Confidencial
El Embajador de Estados Unidos en Managua, Paul Trivelli, envió a sus superiores en el Departamento de Estado el cable diplomático 64385, en el cual calificaba de “sustancial” la ayuda venezolana a la campaña electoral de Daniel Ortega en 2006, ya que podría sumar decenas de millones de dólares, y “tendrá posiblemente un impacto en la influencia” del electorado nicaragüense. En el mencionado cable diplomático, liberado por WikiLeaks, en poder de Confidencial, Trivelli señala que la Embajada de Estados Unidos no tiene evidencias concretas para corroborar las acusaciones del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), estimando que la ayuda venezolana a la campaña electoral de Ortega sumaba alrededor de US$50 millones. Sin embargo, refiere que tomando en cuenta que los costos promedio de una campaña presidencial en Nicaragua oscilan entre US$10 a US$15 millones, cualquier apoyo a Ortega, incluso si es considerablemente menor a la cifra mencionada por el PLC, podría “comprar influencia significativa y posiblemente ejercer una influencia considerable” entre los votantes. Trivelli refiere que la mayoría del apoyo material a Ortega probablemente se mantendrá fuera del radar del escrutinio público, empleando para ello una clandestina red de trasiego de fondos en efectivo. Al respecto, escribió: “… fuentes aseguran que varios oficiales del partido FSLN viajan con frecuencia a Venezuela y regresan a Nicaragua con grandes sumas en efectivo”. A su vez, el cable diplomático estadounidense no descarta que otra forma de financiar la campaña electoral de Ortega sea a través del “lavado” de los recursos económicos, que estarían dejando la introducción y comercialización de combustible venezolano, o bien, de la venta de las donaciones de fertilizantes (urea). Al respecto, el embajador de EU hace referencia a que Daniel Ortega y Dionisio Marenco, Alcalde de Managua en ese momento por el Frente Sandinista, viajaron a Caracas el 25 de abril de ese año, junto a una delegación de alcaldes de distintos partidos políticos, para suscribir un acuerdo de distribución y de comercialización de combustible venezolano en condiciones crediticias muy favorables, y revenderlo a precios bajos en el mercado nicaragüense. Los pormenores de este capítulo político-diplomático los reconstruyó en una entrevista para Confidencial el ex operador político de Ortega, Dionisio “Nicho” Marenco. El nacimiento de Albanic En marzo de 2006, el periodista William Grigsby, director de la radio La Primerísima, increpó al entonces alcalde de Managua, Dionisio “Nicho” Marenco, preguntándole qué había pasado con el anunciado acuerdo petrolero entre el gobierno venezolano y los alcaldes del país, organizados en Amunic. -- ¿Por qué?, preguntó el edil, y Grigsby le dijo: “Es que los del FLMN van a firmar un acuerdo el 21 de marzo”. Marenco, extrañado porque ellos habían cabildeado antes que los salvadoreños, llamó por teléfono a Salvador Sánchez Cerén (“Leonel González”), actual Vicepresidente de El Salvador, y le preguntó si era cierto que firmarían un acuerdo petrolero con el presidente Hugo Chávez. Se lo confirmó, entonces “Nicho” le pidió que lo incluyera en la delegación del FMLN. Aquel aceptó y le dio el dato de dónde se hospedarían en Caracas. “Llamé al embajador venezolano, Miguel Gómez, y le dije: Alistá tus maletas, nos vamos a Caracas a ver qué pasó con el protocolo petrolero de Nicaragua”. Tomaron un vuelo comercial, se hospedaron en el mismo hotel que los salvadoreños, y la noche del 21 de marzo, viajaron con ellos en el mismo bus rumbo al Palacio de Miraflores. En un salón oficial se llevó a cabo la firma del acuerdo petrolero entre los alcaldes del FMLN y Petrocaribe, una filial de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA). Habló la viuda de Schafick Handall --pionero del acuerdo--, el alcalde de Soyapango, Carlos Ruiz (“El Diablito”), y el propio Hugo Chávez. Al hacer uso de la palabra, el mandatario venezolano mencionó que también estaba presente el Alcalde de Managua, Dionisio Marenco. Este, ni corto ni perezoso, se levantó de su asiento y saludó a los presentes y a las cámaras de televisión. Ya había captado la atención del anfitrión. Al concluir el evento oficial, “Nicho” asegura que Chávez lo mandó a llamar a un despacho contiguo y el alcalde sandinista de Managua aprovechó para expresarle su preocupación sobre el acuerdo petrolero con Nicaragua, ya que ellos iniciaron las gestiones antes que los colegas del FMLN, sin embargo la gestión no prosperó. “Vamos a firmar, pero necesito que venga Daniel aquí”, le dijo Chávez a Marenco, quien le confirmó que eso no representaba ningún inconveniente. Ortega llegaría a Caracas cuando Chávez lo indicara. ¿Y cuánto consumen de petróleo?, preguntó, y Marenco le dijo: 10 millones de barriles. ¿Al día?, consultó Chávez. No, al año. Ah, eso es babosada, comentó. El presidente venezolano preguntó por el almacenamiento del combustible y el alcalde capitalino le dijo que disponían de una refinería. ¿De quién es?, preguntó Chávez, y le comentó que de la Esso Standard Oil. Le sugirió que preguntara si la vendían y que les hiciera una oferta. Chávez llamó entonces a Rafael Ramírez, presidente de la poderosa PDVSA, y le pidió que preparara un acuerdo similar al firmado con el FMLN para los alcaldes nicaragüenses. Definió una fecha para la suscripción del mismo, el 25 de abril, posterior al encuentro con Ortega. Encuentro político en la Amazonía En una fecha que “Nicho” Marenco dice no precisar --abril 2006-- tres personajes viajaron a Caracas, para encontrarse con el presidente Hugo Chávez. En vuelo comercial viajaron Daniel Ortega, candidato presidencial en 2006; Lenín Cerna, Secretario de Organización del FSLN, y Dionisio “Nicho” Marenco, Alcalde de Managua. En el rol de enlace político fungió Elías Jaua, en ese entonces Ministro de la Presidencia y hoy Vicepresidente de Venezuela. Al asumir Ortega la Presidencia en Nicaragua, Jaua fungió como Jefe de la Comisión Mixta Venezuela-Nicaragua, que trazó desde entonces las áreas de colaboración e intercambio. “Fuimos directo a vernos con Chávez”, comentó Marenco, refiriéndose a él mismo, Ortega y Cerna. La cita se llevó a cabo en la Central Hidroeléctrica “Simón Bolívar”, también llamada “El Gurí”, ubicada en el Cañón de Necuima, 100 kilómetros río arriba de la desembocadura del río Caroní, en el Orinoco. “Estuvimos platicando con él toda la noche, al día siguiente Chávez salió en un avión hacia Caracas y nosotros salimos en otra aeronave”, dijo. La firma de Albanic En un segundo cable diplomático, bajo el código 60774 y suscrito siempre por el embajador Trivelli, se menciona que Novis Rosales, Director Ejecutivo de la Asociación de Alcaldes Patrióticos (Asalpat), informó al oficial político de la embajada, que 25 ediles del PLC habían recibido la invitación por parte del embajador de Venezuela, Miguel Gómez, para viajar a Caracas con todos los gastos pagados, incluyendo un vuelo charter entre Managua y Caracas. Rosales reportó la oferta a Jorge Castillo Quant, Presidente del PLC, quien rechazó la invitación y la calificó de “truco publicitario” de Hugo Chávez, por tanto instruyó a Rosales a que los alcaldes liberales no aparecieran como colaborando con el gobierno venezolano. Una semana después de ese cable diplomático, Chávez envió un avión donde se transportó “Nicho” Marenco junto a 53 alcaldes del país, sandinistas y no sandinistas, entre ellos varios ediles del PLC. Daniel Ortega, según Marenco, viajó aparte para asistir a la firma del acuerdo petrolero en condiciones favorables, ya que proponía pagar 50% de la factura en 90 días y el resto a 23 años de plazo, con dos de gracia. El texto fue suscrito entre “Nicho” Marenco, en representación de Amunic y Alejandro Granado, Vicepresidente de Refinación de PDVSA en ese momento. Hoy, Granado es el Presidente de la Corporación Citgo, filial de PDVSA, que controla las operaciones en Estados Unidos. Quedó constituida así Albanic, con 51% de las acciones en poder de Venezuela y 49% en poder de Amunic. Como representante legal de PDVSA en la recién creada sociedad anónima mixta quedó nombrado Asdrúbal Chávez, a quien “Nicho” identifica como primo del mandatario venezolano. A partir de mayo de 2007, Asdrúbal ostenta el cargo de Vicepresidente de Refinación, Comercio y Suministro de PDVSA, cargo que ocupaba antes Granado.
El “clavo” del almacenamiento
La compra de las instalaciones de la refinería Esso no prosperaron. Según “Nicho” Marenco, el entonces gerente general de la multinacional, Agustín Fuentes, informó que pedían US$200 millones, cifra que no pudo ser comprobada, ya que en un par de ocasiones llamamos a Fuentes a su celular y no respondió. “La compra no prosperó porque los técnicos (de PDVSA) dijeron que la refinería era obsoleta, y resultaba más rentable mandar el producto terminado desde Curaçao”, en el Caribe, a Nicaragua. Marenco reveló que viajó a Honduras para negociar con la familia Arévalo la compra de instalaciones de almacenamiento en el Pacífico y en el Atlántico del país vecino, pero tampoco se concretó. Buscó apoyo entonces en el gobierno nicaragüense, se reunió con el presidente Enrique Bolaños, pero no aceptó meterse. En el cable diplomático 84356, la embajada de Estados Unidos consigna los primeros envíos de petróleo venezolano a Nicaragua, el primero, por una cantidad de 84,000 galones de diesel y un segundo envío “fantasma” de 800,000 galones de diesel, que supuestamente comprarían cinco cooperativas de buses de Managua. Ese segundo embarque, según el cable diplomático, arribó el 24 de octubre de 2006 a las instalaciones de Puerto Sandino, sin embargo, el entonces Director de la Empresa Nacional de Puertos, Alejandro Fiallos, aseguró a la misión estadounidense que esa cantidad de combustible jamás entró a puertos nicaragüenses. Luego, reportes periodísticos indicaron que entraron directamente a manos de Petronic, empresa estatal, pero fuentes de esa compañía negaron esa versión. El cable indica también que Marenco intentó vender el primer embarque de 84,000 galones a una unión de transporte, para bajar el precio del pasaje de C$3.00 a C$2.50, pero le indicaron que sólo cubrirían 3 días de necesidades de diesel. Igual intentó con ENEL, pero según la embajada, las autoridades de la empresa estatal dijeron que tenían contratos con la Esso y también que con esa cantidad sólo cubrirían 40 horas de generación eléctrica. Finalmente, varias municipalidades aceptaron comprar el embarque de diesel venezolano, entre ellas Matagalpa, Masaya y Jinotega. La Embajada de EU estimó que el embarque se ofreció a US$200,000 y Albanic logró US$225,000 en la venta. Marenco, en la entrevista concedida a Confidencial, reconoció que “sólo pude meter cerca de 90,000 galones” por El Rama y los transportó a través de pipas. Era producto terminado: diesel y gasolina. Con los recursos provenientes de la compra-venta de ese combustible, asegura que pagaron al cash la factura petrolera de Albanic, por tanto afirma que no se emplearon para la campaña política de Ortega. “Locurita” del PLC, pero… Marenco calificó de “locurita” la versión del PLC de que Ortega recibió apoyo directo e indirecto de Venezuela por un monto de US$50 millones. “Una campaña con todos los fierros cuesta aquí alrededor de US$10 millones, a razón de US$10 por votante. Con esa suma hacés una campaña fuerte y con US$20 millones empapelás toda Nicaragua”, dijo. Sin embargo, admitió que en la campaña de 2006, en la cual dice no haberse involucrado, el Frente Sandinista contó definitivamente con mayores recursos que en las contiendas anteriores. “Tiene que haber habido un apoyo, pero no por la vía de Albanic, tal vez Chávez le regaló plata a Daniel (Ortega), es lo más probable, que hubiera contribuido a su campaña. Puede ser que a través de emisarios, pero como no estuve involucrado en la campaña de 2006 no lo puedo asegurar. Pero no me extrañaría”, concluyó Marenco. La Embajada de EU en casi todos los cables diplomáticos citados antes, calificó de “hipocresía” y de “doble discurso” las críticas de Ortega contra Estados Unidos, a los que acusaba de “injerencistas” en la campaña 2006, pero con Venezuela, se trataba de “solidaridad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario