“El panorama electoral de Nicaragua está marcado por la incertidumbre, en primer lugar porque no tenemos un árbitro confiable para administrar el proceso. En segundo lugar porque el Consejo Supremo Electoral, con antecedentes de corrupción, permitió la inscripción de la candidatura de Daniel Ortega Saavedra a la releección, cosa que está prohibida por nuestra Constitución”.
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Así se expresó el reconocido analista y economista nicaragüense Carlos Fernando Chamorro, en relación con los comicios que se celebrarán en este país el próximo 6 de noviembre. He aquí la entrevista completa.
¿Por qué no puede aspirar a una reelección el señor Ortega?
El artículo 147 de nuestra Constitución claramente dice que no puede ser candidato presidencial, aquel que haya ejercido la Presidencia en dos ocasiones. Como Ortega no pudo reformar la Constitución en la Asamblea Nacional, recurrió de manera amañada a una resolución de una sala de la Corte Suprema de Justicia, que pretende, y digo pretende porque no lo puede hacer, invalidar la propia Constitución.
A eso se le puede agregar otra serie de problemas graves que hay en el proceso de cedulación. El problema que eso causa es que no todas las personas se sentirán con la seguridad de ir a votar y todo eso favorece a Ortega.
¿Qué opciones representan las otras candidaturas?
Está la del expresidente Arnoldo Alemán que no representa a la oposición. Más bien ha sido un partido y un sector colaboracionista con el gobierno de Ortega porque ambos han compartido los poderes del Estado.
La otra candidatura es la que representa Favio Gadea Mantilla, el empresario dueño de Radio Corporación, y Edmundo Jarquín, político del Movimiento Renovador Sandinista, que pretenden convertirse en la alternativa de la oposición. Todavía no lo han conseguido, faltan seis meses para las elecciones y hay una expectativa en el país de si esa fórmula logrará convertirse en la alternativa de la oposición.
¿Y usted qué opina?
Yo creo que es el tiempo el que va a responder esa pregunta. La alternativa opositora para poder capturar la imaginación y el apoyo de la población tiene que convertirse en una alternativa creíble y para eso se requiere de algo más que discursos políticos.
Se necesita una oposición que logre conectarse con las grandes mayorías pobres de Nicaragua, que les ofrezca una salida a sus problemas económicos y sociales y de generación de empleo, y no solamente la crítica, aunque acertada, al autoritarismo de Ortega.
Las últimas encuestas favorecen a Ortega. ¿Por qué?
Cierto. Le otorgan una intención de voto mayor del 40%. Tradicionalmente Ortega ha tenido un piso del 30% y en este momento ha logrado alcanzar un nivel de apoyo que se impone al techo que históricamente ha logrado el Frente Sandinista en las campañas electorales. Esto se debe al impacto que están teniendo en la población esos programas clientelistas, que son parte de la cooperación venezolana.
En cuanto a los otros candidatos, Gadea anda por el orden del quince por ciento y Alemán anda entre el cinco y el siete por ciento. Participan otros dos candidatos que están por debajo del dos por ciento.
Hay un porcentaje del electorado de aproximadamente un 38% que en este momento se registra como voto oculto, es decir no ha expresado todavía su decisión de por quién va a votar. Ahí está quizá la oportunidad que tiene una candidatura opositora de poder convertirse en una opinión que pueda desafiar a Ortega, quien en este momento tiene la sartén por el mango, con el control del Consejo Supremo Electoral y de todos los recursos del Estado para su campaña.
¿Qué beneficios traen esos programas de la Alba?
Han traído beneficios, pero sobre todo beneficios políticos al presidente Ortega porque le han permitido reactivar programas con una orientación clientelista. No hay duda que hay sectores de la población que han logrado algunas mejorías con esos programas.
La pregunta es si esos programas son sostenibles a largo plazo o si ayudan solamente a mitigar ciertos problemas sociales cuando deberían orientarse más bien a generar fuentes de trabajo.
¿Qué consecuencias trae para Nicaragua ese noviazgo con Chávez ?
Nicaragua es receptor de un programa de cooperación de Venezuela muy generoso y los nicaragüenses agradecemos.
El problema es que la cooperación venezolana está siendo privatizada por el gobierno de Daniel Ortega y en vez de canalizarse a través del Presupuesto, se maneja fuera del mismo de manera discrecional.
Una parte de esos recursos se utilizan para financiar programas gubernamentales extra Presupuesto, otra parte para financiar la campaña política partidaria del Frente Sandinista y gran parte se destina a financiar negocios particulares. Lo que la empresa privada nicaragüense quiere es que las relaciones con Venezuela se canalicen a través de un tratado de libre comercio, que sean relaciones institucionales, que no dependan de la voluntad política de una persona.
¿Hay crecimiento económico en Nicaragua?
Sí, pero es un crecimiento económico mediocre. Para poder tener un crecimiento sostenido de tasas de seis y siete por ciento, se requiere de un mejor clima de inversión y que los recursos públicos orienten a apuntalar el desarrollo sostenido.
El gobierno de Ortega ha mantenido una política macroeconómica prudente y responsable y tiene un canal abierto de comunicación con el sector privado. Sin embargo, eso no resuelve el problema de la inseguridad jurídica y el de la corrupción.
La economía creció aproximadamente cuatro por ciento. Ese crecimiento y lo que se proyecta este año es completamente insuficiente para que el país pueda, de manera sostenida, enfrentar los grandes déficits de empleo y la pobreza.
Lo que ocurre es que el gobierno del presidente Ortega tiene una estrategia muy cortoplacista.
¿Cuál es la relación de Ortega con la prensa?
Ortega administra una política secretista en relación con los medios de comunicación. Desde que llegó a la Presidencia estableció a través de su esposa, la primera dama, una política de comunicación de lo que ellos llaman “la información contaminada”, quiere decir que no se exponen a los medios independientes, no dan entrevistas, no dan conferencias de prensa, no responden preguntas y únicamente utilizan a los medios oficiales y sus medios privados para difundir sus mensajes.
En Nicaragua hay libertad de prensa, pero es una libertad que se ejerce bajo riesgo, enfrentando la intimidación, la represión del Gobierno a los medios independientes, y esa represión se transmite a través de los ataques verbales del Presidente contra los medios de comunicación.
En algunos casos se han producido agresiones físicas a periodistas, en otros ha habido campañas de presión económica, de presión legal ...el Gobierno ha ganado terreno en el control y su influencia específicamente sobre los medios electrónicos (....) ha comprado canales de televisión y ha presionado a otros canales para que dejen de hacer programas críticos de la gestión gubernamental.
En el caso de los medios escritos, La Prensa, el Nuevo Diario y algunos semanarios como Confidencial, se mantienen con mucha independencia ejerciendo una labor crítica, fiscalizando la gestión del Gobierno, haciendo denuncias de corrupción, pero se ejerce la libertad bajo riesgo.
¿Cómo ve usted que Ortega utilice las oficinas de su partido como sede presidencial?
Desde que el presidente Ortega asumió el 10 de enero del 2007 instaló la oficina presidencial en las oficinas de su partido, del FSLN, eso fue criticado desde el primer día por ser un enorme irrespeto a la institución presidencial.
Imagínese usted que los embajadores en Nicaragua tienen que ir a presentar credenciales a la sede presidencial, ante la bandera de Nicaragua y la bandera del partido de Ortega.
El hecho que la Casa Presidencial esté en la oficina del partido es un símbolo de cómo se maneja Nicaragua.
¿Para qué sirve la verdadera Casa Presidencial?
La han convertido en un edificio para actos ceremoniales, la rebautizaron como Casa de los Pueblos y la utilizan para realizar algunas actividades de gobierno, políticas o partidarias; pero el presidente Ortega no tiene un despacho en la antigua Casa Presidencial donde despachó el presidente Bolaños y en algún momento estuvo Alemán, quien la inauguró. Es un edificio que se construyó con recursos y apoyo de Taiwán y cuando Ortega estaba en campaña electoral dijo que no iba a ocupar ese edificio. Está bien, se pudo haber ido a otro edificio público, pero se fue a la oficina de su partido, y ese fue el primer mensaje equivocado que envió al pueblo nicaragüense.
¿Qué consecuencia traería para los otros países hermanos una reelección de Ortega?
De pronto hay una sombra de duda sobre una futura presidencia de Ortega, empezando por el hecho de que tendría un pecado de nacimiento relacionado con la falta de legitimidad de su candidatura, lo que traerá como consecuencia una presidencia que en cualquier momento puede ser impugnada o se pondrá en entredicho porque se ha hecho a contrapelo de la Constitución.
Centroamérica podría llegar a tener, si Ortega se impone en la reelección, un Presidente que no tendría la misma legitimidad que los otros mandatarios de Centroamérica.
Ahora bien, si Ortega logra reelegirse con una mayoría que le permita reformar la Constitución, la situación se vuelve impredecible, porque hasta ahora no ha hecho grandes transformaciones en el sistema económico de Nicaragua.
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