constitución Política de Nicaragua”.
También diversas personas de los distintos ámbitos de la sociedad nicaragüense, sin duda que demócratas pero de distinto signo ideológico, a título individual se han estado pronunciando y enviándonos sus mensajes de solidaridad, los que mucho agradecemos.
Pero más allá del pretexto, falsamente laboral, que el régimen orteguista está utilizando para encubrir sus fines políticos y justificar la nueva agresión contra LA PRENSA, debemos reiterar algo que hemos dicho en muchas ocasiones y nunca sobra repetirlo: que la libertad de prensa no es un beneficio exclusivo de determinado medio de comunicación sino un bien de toda la sociedad y de todos los ciudadanos; y que el ejercicio de la libre expresión del pensamiento y del derecho a la información por medio de la práctica de la libertad de prensa, es una condición absolutamente indispensable para que la nación pueda vivir en libertad y gobernarse en democracia.
Como lo precisó el Mártir de las Libertades Públicas de Nicaragua y Director Mártir de LA PRENSA, doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, la libertad de prensa es la principal y la mejor garantía de todas las demás libertades. Si falta la libertad de prensa no puede haber ninguna otra libertad. La libertad de prensa es un valor que pertenece a todos los ciudadanos. La libertad de prensa no es concesión de ningún gobierno. La libertad de prensa es un bien fundamental que está protegido por las declaraciones de derechos humanos y garantizado por la Constitución de Nicaragua.
De manera que el ataque que se perpetra contra un medio de comunicación independiente y libre, de hecho es una agresión contra la libertad de prensa en general, contra todos los medios de información y contra todos los periodistas libres que se estiman a sí mismos, que respetan el ejercicio de su profesión y que no cambian la credencial de informadores por el carné de propagandistas del régimen opresor.
Por eso fue que cuando el régimen orteguista agredió a la revista Confidencial y los programas de televisión Esta Semana y Esta Noche, coartó la libertad de expresión de todos los nicaragüenses y todos los periodistas libres se sintieron también agredidos.
Eso mismo ha ocurrido cuando el régimen de Daniel Ortega ha atacado a otros medios de comunicación independientes, y ocurre con el acoso gubernamental a LA PRENSA por medio de infundadas acusaciones e injustas condenas judiciales, arbitrarias presiones fiscales y aduaneras, hostigamiento del INSS y la persecución que el Ministerio del Trabajo ha desatado últimamente. Es que LA PRENSA, baluarte de la defensa de la democracia y de la libertad en Nicaragua, está como una fijación obsesiva en las enfermizas mentes de los gobernantes autoritarios, los cuales odian la libertad de prensa, han amordazado antes al Diario de los Nicaragüenses y lo han querido destruir, y vuelven ahora a esas andanzas.
Pero la libertad no puede desaparecer mientras haya quienes la defiendan y estén dispuestos a dar por ella hasta la vida; y mientras hay también solidaridad con las instituciones que, como LA PRENSA, son víctimas del odio y el acoso de los enemigos de la libertad.
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